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Textos
14 de mayo de 2023
Nº 1469 • AÑO XXXI

(III)

Trinidad en los santos

“Si estás ahí, hazte conocer”

Otro ejemplo de vida trinitaria es el de la beata Itala Mela [25], beatificada el 10 de junio de 2017. Itala nació el 28 de agosto de 1904 en La Spezia, en el norte de Italia. En 1920, a la muerte de su hermano de 9 años, Itala se consolida en la decisión familiar del ateísmo, pero dos años más tarde, involucrada con sus amigos en la FUCI (Federación Universitaria Católica Italiana) de Génova, empieza una búsqueda de Dios: “Si estás ahí, hazte conocer”. En 1923 Itala se decide por la fe. En 1926 empieza a dar clases y se gradúa en Literatura Clásica con una tesis sobre san Cipriano. En este año comienza a reflexionar sobre la presencia de la Santísima Trinidad en el alma y piensa en hacerse monja. Itala, que ya se siente inhabitada por Dios, tiene una profunda experiencia de la Trinidad en Pontremoli. Así describe lo que vive, en la iglesia del seminario, el 3 de agosto de 1938:

En un coloquio sacramental, realizado en la iglesia de San Francisco, anexa al Seminario, sometí a él (al confesor) esta presencia sensible de la Trinidad en mi alma. Él me iluminó y me dijo que tal gracia era negada a almas más fieles que yo. Mientras hablaba así de la inhabitación, fui invadida por una luz interior, que partió como de un rayo desde el Sagrario, y en tal luz me fue comunicado: “Tú la harás conocer”. [26]

Su solicitud de ingreso en un monasterio benedictino de Bélgica es aceptada en 1929, pero por motivos de salud tiene que renunciar y en 1931 inicia su camino como oblata benedictina en el monasterio de San Pablo Extramuros de Roma, donde en 1933 emite sus votos perpetuos, y toma el nombre de María de la Trinidad. Ese mismo año, el 11 de junio, Itala hace el voto de anunciar el misterio de la inhabitación trinitaria. La beata, que tiene una fuerte experiencia interior, es consciente de que el misterio de la Trinidad en el alma es un dogma que todos deben vivir como bautizados, y piensa en acciones concretas sobre cómo vivirlo ella misma y cómo difundirlo. Al emitir su voto, Itala expresa lo que piensa hacer:

  1. Comprometerme a cultivar de modo particular este santísimo Misterio, poniendo como fundamento principal de mi vida espiritual la verdad de la inhabitación de la Santísima Trinidad en mi alma.
  2. Orar para que a las almas, principalmente religiosas y sacerdotes, sea manifestada esta verdad y vivan según la misma.
  3. Ofrecer todas mis penas para reparar el mucho olvido en que es dejado tan agustísimo misterio. Pretendo, además, comprometerme, según la oportunidad y conforme a la obediencia, tenida expresamente para este aspecto, a realizar todas aquellas obras que fuesen necesarias y útiles para interesar a las almas en la consideración de este misterio. [27]

Para difundir el dogma de la inhabitación, María de la Trinidad escribe en 1936 el libro La ascesis a la luz de la inhabitación de la Santísima Trinidad en las almas, donde explica:

Vivir la inhabitación es vivir el propio bautismo. Sería un grave error creer que el invitar a las almas a que nutran sus vidas de este misterio adorable, sea encaminarlas a una devoción especial. Es más bien invitarlas a que vivan de la gracia que el bautismo les ha dado, a que penetren la realidad divina que Jesús nos ha prometido: “Vendremos a él y haremos en él nuestra morada” (Jn 14, 23). [28]

La beata, que tiene una fuerte experiencia interior, es consciente de que el misterio de la Trinidad en el alma es un dogma que todos deben vivir como bautizados, y piensa en acciones concretas sobre cómo vivirlo ella misma y cómo difundirlo.

Itala sostiene que no solo se contentó Dios con dejarnos en la Eucaristía la posibilidad de recibir al Verbo hecho carne en nuestros corazones por unos momentos, sino que ha querido que, desaparecida la presencia física de Cristo, el alma no quedase vacía o sola, sino que gozase de la presencia de las tres divinas Personas sin interrupción. Y, mientras Dios nos otorga esta intimidad, nosotros rehusamos alegrarnos por ella, sacar de ella aquellos dones de luz y santidad que está destinada a traernos. [29]

“Tres ángeles visitan a Abraham y Sara en Mamre”, comisionado por el Centro Alleti. Mosaico en el ábside de la capilla de la Casa de Formación Católica Tainach, Austria, 2012. El ángel que representa a Dios Padre está oculto por su ala, de modo que solo se le ve un ojo. En el lado derecho, vemos al Espíritu Santo, que se dirige al Padre. Una ola de viento en el manto del Espíritu Santo se extiende hacia el Hijo, y el manto del Hijo a su vez se hincha hacia el Padre.

La beata continúa su escrito destacando todas las consecuencias de la conciencia de ser habitado por la Trinidad, y también da herramientas para entrar más profundamente en este misterio. Enumeramos solo siete de los trece puntos que explica:

  1. Con respecto al pecado. “El pecado se le presenta como una horrible profanación del templo de Dios vivo” [30]. El alma, consciente de que está inhabitada, se siente “objeto de un amor incomprensible […]. Ante estas luces, la hipótesis de una rebelión contra Dios, de un desprecio de la caridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo le parece una terrible aberración” [31].
  2. Con respecto a la oración. Hay que invitar a las almas a hacer un esfuerzo activo para entrar en la intimidad con las tres Personas divinas [32].
  3. Con respecto al recogimiento. El pensamiento de la Trinidad, que está en el alma, puede ayudarnos a mantener el contacto con Dios, incluso cuando estamos inmersos en el apostolado. “Este contacto podrá ser una simple mirada a Dios en lo profundo […o] la oración vocal, podrá ser un Gloria, una jaculatoria” [33]
  4. Respecto al silencio. “Así como cualquier persona, incluso mediocremente formada, siente que está faltando a la reverencia si se pone a charlar inoportunamente delante del sagrario, así también toda alma que piensa seriamente en la inhabitación se siente impulsada a callar muchas palabras inútiles” [34].
  5. Respecto a la caridad. “Considerando el misterio de la vida trinitaria, el alma no puede dudar ya de ser amada y no puede titubear ya en devolver amor por amor […]. Esta caridad desbordará desde el alma sobre sus hermanos, como desde la Trinidad desborda sobre el mundo. Nosotros amaremos con el Padre a sus hijos, a los redimidos por Jesús; con Jesús desearemos conocer los servicios, más generosas dedicaciones al Cuerpo Místico; con el Espíritu Santo anhelaremos iluminar, confortar y robustecer a los hermanos” [35].
  6. Respecto a la humildad. “Hay que dejar que el yo sea transformado por Dios: arrojarlo al seno de la Santísima Trinidad para que sus modos de pensar, de querer y de amar lleguen a ser divinos. No hay verdadera humildad sin esta inmolación profunda del yo sobre el altar de la liturgia celeste” [36].
  7. Respecto al abandono. “Cuando Dios se ha abandonado de esta manera a una criatura, hasta el punto de dejarse poseer admirablemente en esta tierra, el abandono de la criatura a él ya no es difícil” [37].

En estos momentos de extremo sufrimiento y aislamiento, vive continuamente en el deseo de estar profundamente unida a la Trinidad, ofreciéndose por la salvación de las almas: “No hay otro medio para llegar a cada alma y es estar consumada en el seno de la Trinidad como una hostia”.

Tres años después de la redacción del texto, por razones de salud, Itala deja la enseñanza. Sigue teniendo una vida activa de compromiso en la diócesis, pero en 1955 la enfermedad la obliga a vivir en soledad y pobreza hasta su muerte el día 29 de abril de 1957. En estos momentos de extremo sufrimiento y aislamiento, vive continuamente en el deseo de estar profundamente unida a la Trinidad, ofreciéndose por la salvación de las almas: “No hay otro medio para llegar a cada alma y es estar consumada en el seno de la Trinidad como una hostia” [38].

ACTUALIDAD DEL DOGMA DE LA INHABITACIÓN TRINITARIA
Concluyendo, tanto santa Isabel como la beata Itala nos recuerdan cómo el dogma de la inhabitación trinitaria, hoy casi olvidado, es actual y está enraizado en nuestro bautismo, por lo que es don y tarea de todos los cristianos. La Trinidad está en el alma no en sentido metafórico, su presencia es real y verdadera, y, escribe el Papa León XIII en la encíclica Divinum illud munus, esta unión “solo en la condición o estado, no en la esencia, se diferencia de la que constituye la felicidad en el cielo” [39]. Estamos llamados y llamadas a experimentar la vida del Cielo ya aquí en la tierra.

Que Isabel e Itala sean nuestras guías, y que la Virgen María, primer templo de la Trinidad, sea nuestra Maestra e interceda por nosotros ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para que vivamos en estrecha comunión con ellos. “¿Quién, por lo demás, podrá mejor que ella iniciarnos a vivir el misterio de la Santísima Trinidad?” [40].

Palma Ventrella
Revista Humanitas

Notas:

 [25] Para la biografía de Itala nos remitimos a Itala Mela; “Introducción biográfica”, en En las fuentes. BAC, España, 2002, pp. 5-64. 

[26] Ibid. Mela; “Introducción biográfica”, p. 23.

[27] Ibid. Mela; “Introducción biográfica”, p. 30.

[28] Mela, Itala; “La ascesis a la luz de la inhabitación de la Santísima Trinidad en las almas”, en En las fuentes, p. 143.

[29] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 144.

[30] Idem.

[31] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 145.

[32] Cf. Mela; “La ascesis…”, pp. 146-147.

[33] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 147.

[34] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 148.

[35] Ibid. Mela; “La ascesis…”, pp. 154-155.

[36] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 157.

[37] Ibid. Mela; “La ascesis…”, p. 159.

[38] Mela, Itala; “Selección de sus escritos en forma de pensamientos”, en En las fuentes, p. 200.

[39] León XIII, Divinum illud munus, n. 11.

[40] Op.cit. Mela; “Selección de sus escritos”, p. 173.