La histórica iglesia de San Nicolás, templo patrimonio de la UNESCO ubicado en el corazón del Albaicín granadino, volvió a abrir sus puertas el pasado 11 de marzo como centro de culto y oración por la paz, recibiendo visitas en el recinto y también en su campanario.

Varios artistas han participado en la rehabilitación de de este templo emblemático aportando diferentes estilos pictóricos. Destacando especialmente por su ubicación, el mural del altar mayor de la iglesia no deja indiferentes a fieles y visitantes. Obra de Arsen Bereza e Ivanka Demchuk, matrimonio ucraniano cuya pintura fusiona el arte sacro y la iconografía contemporánea ucraniana formando un estilo propio para cuyas técnicas pictóricas se han preparado previamente las paredes.

 EL DESCENSO AL INFIERNO

“La composición central es la escena de la Resurrección y está representada con la composición iconográfica del “Descenso al Infierno”. Ahí está representado Cristo que salva a Adán y Eva. Debajo de ellos se encuentran las puertas rotas del Infierno. Otra parte de la composición es la representación de San Nicolás con las escenas de su vida. La combinación de estas dos escenas en una única composición ha sido una de las tareas que se nos plantearon. Estas escenas no están unidas en relación temporal, por eso entre ellas hay un cierto espacio. Están parcialmente “aisladas”, enmarcadas en formas separadas, por lo que las podemos considerar dos composiciones en una misma pared. San Nicolás, en gesto de oración, está dirigido a Cristo y al rollo de la Sabiduría Divina que sujeta Cristo. Este gesto de oración –las manos extendidas de San Nicolás- significa su intervención a favor del género humano. Las escenas de la vida de San Nicolás sirven de buen ejemplo para imitación y, así, San Nicolás, con su ejemplo, se hace partícipe de la historia de la salvación”, explica Ivanka.

ICONOGRAFÍA DE LA SALVACIÓN

La representación en la pintura del símbolo de las “puertas del Infierno” en la parte inferior de la composición se inspira en la iconografía tradicional ucraniana tomando sus fuentes de la iconografía bizantina y representando las puertas rotas del Infierno. Su significado es la salvación y la redención del género humano por medio del sacrificio de Cristo.

Los detalles de alrededor son las partes de estas puertas que se convierten en polvo. La escena central de la composición es la escena de la Resurrección. Aquí Cristo está representado en dos mandorlas: una en forma de almendra y la otra redonda. La mandorla oval simboliza la Luz Divina del Salvador, y la mandorla redonda simboliza el propio cosmos y las esferas celestiales. Si nos fijamos en la mandorla redonda, podemos distinguir las pequeñas partículas que representan el polvo cósmico, el cual tiene una disposición radial. La tarea de la imagen es dirigir la atención del espectador al propio momento de la creación del universo.

Entre las técnicas pictóricas utilizadas están unidas la técnica de la pintura clásica al temple que se utiliza en la iconografía, y la técnica de la pintura acrílica utilizando la superposición de diferentes texturas. El levkas clásico, que se utiliza en la preparación de los iconos, también se ha aplicado en algunos fragmentos de la pared logrando efectos específicos propios sólo de esta técnica.

“Nos parece bastante interesante el haber podido compaginar las antiguas técnicas clásicas con las nuevas: eso puede añadir al efecto de la pintura el carácter un tanto único que es imprescindible para lograr el resultado que deseamos”, destaca Arsen.

María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social

 

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