La Iglesia celebra el 30 de abril la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y la Jornada de vocaciones nativas bajo el lema, "Ponte en camino. No esperes más".

Esta campaña se difunden de manera conjunta por el servicio de Pastoral Vocacional de la Conferencia Episcopal Española, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Obras Misionales Pontificias Pontificias (OMP) y la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS).

El "domingo del Buen Pastor", el cuarto de Pascua, es el día elegido para celebrar, de forma conjunta, estas dos Jornadas:

• La Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, de carácter universal, pretende suscitar en todos los jóvenes la pregunta por su vocación, y que la comunidad cristiana promueva las vocaciones cristianas con la oración y el acompañamiento.

• La Jornada de Vocaciones Nativas que busca sostener las vocaciones de especial consagración que surgen en los territorios de Misión, para que ninguna de ellas se quede frustrada por falta de recursos. Para ello, además de la oración, promueve la colaboración económica.

El objetivo de esta semana de oración vocacional es acompañar a los niños y jóvenes a profundizar en la invitación del Señor a seguirle en un proyecto de vida concreto dentro de las diferentes formas de vida existentes en la Iglesia. Cada uno de los días de esta semana vocacional se centrará en algunos aspectos tomados del tema musical de esta Jornada, y que usaremos como hilo conductor. La idea es ir relacionándola con diferentes textos bíblicos que apoyen además las siguientes ideas presentes en el texto de la canción:

1. Descubrir los muros que pueden paralizar y bloquear el crecimiento en la fe.
2. Reconocer la presencia de Cristo que quiere habitar en mi corazón, como un amigo. 3. Ser consciente de que mi vida es para poder compartirla con los demás, con pasión y la fuerza que da la fe.
4. Sentirse interpelado a seguir un proyecto de vida poniéndose en camino como María1 .
5. La corresponsabilidad de la comunidad cristiana.

Cada día comienza con un momento de silencio para ambientar y crear un clima propicio para oración, silenciando cuerpo y mente, para centrarnos y crear un buen lugar de encuentro y evitar distracciones.
Cada tiempo de oración estará precedido por una lectura de la Palabra de Dios, la lectura y escucha del tema musical, unas preguntas para la reflexión, una oración final y una misión concreta para cada jornada.