Tras una comida de la Hermandad en la que se preparó una gran paella valenciana, tuvo lugar una tertulia en la que todos los asistentes pudieron compartir sus experiencias personales. Acto seguido, en la plaza delante de la parroquia, tuvo lugar un pequeño festival de bailes típicos de Ecuador, en el que varios de los participantes pudieron vestirse con los trajes típicos regionales.
El acto, que pretendía ser un gesto festivo que pudiese dar cuenta de la unidad entre todos los pueblos hispanos, concluyó con una Eucaristía presidida por el párroco, don Jorge Ordeig, en acción de gracias a la Virgen. En esta ocasión la celebración contó en concreto con la imagen de la Virgen de Guadalupe a tamaño original, que fue situada junto al presbiterio.
Ante la positiva acogida del evento, tanto los participantes como la parroquia acordaron repetirla de nuevo a lo largo del año con ocasión de otras fiestas marianas.