Fecha de publicación: 24 de mayo de 2022

Nació el 1 Abril de 1824 en Bécancour, Quebec, Canada.

Ya desde niño mostraba excepcionales signos de fe, devoción y amor por las cosas espirituales. En un corazón así cultivado, muy pronto aparecieron los signos de la vocación sacerdotal. Pero, como era de esperar, al ver tu fragilidad física, le recomendaron que mejor abandonase la idea y siguieses por otro camino.

Mons. Prince, obispo de Montreal, al descubrir la sinceridad de su vocación, le recibió en su seminario. Y así empezó una carrera sacerdotal que no paró hasta, nada menos, en la consagración episcopal.

El Frágil Zeferino llegó a ser Obispo de Saint-Hyacinthe. Su sensibilidad y fragilidad natural fueron en este cargo, una ayuda más que un estorbo. Con todos mostrabas una gran dulzura, caridad excepcional y gran humildad. La gente le conocía con el cariñoso nombre de “el buen Mons. Moreau”.

Visitabas con regularidad y dedicación a toda su grey, ya que no quería sentir en primer plano sus necesidades y problemas y querías personalmente ayudarles, a encontrar el camino hacia el buen Dios. El clero encontró en él a un buen padre y un auténtico amigo en quien confiar. Su fragilidad natural no le impidió salir al frente para combatir con valentía los muchos desordenes existentes en la época: intemperancia, falta de modestia, mala prensa, sociedades secretas, abusos políticos. Con todos mostró firmeza y, al mismo tiempo, dulzura. Mucha gente le escribía y a todos contestaba. Dejó en herencia un tesoro epistolario de más de 15,000 cartas.

Murió santamente en un día como hoy de 1901 en Saint-Hyacinthe, Canadá.

Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 10 de mayo de 1987.