Ayer martes se celebró el 25 y 50 aniversario de la ordenación sacerdotal de once presbíteros diocesanos, en una celebración presidida por el Arzobispo, Mons. Javier Martínez, junto a las reliquias de San Juan de Ávila, en el Seminario Mayor “San Cecilio”.

El Seminario Mayor “San Cecilio” acogió la jornada sacerdotal coincidiendo con la presencia de las reliquias de San Juan de Ávila, patrón del clero español, y próximo Doctor de la Iglesia universal, tal y como anunció el Santo Padre Benedicto XVI durante la pasada Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.

Tras el rezo de la Hora Intermedia, la jornada sacerdotal comenzó con la conferencia “San Juan de Ávila y nosotros”, que impartió María Encarnación González Rodríguez, Directora de la Oficina para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Española y Postuladora de la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila.

Por su parte, nuetro Arzobispo felicitó a los sacerdotes que celebraban sus bodas de oro y plata de ordenación sacerdotal y les obsequió con una placa conmemorativa. Los sacerdotes que celebraron el 50 aniversario de su ordenación fueron: D. Andrés González Villanueva, D. Antonio Guerrero Álvarez, P. Antonio Maldonado Correa, S.I., D. Francisco Cruz Reinoso, D. José López López, D. José Antonio Noguerol Alonso, P. José María Martín Flores S.D.B., D. Manuel Martínez Rodríguez y D. Pedro Gallegos Díaz. Por otro lado, D. Blas Gordo Jiménez y D. Mario Sixto Picazo celebraron el 25 aniversario de su ministerio.

Eucaristía de acción de graciasdon_blas_besa_reliquia
Para dar gracias a Dios por los aniversarios y las vocaciones de los sacerdotes diocesanos se celebró la Santa Misa, que, junta con las reliquias de San Juan de Ávila, presidió nuestroArzobispo.

“Nosotros hoy damos gracias al Señor por haber sido redimidos por Cristo y damos gracias también por el don especialísimo y único del sacerdocio, que nos ha incorporado a Cristo, nos ha unido a su designio de salvación”, señaló Mons. Martínez en su homilía.

Sobre el Maestro Ávila, el Arzobispo indicó: “San Juan de Ávila subraya la necesidad de que la Iglesia, especialmente los sacerdotes, sean padres y madres para los fieles”.

“Vuelve a ser necesario volver al centro, vuelvo a ser necesario no perdernos en cuestiones secundarias y poder ser testigos pobres, sin duda, pequeños, pero verdaderos, del amor de Dios por los hombres, por cada hombre y por cada mujer”, subrayó.