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Signo y Gracia
2 de abril de 2023
Nº 1463 • AÑO XXXI

Sacramentos y Familia 

Familia y Sociedad 

Las mismas familias deben procurar que las leyes del Estado defiendan y sostengan sus derechos, ellas deben ser protagonistas de la política familiar y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad.

El documento Familiaris Consortio recuerda que la familia es la célula primera y vital de la sociedad y en ella los ciudadanos encuentran la primera escuela de las virtudes sociales. Su experiencia de comunión y de participación representa la primera y fundamental aportación, inspirada en la gratuidad. Su auténtica y madura comunión interpersonal es la primera insustituible escuela de sociabilidad, es el lugar natural e instrumento más eficaz de humanización y de personalización de la sociedad, especialmente por su función de custodiar y transmitir las virtudes, los valores y fundamentar la propia dignidad participando activamente en la sociedad. El documento afirma que las familias solas o asociadas, pueden ser el motor de muchas obras de servicio social. Por esto, entre otras referencias, las mismas familias deben procurar que las leyes del Estado defiendan y sostengan sus derechos, ellas deben ser protagonistas de la política familiar y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad. La sociedad y concretamente el Estado, deben reconocer que la familia es una sociedad que goza de derecho propio y primordial, por eso deben atenerse al principio de la subsidiaridad.

“Cada familia, en cuanto sociedad que goza de un derecho propio y primordial, tiene derecho a ordenar libremente su vida religiosa doméstica bajo la dirección de los padres… Así, pues, la autoridad civil debe reconocer el derecho de los padres a elegir con verdadera libertad las escuelas u otros medios de educación, sin imponerles ni directa ni indirectamente gravámenes injustos por esta libertad de elección. Se violan, además, los derechos de los padres, si se obliga a los hijos a asistir a lecciones escolares que no corresponden a la persuasión religiosa de los padres, o si se impone un único sistema de educación del que se excluye totalmente la formación religiosa”. (DH 5)

LA FAMILIA CONTRIBUYE EN LA VIDA Y LA MISIÓN DE LA IGLESIA
Esta participación confirma su identidad como iglesia doméstica. La familia es comunidad salvadora que transmite el amor de Cristo y lo hace de una manera propia y original, poniéndose al servicio de la Iglesia, en donde se transforma en comunidad evangelizadora para otras familias, acogiendo el Evangelio y traduciéndolo en servicio, descubriendo el rostro de Cristo en cada persona. El documento, refiriéndose a la pastoral familiar, remarca la necesidad de que la Iglesia acompañe la familia cristiana a lo largo de su proceso de formación (preparación remota y próxima). En este proceso es fundamental la referencia a la parroquia, como comunidad eclesial que debe acoger y promover la pastoral familiar.

Familiaris Consortio, acaba haciendo una referencia “a los sin familia”. A ellos la Iglesia les ofrece no sólo una palabra de acogida, sino una solidaridad efectiva, recordando que la Iglesia es casa y familia de todos. El Papa concluye el documento dirigiéndose a la pluralidad de destinatarios y afirma que el futuro de la humanidad se juega en la familia y pide un esfuerzo particular a los hijos de la Iglesia, invitando a todos los cristianos a colaborar con todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano