Nació el 11 de noviembre de 1910 en Valdealgorfa, que forma parte de la diócesis de Zaragoza. Hizo los estudios eclesiásticos en el Seminario menor de Belchite y en el mayor de Zaragoza. Movido por una intensa llamada del Espíritu para dedicarse a la formación de los seminaristas, ingresó en la Hermandad. Fue ordenado sacerdote el 15 de junio de 1935, y destinado a Murcia como prefecto de disciplina y profesor.

Al terminar el curso, después de los ejercicios espirituales en Tortosa Martín Martínez Pascual marchó el 5 de julio de 1936 a su pueblo. Al comenzar la persecución se escondió, primero en algunas casas y después en el campo. Cuando detuvieron a su padre se entregó para evitarle mayores sufrimientos.

Recibió el martirio el 18 de agosto en la carretera de Alcañiz, teniendo sólo 25 años, y uno de sacerdote. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995. Se afirma en el proceso que Martín “gozaba de fama no solamente de bueno, sino de santo”. Y una religiosa testifica por su parte: “Era un alma muy enamorada de su sacerdocio y deseoso de que hubiera muy buenos sacerdotes”.