Después de un tiempo de tres años de catequesis, 17 chicos y chicas de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz recibieron el último de los sacramentos de iniciación cristiana. Este grupo viene preparándose, desde su quinto curso de primaria, para recibir el sacramento de la plenitud del Espíritu Santo.
“Como el año pasado no pudimos tener confirmaciones, ahora lo hemos vivido con mucha intensidad y alegría. Fueron muy conscientes de saber que se confirmaba en ellos el sello del Espíritu Santo y de su compromiso a colaborar como cristianos”, dice D. Luis Miguel Sánchez, párroco de localidad.
Su formación ha sido posible gracias a la ayuda de los catequistas de la parroquia, además de las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia de Chauchina, que colaboran desde hace unos años con la parroquia otureña. “Lo que más me ha llamado la atención es que se les veía con una ilusión muy grande, estaban muy despiertos a lo que les decíamos en catequesis. Han recibido el Espíritu Santo con unas ganas y una apertura de corazón muy grande”, comenta la hermana Teresa, religiosa de la congregación.
ESCUCHAR LA VOZ DEL ESPÍRITU
El Vicario Territorial, que es además natural de la localidad, quiso recordar la importancia del don recibido. Destacó lo fundamental de escuchar, mirar y reconocer la presencia del Jesús en cada uno.
En medio del ruido del mundo, “hay que estar atentos a esta voz que tenemos dentro de nosotros y que es Espíritu Santo”, afirmó Tejerizo, una voz que no es solo la de la conciencia. Terminó recordando el Vicario cómo el compromiso como cristianos de estos jóvenes pasa por dar espacio a la escucha de esta voz y secundarla.
Las familias presentes pudieron acompañar a este grupo de jóvenes, cumpliendo todas las medidas de aforo y seguridad sanitarias establecidas.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada