Nuevo presbítero
“Teniendo todo, había algo que me faltaba”
Rafael Morano es presbítero, tras su ordenación el pasado 22 de julio en la Catedral, de manos de Mons. Gil Tamayo.
Con 20 años, estudiando Ingeniería Informática y una novia, Morano se empieza “a cuestionar” la vida y su vocación. Hasta su entrada en el seminario y sabiendo que, en principio, lo tenía todo, “había algo que me faltaba”.
“Ha sido un tiempo muy bueno, para conocer al Señor, para conocer lo que el Señor quería de mí, para conocer Su voluntad; en definitiva, que es para lo que yo un día entré en el seminario, para dejarme llevar por Él hacia donde Él quiera”.
Así se expresaba días antes de su ordenación sacerdotal Rafael Morano, convertido ya en presbítero tras la celebración en la catedral el pasado 22 de julio, de manos del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo.
Rafael se ha formado en el Seminario misionero Redemptoris Mater, vinculado al Camino Neocatecumenal, movimiento eclesial que, a través de su familia, le ha llevado primero a la fe y, después, al ministerio sacerdotal, formándose en su seminario.
Rafael reconoce que tuvo un periodo de rebeldía siendo adolescente, propio en esa edad juvenil. Sin embargo, su llamada a la vocación la siente con atisbo a los 20 años, cuando estudiaba la carrera de Ingeniería Informática y con novia. Es en ese momento cuando se empieza “a cuestionar”. “Veo que la vida no me da lo que necesitaba. No terminaba de estar a gusto, pese a que, en principio, lo tenía todo y estaba contento. Pero, había algo que me faltaba y, en medio de esta incertidumbre, me empiezo a cuestionar si no es que Dios quiere de mi otra cosa”, explica Rafael al Secretariado de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Granada. En esta situación de incertidumbre estuvo Rafael, planteándose “qué quería el Señor de mi, hasta que, en un determinado momento, el Señor me llama al sacerdocio”. En ese momento, Rafael expresa de viva voz su deseo de entrar en el seminario. Llega a Granada y “comienzo toda esta aventura”.
LA EXPERIENCIA DE LA FE, EN LA FAMILIA
Rafael es natural de Minas de Río Tinto, un pueblo de la sierra de Huelva, donde vivió su infancia, para después viajar hasta Castellón con su familia, donde se trasladó. Es el cuarto de siete hermanos. Y es la familia la que le ha ayudado a permanecer en la Iglesia, a través de la experiencia del Camino Neocatecumenal, donde ha vivido la fe cristiana, “porque el encuentro es el mismo para todos: encontrarse con Dios que te quiere y eso es lo que transformó mi vida”, señala Rafael Morano.
Rafael ha recibido la Ordenación Sacerdotal de manos del arzobispo Mons. Gil Tamayo, las primeras que celebra como pastor de la sede de Granada desde su titularidad como arzobispo el pasado 1 de febrero. En esta celebración, llevada a cabo el 22 de julio en la Catedral, también se ordenó Emilio Castilla, natural de Venezuela, formado también en el Seminario Redemptoris Mater de Granada.
Rafael ha prestado servicio pastoral en el pueblo de Cádiar y, previamente, estuvo un año en misión en México. En este mismo pueblo de Cádiar, celebraba el domingo 23 de julio, su primera Eucaristía con los vecinos y la comunidad cristiana que han acompañado su inicio de ministerio presbiteral como hicieran también en su ordenación en la catedral el día anterior.
Por su parte, Emilio Castillo ha desarrollado su servicio pastoral como diácono en Guadahortuna y en Montejícar. Castillo celebra su primera misa el lunes 24 de julio en la iglesia de Montejícar a las 20 horas.
Paqui Pallarés