INICIO
Signo y Gracia
24 de diciembre de 2023
Nº 1495 • AÑO XXXII

Teología de la Liturgia

Nuevos valores de la reforma litúrgica

La nueva liturgia intentó fomentar los valores que estaban absolutamente marginados.

  • Acercar la acción litúrgica a los fieles quitando barreras de escalinatas y rejas y poniendo el altar de cara al pueblo.
  • Potenciar el papel de la asamblea frente al monopolio del presidente. La asamblea participa más en las oraciones, en la respuesta al salmo, en las aclamaciones, en el cambio de posturas (SC 14, 21, 30, 114).
  • Dar unidad y relieve a la acción litúrgica prohibiendo absolutamente que durante ella se pueda tener otra Eucaristía o ningún otro acto de culto en el mismo espacio de la iglesia (SC 57).
  • Fomentar el canto de toda la asamblea frente al monopolio de la schola, las corales y los solistas (SC 114).
  • Potenciar los ministerios diversos frente al único ministerio del presidente; reinstaurar el diaconado permanente y rehabilitar el ministerio del diácono. Instaurar los ministerios laicales del acólito y el lector; potenciar los ministerios de salmista, de monitor, maestro de coro, dando entrada a los laicos no ordenados, y más tímidamente a las mujeres (SC 29).
  • Resaltar la estética de la sencillez y de la verdad frente a simulaciones barrocas, puntillas, floripondios y ostentaciones (SC 34).
  • Fomentar la inteligibilidad de las palabras frente a los signos puramente mecánicos (SC 33-34). Aprobar la utilización de las lenguas vernáculas (SC 36, 54, 63, 101). Añadir más lecturas y moniciones (SC 35, 51). Prescribir la homilía los domingos, y recomendarla entre semana (SC 52). Celebrar una liturgia de la palabra en todos los sacramentos (SC 35).
  • Ensamblar mejor la vivencia del culto con el resto de la vida, trayendo a la misa la realidad de lo que los participantes están viviendo en ese momento. La liturgia se considera la cumbre y la fuente de toda la actividad de la Iglesia (SC 10).
  • Articular mejor la comunión dentro de la eucaristía, prohibiendo que se administre fuera de la Misa, salvo en casos urgentes como es el del viático. Conceder la comunión bajo las dos especies (SC 55).
  • Insistir en el valor de los actos subjetivos, la intención de los participantes, las disposiciones interiores, la atención, la focalización de la devoción en la acción litúrgica y no en otras devociones que se realizan paralelamente a ella (SC 11, 14, 21, 59, 90...).
  • Centrarse más en el año litúrgico y reducir el puesto que tenían anteriormente las fiestas de los santos (SC 107). Dar mayor centralidad al domingo (SC 106). Dar una mayor prioridad a la lectura continuada sobre las lecturas correspondientes a otras memorias SC 51).
  • Inculturar la liturgia y adaptarla a las distintas circunstancias de las regiones. Conceder atribuciones a las conferencias episcopales de los distintos países (SC 37-40, 63b).
  • Eliminar las diferencias de categoría social en la manera de celebrar los distintos ritos (SC 32).
  • Fomentar el carácter comunitario de las celebraciones, tanto de los sacramentos, como de la  Liturgia de las Horas (SC 26, 27, 99, 100).
  • Reestablecer la concelebración como expresión de la unidad del sacerdocio (SC 57-58).
  • Restablecer la oración de los fieles en la Eucaristía, en los otros sacramentos y en la Liturgia de las Horas (SC 53).
  • Reinstaurar la iniciación cristiana de los adultos y el catecumenado (SC 64, 71, 74).
  • Reformar los rituales de los sacramentos afectando incluso a las partes más fundamentales, incluida la materia y la forma, como es el caso de la confirmación, la unción de los enfermos, la ordenación de obispos y la Eucaristía (SC 62).
  • Reforma profunda de la Liturgia de las Horas, para hacerla más breve, menos clerical, más bíblica, más adaptada a las horas del día (SC 88, 90, 94).
  • Frente al validismo en los sacramentos,  o a los “sacramentos de mínimos”, fomentar la potenciación del simbolismo y la palabra que los acompaña, para eliminar cualquier tipo de “automatismo” en su celebración. Los sacramentos no se limitan a conferir la gracia automáticamente, sino que deben “alimentar, robustecer y expresar la fe” (SC 59).

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano