Era religioso de la Cartuja de Londres, donde para el tiempo de su martirio había ya emitido los votos y había sido ordenado diácono, pero no aun presbítero. En abril de 1534 los delegados reales exigieron a la Cartuja londinense y a cada uno de los monjes su adhesión plena a la supremacía real y a lo dispuesto sobre la sucesión. El padre prior contestó que los monjes no entraban a discutir temas como el de la sucesión sino que acataban la autoridad real en materia de sucesión. El obispo de Londres les convenció de que no era una cuestión de importancia y así en junio de ese año toda la comunidad prestó el juramento.

Pero el 4 de noviembre el Parlamento declara que el rey es la cabeza suprema de la Iglesia en el reino sin que el obispo de Roma tenga autoridad alguna en él. El prior, entonces, reunió a la comunidad y manifestó su decisión de no desgajarse de la autoridad papal y de morir por la fe católica sí fuere preciso.

Toda la comunidad hizo especiales ejercicios espirituales como preparación a un posible martirio. Se produjo el martirio del prior, san Juan Houghton, y de otros dos priores que con él fueron a entrevistarse con el ministro Cromwell. Al día siguiente de esa ejecución volvieron a la Cartuja los delegados reales y ante sus inútiles esfuerzos para que suscribieran la supremacía real, apresaron a tres monjes más que fueron martirizados (19 de junio de 1535).

El monasterio se vio sometido a duras medidas represivas, y el nuevo prior logró seducir a una parte de la comunidad, para que aceptase la supremacía, y el 18 de abril de 1837, varios monjes firmaron; sin embargo, diez religiosos se negaron rotundamente, entre ellos Juan Davy. Con los demás fue llevado a la cárcel, sometido a la tortura de la argolla y las cadenas y dejado morir de inanición. Juan Davy murió el día 8 de junio de 1537.