Fecha de publicación: 16 de agosto de 2011

Desde las 21 horas, que se abrieron las puertas de acceso a la Plaza de Toros de Granada, comenzaron a llegar los jóvenes peregrinos de los 23 países que ha acogido la Diócesis estos días previos a la JMJ de Madrid 2011. Durante ese tiempo, la animación en la Plaza estuvo a cargo del grupo de jóvenes de la parroquia de San Miguel Arcángel con cantos y danzas.

Minutos antes de que comenzara el acto de preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, los 4.000 peregrinos que ocupaban todos los tendidos cantaban y ondeaban sus banderas de sus países animando la plaza.

A las 22 horas comenzaba la velada con la presentación de cada país participante en la Vigilia de oración, a cargo de dos voluntarios de la Diócesis de Granada.

Tras una calurosa acogida a todos los países presentes, el Arzobispo, Mons. Martínez Fernández, acompañado de varios sacerdotes diocesanos y el Delegado de Juventud, D. Francisco Mingorance, entró en la Plaza portando la Sagrada Forma para dar comienzo a la Oración de la Vigilia, con la exposición del Santísimo, acompañada de unos cantos del coro diocesano de Granada.

El Arzobispo, D. Javier, leyó el Evangelio en inglés e hizo una reflexión acerca sobre el encuentro de los peregrinos en la Diócesis de Granada, movidos todos por el Amor de Cristo. D. Javier subrayó que Dios está en nosotros, somos nosotros, el pueblo de Dios, la Iglesia, los que tenemos que dar testimonio del amor de Dios en la Tierra. Y recordó las palabras de Juan Pablo II: “I love you too”, en respuesta a los miles de jóvenes que le gritaban: “John Paul II, I love you”. Era llamativo ver el entusiasmo con el que los peregrinos aplaudían cada vez que el Arzobispo afirmaba que Dios es el camino, el Amor de Jesús es el camino, el único camino para la felicidad del hombre.

La ceremonia finalizó con un espectáculo ecuestre, del cual el último número fue acompañado de baile flamenco, y el concierto de un grupo de flamenco. Concluyó con el espectáculo de la Comunidad de Shalom, con un concierto y una coreografía, a la que se sumaron el resto de jóvenes que quedaban en la plaza de toros.