Fecha de publicación: 29 de enero de 2021

Sabemos que fue un hombre que testimoniaba la fe en su familia, comunidad e iglesia. Ante las repetidas persecuciones de sacerdotes por parte de las ramas protestantes, Francisco Taylor acogió a varios de ellos en su casa, que estaban amenazados de muerte. Un acto heroico, imaginando las repercusiones que tal acto podría traerle a él y a su familia.

Fue descubierto en 1615, siendo encarcelado y encausado por ello. Se pasó siete años entre rejas, donde se dice que creció su fe y su paciencia. Era capaz de aceptar la insalubridad de la cárcel y todas las consecuencias que le fue acarreando a su débil salud, por sentirse ligado a la voluntad de Dios. Murió finalmente en la cárcel de Dublín, siendo ya un anciano.

Lo beatificó el papa Juan Pablo II en 1992. Su esposa era nieta de la beata Margarita Ball, también ha sido declarada beata.