Fecha de publicación: 13 de octubre de 2011

 

Como es tradicional, se ha celebrado la Festividad de la Virgen del Pilar en la Capilla Real de Granada, presidida por el Arzobispo D. Javier Martínez.

La Capilla Real acogió ayer la Eucaristía para celebrar la Festividad de la Virgen del Pilar, lugar en que están enterrados los Reyes Católicos y que cobra una gran importancia por la evangelización a América.

A la celebración, asistieron el Arzobispo de Granada, que presidió la Eucaristía, junto al Capellán de la Capilla Real, D. Manuel Reyes, y por una parte del clero diocesano. En la Homilía, D. Javier Martínez dijo que “un año más, nos reunimos en este Día para una cosa muy sencilla, y sin embargo muy grande, que es dar gracias a Dios por la fe que hemos recibido y por haber sido, por privilegio y por gracia pura del Señor, uno de los primeros pueblos que han abrazado esa fe en la historia del cristianismo”.

El Arzobispo habló sobre el encuentro de la Virgen María con su prima Isabel, donde las palabras de acogida fueron: “Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Se refirió a este hecho explicando que “hay una dicha en la fe, porque la fe corresponde a lo más profundo de la humanidad, (…) porque la fe cristiana no censura nada de lo humano, sino que lo potencia y lo hace florecer realmente; es la promesa de Dios”.

También tuvo palabras para recordar la Jornada Mundial de la Juventud, recientemente celebrada en Madrid y que tuvo protagonismo en Granada con los “Días en las Diócesis”: “En este momento de la historia, pedimos que renazca en nosotros esa fe, que hemos visto, por otra parte, de una manera vivísima durante este verano, manifestarse en los grupos de jóvenes que han participado en la JMJ. Ahí se ponía de manifiesto que la fe no es un residuo que se acaba con esa cultura que se está muriendo, sino que es justamente (…) una promesa de futuro, una promesa de humanidad bonita para el futuro”.

Mons. Martínez exponía al final de sus palabras que “tenemos junto a nosotros la tumba de la Sierva de Dios Isabel la Católica, y a mí me gustaría pedir para que, si Dios quiere, pueda ser glorificada, y se nos pueda conceder la unidad de España. (…) Si hay algo que nos une a todos los pueblos de España es, sencillamente, nuestra fe y nuestra devoción a la Virgen”. “Desear que España renazca de sus raíces católicas, de su fe, es decir que renazca un corazón capaz de abrazar a todos los hombres, capaz de perdonar y amar a sus enemigos, capaz de construir una sociedad sobre el amor”, explicaba el Arzobispo.

Concluida la Eucaristía, comenzaron en la Capilla Real los actos civiles, en los que estuvo presente el Arzobispo y los sacerdotes, junto a la corporación municipal del Ayuntamiento de Granada. Así, se dio paso a la tremolación del estandarte con el escudo de los Reyes Católicos y finalizó con el canto del “Tedeum” y con una oración junto a las tumbas de los Reyes Católicos.