Eucaristía presidida por el arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, tras la beatificación de quien fue mano derecha de santa Teresa de Jesús y fundó este convento en Granada, dando origen a una comunidad de carmelitas descalzas.

El pasado lunes el convento de San José, de las carmelitas descalzas en Granada, acogía la Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de Ana de Jesús, que tuvo lugar en Bélgica el 29 de septiembre de manos del Papa Francisco, durante su viaje apostólico a este país. Ana de Jesús está vinculada a la Diócesis de Granada, ya que fue aquí donde fundó dicho convento, por indicación de Santa Teresa de Jesús, de quien fue mano derecha. Hasta aquí vino en 1582 para fundar este monasterio, junto a san Juan de la Cruz.

En la Eucaristía, Mons. José María Gil Tamayo expresaba su alegría de celebrar esta acción de gracias por la beatificación de Ana de Jesús, “porque todo lo que hace referencia al carmelo lo siento como propio de manera especial”, señaló en su homilía.

En sus palabras, también recordó la figura de Ana de Jesús, como mujer “fuerte de Dios” y “aguerrida”, recordando al mismo tiempo a otras mujeres contemplativas de su tiempo, que no lo tuvieron fácil y “nada les para” para llevar a Dios a todos. “Esta mujer, como tantas otras, eran unas mujeres aguerridas, nada les para. Y van con la fortaleza de Dios. Siendo muy mujeres. Siendo rebeldes de verdad ante las circunstancias. No lo tenían nada fácil”, aseguró el arzobispo.

“Las monjas contemplativas son mujeres fuertes de Dios. Y gracias a ellas está siendo un recordatorio para todos nosotros en esta sociedad secularizada de la Primacía de Dios; de que Dios es lo primero; de que no podemos dejarnos llevar del contagio de una mundanización, ni en nuestros planteamientos ni en nuestra forma de existencia. Sois consagradas. Sois vírgenes de Cristo. Gracias, gracias, gracias. Porque sois necesaria vuestra presencia para la Iglesia”, afirmó Mons. Gil Tamayo.

Cuando fue beatificada Ana de Jesús, desde el convento de San José, su priora, la hermana Mª Teresa de Jesús, expresaba también la alegría “y mucha acción de gracias a Dios” de la congregación, y en concreto de la comunidad en Granada, por esta beatificación, que llevaban tiempo esperando, explicó la religiosa. “Ana de Jesús fue muy valiente por defender lo que ella había vivido con santa Teresa, porque ella entró de novicia cuando santa Teresa estaba en san José, en Ávila”, señala la hermana Mª Teresa de Jesús. “Se imbuyó de toda la doctrina y lo que la santa quería. Luego, luchó para que se mantuviera y eso le proporcionó sufrimientos. Tuvo dificultades. Por eso digo que tenía que haber sido antes beatificada”, señaló la priora del convento de San José.

Ana de Jesús falleció en Bruselas en 1621 y fue beatificada por el Papa Francisco el 29 de septiembre de 2024, en la Santa Misa con la que ponía fin a su viaje apostólico al país belga.