Además, la Navidad tiene mucho que ver con la vida de nuestros barrios. El pesebre, el camino, la noche, los pastores… son señales inequívocas de falta de medios, de pobreza, de precariedad, y también de ganas de seguir adelante en medio de la dificultad.
Y en el fondo de estas situaciones complicadas y esperanzadoras resuena con fuerza la voz del Evangelio: Os anuncio la gran alegría, hoy ha nacido un Salvador. Ésta es la gran propuesta (¡la Buena Noticia!) que tiene su origen en el Nacimiento de Jesús de Nazaret (Lc 2,1-14) “Él no se aferró a su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, haciéndose uno de tantos” (Flp 2, 6-7).
El misterio de Dios hecho hombre supera la lejanía entre el cielo y la tierra, entre lo humano y lo divino. En el nacimiento de Jesús se da la mano lo que parecía irreconciliable. Es más. Él, nacido en Belén, es el hombre para Dios y el Dios para el hombre. Aquí podemos encontrar la propuesta de salvación, solidaridad, inclusión y lucha por la justicia que tanto necesitamos en nuestro barrio y nuestro mundo.
¿Sacamos las consecuencias que este acontecimiento tiene para hoy? ¿O nos limitamos a recordarlo simplemente o utilizarlo para otros fines? Porque creer en el Nacimiento de Jesucristo lleva consigo la honradez necesaria para sacar unas cuantas conclusiones. Vamos a sacar solo tres:
1º Navidad y cortes de luz.
Muchos años lleva parte de nuestro barrio sufriendo cortes de luz. Ha habido vecinos que, padeciendo esos cortes o no padeciéndolos, se han unido a las protestas. Y se van consiguiendo reducir las zonas oscuras, aunque, por desgracia, no del todo. Por eso, hay que seguir y seguir. La unión y la solidaridad tienen mucho que ver con ese Dios humilde que se hace uno más en medio de su pueblo y con su luz iluminó a los pastores en Belén.
2º Navidad e integración social.
Preguntando a nuestros hermanos musulmanes por qué están viviendo en nuestros barrios tantos marroquíes, nos dicen que aquí les es más fácil la convivencia. Y ciertamente en los bloques de pisos cada vez va habiendo más mezcla de pueblos, colores y razas. Esa integración, cercanía y amistad nos habla de tender puentes, abrir caminos, romper fronteras, hacer fiestas interculturales, nos habla, en definitiva, de Navidad. “Cristo es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos uno solo derribando el muro que los separaba” (Ef 2,14). Queda mucho camino por recorrer, es verdad, pero ahí queda esa respuesta de nuestros vecinos musulmanes y del Evangelio.
3º Navidad y trabajo.
La falta de trabajo en cifras muy altas crea en nuestros barrios una forma de ser, un clima y un abandono personal y comunitario especiales. El trabajo precario, del día a día, sin derechos… contribuye a lo anterior. ¡Qué pocos trabajadores fijos encontramos! Las “paguillas” de las personas mayores, las trabajadoras del hogar, algunas ayudas y “buscar la vida” disminuyen este gravísimo problema social. Pero ahí está. No deja de ser llamativo que fueran a unos pastores, a unos humildes trabajadores, a los que se anunciara el nacimiento de Jesús en primer lugar. ¡Qué bueno sería que los parados y los precarios levantaran la cabeza y escucharan la Buena Noticia de la liberación y unidad que lleva, en sus mismas entrañas, la Navidad! ¡Otro gallo cantaría!
Navidad es luz, integración social y lucha por un trabajo digno.
Las comunidades de las parroquias del Arciprestazgo de Cartuja, en el distrito norte de Granada, os deseamos Feliz Navidad 2022.
Arciprestazgo de Cartuja