Fecha de publicación: 4 de diciembre de 2020

Nace en una ciudad marítima de la Turquía meridional, en el siglo III después de Cristo. Hijo de una familia cristiana, fue ordenado de joven como sacerdote por uno de sus tíos, que era obispo. Se quedó huérfano de ambos progenitores y se dedicó a vender porciones de sus tierras para ayudar a pobres y enfermos.

De San Nicolás hay historias realmente extraordinarias, empezando por aquella que le llevó a ser obispo. Quiso visitar Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver pasó por la ciudad de Mira. Los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, tras haber muerto el anterior, dijeron: “elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo”. Y así se cuenta que fue proclamado obispo.

Se le conoce por ser un gran intercesor y conseguidor de favores extraordinarios de Dios. Todas sus historias de intercesión milagrosas lo han convertido en protector de niños, enfermos, marinos, mujeres y viajeros.

Fue encarcelado y azotado por el emperador Licino y también por el emperador Constantino, que terminó liberándolo. Como Obispo de Mira, combatió a los hejeres arrianos, oponiéndose a ellos con su gran sabiduría y sin permitirles entrar en su ciudad.

Murió el 6 de diciembre del año 345 y pronto su tumba se convirtió en un lugar de peregrinación, extendiendo la fama de que sus reliquias eran milagrosas. Es patrono de Rusia, Grecia y Turquía.