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Mirada
14 de mayo de 2023
Nº 1469 • AÑO XXXI

Nueva beata

Mons. Orozco asistió a la beatificación de Conchita Barrecheguren en Granada

El obispo de Guadix asistió a la beatificación de la Sierva de Dios Conchita Barrecheguren, que tuvo lugar el sábado 6 de mayo, en la Catedral de Granada.

La celebración fue presidida por el cardenal prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Mons. Marcello Semeraro, en representación del Papa Francisco. Junto a él, concelebraron el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, el emérito D. Francisco Javier Martínez, y los obispos de Guadix, Córdoba, Jerez y el arzobispo emérito de Valencia, así como un centenar de sacerdotes, en una ceremonia a la que asistieron unos 2.500 fieles.

RITO DE BEATIFICACIÓN
El arzobispo de Granada Mons. José María Gil Tamayo, acompañado por el postulador de la Causa, solicitó ante el Prefecto que la joven granadina fuera contada entre los nuevos beatos de esta Iglesia diocesana. A continuación, Mons. Semeraro pronunció la fórmula de beatificación, que fue acogida con un sonoro y profundo aplauso de los fieles y concelebrantes, al mismo tiempo que se desplegaba la gigantografía con el rostro de la nueva beata, incorporando así a la Iglesia de Granada a la beata Conchita Barrecheguren.

El rito de beatificación se vivió con profunda emoción entre los fieles, especialmente entre los familiares de la joven Barrecheguren y la familia redentorista, comunidad a la que estuvo vinculada en vida, así como su padre Francisco, que, junto a Conchita, fue declarado Venerable el 5 de mayo de 2020.

“Concedemos que la Venerable Sierva de Dios María de la Concepción Barrecheguren, fiel laica, que aceptó con fe los dolorosos sufrimientos de la enfermedad, encontrando en ella oportunidad de gracia, redención y caridad, sea llamada con el nombre de BEATA para la posterioridad”, recoge la Carta Apostólica por la que se proclama beata a Conchita.

La fiesta litúrgica se celebrará el 13 de mayo, día en que falleció en 1927 y “nació para el Cielo”, indica la Carta Apostólica.

PALABRAS DURANTE LA CEREMONIA
En sus palabras durante la homilía, el cardenal Mons. Semeraro habló de la vulnerabilidad y sufrimiento en la joven beata, que en nuestro tiempo hemos experimentado, personal y comunitariamente, de forma reciente, con motivo del coronavirus.

“La vocación que llega de la vulnerabilidad, nuestra Beata la ha reconocido, la ha aceptado y la ha vivido. Nos ha indicado también el método sobre cómo hacerlo. De hecho escribió: "Mi amor será un Dios crucificado, mi alimento la oración, mi fortaleza la Eucaristía...". Para realizar este programa de vida buscó también un ejemplo en Santa Teresa de Lisieux. Los Santos beatificados y canonizados, ha dicho el Papa: "recuerdan a todos que vivir el Evangelio en plenitud es posible y es bello"”, afirmó el cardenal en su homilía.

Por su parte, el arzobispo D. José María Gil Tamayo dirigió unas palabras de agradecimiento por esta proclamación de la nueva beata, tras las cuales intercambió un abrazo de paz con el cardenal, al que también se sumó el postulador de la Causa, recibiendo en ese momento una copia de la Carta Apostólica.

Asimismo, en sus palabras al término de la ceremonia, el arzobispo Mons. Gil Tamayo transmitió al Papa el afecto hacia su persona y ministerio, en nombre también del arzobispo emérito, D. Francisco Javier Martínez, y de toda la Archidiócesis, expresando asimismo la plena comunión con el Santo Padre y su magisterio.

Mons. Gil Tamayo habló de “inmensa alegría” en esta beatificación, porque Conchita nos recuerda lo esencial de la vida en nuestra Iglesia que es “la vida en Cristo y la santidad en primer plano”, al mismo tiempo que aludió a otros beatos y santos granadinos, desde los mártires granadinos, san Cecilio, fray Leopoldo de Alpandeire y la madre Riquelme, entre otros, “todos ellos llamados a la santidad en el seguimiento a Cristo”.

De la nueva beata, Mons. Gil Tamayo pide que “su ejemplo cunda entre nosotros y en los cristianos laicos en la vida de familia y en los enfermos”. El arzobispo de Granada expresó la gratitud al cardenal por su servicio en esta beatificación en nombre del Papa Francisco, a los misioneros redentoristas y a todos los fieles y devotos.

Por su parte, el Superior Provincial de los Misioneros Redentoristas, Francisco Caballero, también dirigió unas palabras en las que recordó cómo la vida de Conchita es un signo del “reconocimiento de Dios por la sencillez”. Asimismo, recordó que “la beata nos enseña que en la realidad difícil y de sufrimiento siempre está presente Dios”. “Se dejó configurar como modelo real de Cristo y corazón misionero”, señaló el Superior Provincial, destacando la sencillez con la que vivió en la vida cotidiana el amor de Cristo, a principios del siglo XX, también desde el sufrimiento por su enfermedad y por la demencia que padeció su madre.

PROYECTO DE SOLIDARIDAD
En la ceremonia ha sonado por primera vez el himno interpretado de forma expresa para esta ocasión, compuesto por el sacerdote redentorista padre Damián María Montes.

La colecta en la ceremonia de beatificación, así como aquellas actividades que se han llevado o se llevarán a cabo en el marco de esta celebración, van dirigidas a la construcción de un nuevo servicio de maternidad en la Clínica Nokien Mbanza-Ngungu, en el Congo. Esta obra de caridad se llevará a cabo a través de la Asociación para la Solidaridad, ONG vinculada a la comunidad redentorista. Con este proyecto se reducirá la tasa de mortalidad materna e infantil y formará a personal para la atención materno infantil, entre otros objetivos. Una de las actividades organizadas cuyos fondos van destinados a este fin es la obra de teatro “Francisco y Conchita, de la Alhambra al Cielo”, que interpretará la compañía “Casi Siempre” el 21 de mayo, a las 12 horas, en el Teatro Isabel La Católica. El donativo es de 10 euros.