La Iglesia en la educación
Visibilizar y dar a conocer “tanto bueno que se hace en la educación desde la identidad católica”
Entrevista a la Directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Raquel Pérez Sanjuan, sobre el Congreso “La Iglesia en la educación”, que se celebra on line este mes y en una de cuyas sesiones tuvo como sede la Archidiócesis de Granada, a través del Centro de Magisterio "La Inmaculada", ubicada en el Centro de Estudios Superiores del mismo nombre.
Durante el mes de octubre se están celebrando los paneles de experiencia del Congreso “La Iglesia en la Educación”, que se celebra el 24 de febrero en Madrid. La Archidiócesis de Granada, en el CES La Inmaculada, acogió el pasado día 16 una de esas convocatorias, que durante octubre se celebran los lunes y miércoles, on line, a las 17:30 horas. Participó también la Escuela de Magisterio “La Inmaculada” con la intervención de dos profesores sobre tutorías.
Entrevista a la Directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Raquel Pérez Sanjuan, que nos da las claves de este Congreso y de la importancia de esta materia –la educación- que ha sido y es para la Iglesia.
P: Hay una iniciativa muy importante que tiene un primer pistoletazo de salida este mes de octubre, que es la Iglesia en la Educación. Es un congreso que comenzasteis el lunes. No sé si nos puedes contar en grandes rasgos qué es este congreso.
R: Es un Congreso convocado por la Conferencia Episcopal. Fue presentado el pasado mes de junio. Los obispos quieren escuchar y caminar conjuntamente con toda la educación católica, y para ello qué mejor que abrir foros de escucha y participación. Se trata de un Congreso distinto a los congresos que conocemos al uso, que tiene dos partes. Una parte participaba que estamos viviendo en este momento en el mes de octubre, con foros de participación donde se comparten experiencias a través de retransmisiones en streaming, todos los lunes y miércoles de octubre. Y una segunda fase, en el mes de febrero, el 24, concretamente en Madrid, donde ya nos encontraremos por ámbitos educativos por la mañana y ya todos juntos en la tarde de ese sábado.
“Toca volver a mirar otra vez a esta realidad
y volvernos a decir qué palabra queremos tener:
esa palabra de esperanza, de ternura, de confianza en la persona, en el sujeto,
en esa aportación propia que hace la educación católica en nuestra sociedad”
P: Tiene un lema muy concreto: “Presencia y compromiso”. ¿En qué línea va este Congreso?
R: Pues sí, es presencia por la presencia de la educación católica en nuestro país. Todos los siglos, tanta riqueza, tanta diversidad, tanta historia que tienen las instituciones educativas en España. Y es un modo también de hacer visible, de dar a conocer tanto bueno que se hace en la educación desde la identidad católica. A la vez, queremos confirmar y presentar los retos y los desafíos que los protagonistas de la educación perciben hoy y comprometernos con este presente y con este futuro de la educación. Hemos estado ahí. Estamos hoy y queremos estar también en el futuro. Para eso, queremos hacerlo juntos. Queremos mirar juntos a ese horizonte común que compartimos con toda nuestra sociedad y que, sin duda, desde la educación católica, también participamos de esta oferta educativa desde nuestro ideario propio, desde el ideario cristiano.
“No es un análisis de la realidad que hacemos cada uno por separado,
sino que, juntos, como Iglesia, queremos mirar al mundo,
mirar a nuestro presente eclesial, nuestro presente social, cultural, ético,
y decirnos qué desafíos hay”
P: El tema de la educación preocupa a los padres, a los docentes… Pero, la iglesia ya tiene una palabra sobre la educación. ¿Qué novedad tiene entonces el Congreso?
R: Pues, tiene la novedad de decirla en el momento presente; tiene la novedad de los desafíos, de los retos, de la incertidumbre que hemos vivido y que hemos constatado hace poco tiempo –tenemos todavía muy presente la pandemia-, que, de alguna manera, ha puesto de relieve muchos desafíos que el mundo educativo tenía y tiene. La novedad creo que escriba, sobre todo, en este deseo de la Iglesia de caminar junta. No es un análisis de la realidad que hacemos cada uno por separado, sino que, juntos, como Iglesia, queremos mirar al mundo, mirar a nuestro presente eclesial, nuestro presente social, cultural, ético, y decirnos qué desafíos hay. Queremos celebrar también nuestra diversidad. Nos reconocemos muy distintos, muy diversos, y a la vez todos compartiendo una misma misión, compartiendo un mismo ideario católico. Y luego, tiene la novedad también de un nuevo momento. Yo creo que los desafíos demográficos. A nivel civil, todo este movimiento del área europea de educación de la Unión Europea, esa reflexión que nos viene también desde Naciones Unidas de un nuevo contrato social. Por supuesto, a nivel eclesial, el pacto educativo global, esa llamada también desde el Dicasterio para la cultura y la educación a revisitar lo que es una escuela católica, esa identidad católica para una cultura del diálogo. La novedad está en el momento eclesial. Es verdad que en 1924 ya hubo un primer Congreso nacional de educación católica con una gran participación, donde se presentaron muchísimas experiencias. Y a los 100 años toca volver a mirarnos; toca volver a mirar otra vez a esta realidad y volvernos a decir qué palabra queremos tener: esa palabra de esperanza, esa palabra de ternura, esa palabra de confianza en la persona, en el sujeto, en esa aportación propia que hace la educación católica en nuestra sociedad.
Paqui Pallarés
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