Homilía de Mons. José María Gil Tamayo, arzobispo de Granada, en la Eucaristía de acción de gracias de Proyecto Hombre Granada por su XXV aniversario desde su fundación, celebrada en la iglesia parroquial del Sagrario-Catedral el 30 de junio de 2025, y concelebrada por el obispo de Guadix, Mons. Francisco Jesús Orozco Mengíbar.
Querido D. Francisco, obispo de Guadix;
querido Manolo, director del Proyecto Hombre;
queridos sacerdotes concelebrantes;
queridos hermanos y hermanas, que os habéis dado cita en esta celebración eucarística de acción de gracias por estos 25 años:
Ciertamente, no estamos en la comita benéfica de Abades. Aquí los que estáis, estáis por un motivo de fe, por un motivo de agradecimiento al Señor. Y mis palabras, con permiso de don Francisco -y yo estoy seguro que también él- quieren ser de agradecimiento por la labor, por el trabajo a lo largo de este cuarto de siglo de Proyecto Hombre. Esa labor de prevención de dependencias, que atan, arrojan y esclavizan a tantos hombres y mujeres. Al mismo tiempo, de saberlos liberar con ese método que incluye todas las dimensiones de la persona, desde las dimensiones médicas, psicológicas, psiquiátricas, también espirituales, para esas personas, liberarlas de esa esclavitud, que tanto daño y tanto sufrimiento, no solo a la persona, sino a la familia especialmente. Y al mismo tiempo, ese camino de reinserción, que son esas tres dimensiones que acompaña el Proyecto Hombre, integrado en la Asociación Proyecto Hombre en toda España.
Yo miro con agradecimiento y don Francisco, miramos a don Juan Santa-cruz y a don Antonio Cañizares. Don Juan, que ya está en el cielo, y don Antonio, que no puede ya por su situación de enfermo, pero su paso por nuestra tierra de Granada ha dejado esta huella, esta siembra, que fructifica y que tanto bien en más de un millón, casi millón y medio de personas atendidas, en tantas y tantas personas que se han visto liberadas, rotas sus cadenas.
Ese es nuestro agradecimiento, es nuestra gratitud. Los 25 años no es un final. Con la experiencia acumulada, con el camino recorrido, con los voluntarios que han asumido y forman parte de esa familia, que va más allá de la familia material, con los trabajadores y con su competencia y profesionalidad, están sacando adelante esta obra. Esta obra sin que la sociedad apenas se dé cuenta, porque sólo se busca lo espectacular, pero hay que salvar a esas personas, hay que ayudarlas.
Ahí entran esas palabras de Jesús: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha enviado a sanar, a liberar, a anunciar el Evangelio, a liberar a los presos de tantas esclavitudes. Y no sólo hay una esclavitud material, no sólo hay una esclavitud en una prisión, o sea, una pérdida de libertad en una prisión, sino hay tantas pérdidas de libertad y degradación de la condición humana, provocada por el mal que adquiere dimensiones nuevas y, lógicamente, en el mundo de las drogas, en ese crimen organizado que se sirve y tanto castiga a la sociedad para enriquecimiento de unos pocos.
El Proyecto Hombre también ejerce una labor de denuncia y una labor de prevención, no sólo al interior, sino también a la sociedad, recordándonos que existen esas esclavitudes, que existen esos peligros que hacen tanto mal. Pero yo estoy seguro que también, don Francisco y un servidor, tenemos ante este grupo selecto, iba a decir, de fieles que venís a dar gracias a Dios, no en un ambiente de una comida, sino en el ambiente de una iglesia y de una celebración religiosa, de la Eucaristía, de acción de gracias, reivindicar la identidad cristiana del Proyecto Hombre.

En la web pone que nace del Jubileo con mayúscula, no de una alegría que tengan dos obispos ese día, sino que nace de un Jubileo con mayúscula, que son los 2.000 años del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Y qué feliz coincidencia que, en este año, que es un Año Jubilar de invitación a la esperanza, que nos lo puso el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de esperanza”, vosotros sí que hacéis ese anuncio de esperanza para tantas y tantas personas atadas a dependencias, para sus familiares, para la sociedad, en definitiva, Dios os bendiga. Pero, lógicamente, cuando se habla de los valores, se dice humanismo, pero no es un humanismo de la Cruz Roja con todo el respeto, no es un humanismo sin más, de una organización de Naciones Unidas, no es un humanismo sin más, aunque sí está abierto a la colaboración de todos, de elementos de la sociedad, desde las administraciones, hasta organizaciones sin ánimo de lucro, que también quieren colaborar, o particulares, o empresas, como de hecho, gracias a Dios ocurre, y lo hacéis muy bien. Pero, esto tiene una seña de identidad y de nacimiento, tiene una partida de nacimiento, y ese humanismo es el humanismo cristiano, y esos valores de solidaridad, de caridad cristiana, que lleva a ver en el otro rostro de Cristo; y esa profesionalidad es la de una gente vocacionada, que son profesionales, pero, al mismo tiempo, profesan, con esa delicadeza y ese cariño con que tratan a las personas que están en los procesos.
Luego, detrás hay un espíritu y ese espíritu es el de Jesucristo. Ese espíritu es el de la caridad cristiana. Es una organización y es una fundación granadina. Luego, de nuestra tierra, de los hombres y mujeres de aquí, que aportan y de la sociedad granadina, que a través de la Iglesia y de manos de la Iglesia lleva la solidaridad adelante. Como un compromiso de Iglesia, así surgió y así se mantiene. Y al mismo tiempo, lleva el nombre de la protección de la Santísima Virgen de las Angustias, para esas angustias que están ahí. No es cuestión de hacer carteles, no es cuestión de banderas, pero sí de decir alto y claro, sin eufemismos y sin escondernos, esto no nos va a quitar subvenciones, nos manifestamos como somos, y somos cristianos. Eso sí, en lo destinatario, se es aconfesional absolutamente: la persona que lo necesite no se le pide ni un carnet, ni una confesión religiosa, ni un… nada. Es decir, todo el mundo que está en una situación de la precariedad de una dependencia, tiene el derecho, como ser humano, a ser acogido, a ser acompañado, a ser redimido, esa es.
Y los obispos os animamos a esto: a seguir con este espíritu cristiano, a seguir con este empeño de humanismo cristiano, que se abraza a otros hermanos, a otros conciudadanos, para hacer una obra social de primer orden, para bien de la sociedad. ¿Cuántas obras ha hecho la Iglesia de Granada? Ahí en la puerta, el loco de Juan de Dios, de Juan Ciudad, cambió todo el sistema hospitalario. ¿Cuántas, ahí enfrente? La iglesia, los curas, también empezaron la universidad, y en esa casa estuvo 230 años la Universidad de Granada. Luego, hay que reconocer las fechas y las partidas de nacimiento de las cosas. Y no olvidarnos. Después, la historia nos va llevando. Pero, en la labor de los cristianos, que la hacemos para que sólo Dios se luzca y los demás se rediman, no puede ocultarse. No podemos sacar banderas, ni insignias, ni cosas así. No queremos privilegios, pero tampoco discriminaciones u olvido. Así que adelante con esta gran obra, que sólo tiene 25 años, y tendrá muchos más y salvará a mucha gente.
Que la Virgen de las Angustias, que es la patrona de esta Fundación, nos ayude, os ayude. Y quiero dar gracias a don Manuel, también a los que le han precedido, a todo el equipo que con él colabora, a los patronos, lo hace también don Francisco, y a todas las personas que hacen posible este milagro de cada día, difícil, con marchas atrás, con vuelta a empezar, pero con nunca perdiendo el ánimo.
De verdad, que Dios os bendiga. Gracias. Adelante.
+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada
30 de junio de 2025
Iglesia parroquial Sagrario-Catedral