Fecha de publicación: 30 de enero de 2022

Manuel Domingo y Sol nació en Tortosa el día 1 de abril de 1836. Hizo sus estudios sacerdotales en el seminario de Tortosa y en la Universidad Eclesiástica de Valencia.

Ordenado sacerdote el 2 de junio de 1860, ejerció su trabajo pastoral en diversas parroquias de su diócesis y en la enseñanza de la religión en centros juveniles, destacando como un auténtico apóstol de la juventud y promotor de vocaciones apostólicas entre los seglares.
Confesor de algunos monasterios de religiosas, fue también apóstol de las vocaciones de vida consagrada, contribuyendo a la fundación de varios conventos y ayudando a diversas congregaciones.

Buscaba con pasión incansable una dedicación de amplios frutos: así fue como el conocimiento de la vida de algunos seminaristas de su diócesis le abrió el camino para su trabajo más peculiar: “Entre todas las obras de celo -nos dejó dicho- no hay ninguna tan grande y de tanta gloria de Dios como contribuir a dar muchos y buenos sacerdotes a la Iglesia”

Así fundó el Colegio de Vocaciones de San José de Tortosa, siguiéndole otros ocho colegios, que marcan un nuevo rumbo en la formación sacerdotal. Para la renovación espiritual e intelectual del clero, la relación de sus colegios culmina con el Pontificio Colegio Español de San José de Roma. Toda esta labor hizo que los obispos le encomendaran la dirección de dieciocho Seminarios Diocesanos.

Desde lo más profundo de su alma sacerdotal, un espíritu daba vida a tanta actividad: la reparación a Dios por Jesucristo, plasmada externamente en sus Templos de Reparación, de los que fundó el de Tortosa, donde reposan sus restos, y el de San Felipe de Jesús, en México. Para perpetuar y consolidar estos trabajos pastorales, intuye en la oración la idea de fundar la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Quiso que su Hermandad trabajase en el campo de las vocaciones sacerdotales, religiosas y apostólicas, y en la pastoral juvenil.

Cargado de obras buenas y de nuevos proyectos descansó en los brazos del Señor en Tortosa, el 25 de enero de 1909, habiendo dejado terminadas para la Hermandad las obras de 10 colegios de San José para vocaciones, 18 seminarios en España y América, 2 templos de Reparación, y el I Colegio Pontificio de San José en Roma.