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Testimonio
26 de febrero de 2023
Nº 1458 • AÑO XXXI

Sacerdote y mártir

Beato Stanley Francis Rother: el “Padre” de los indígenas guatemaltecos

El beato Stanley Francis Rother, fue asesinado por odio a la fe en 1981, en Santiago Atitlan, Guatemala. El 1 de diciembre de 2016 el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la promulgación del decreto reconociendo el martirio del P. Stanley Rother.

Stanley Francis Rother nació en un pequeño pueblo llamado Okarche, ubicado en el estado de Oklahoma (Estados Unidos), donde la religión, la educación y la granja eran los pilares de la sociedad.

Standley llevaba una vida sencilla y trabajaba en la granja familiar. Al estar rodeado de sacerdotes sintió el llamado de Dios y partió al seminario. Ahí comenzaría la aventura de su vida.

En el seminario suspendió varios cursos. La hermana Clarissa Tenbrick, que fue su profesora en quinto grado, le escribía para alentarlo y le recordaba que el Santo patrono de los sacerdotes, San Juan Vianney, también tuvo los mismos problemas en el seminario.

Mientras Stanley estaba en el seminario, San Juan XXIII pidió a Iglesia en Estados Unidos que enviase ayuda y que estableciese misiones en Centroamérica. En respuesta a esa llamada, la diócesis de Oklahoma y la diócesis de Tulsa fundaron una misión en Santiago Atitlan, una comunidad indígena muy pobre en Guatemala.

Unos años después de haberse ordenado, el P. Stanley aceptó la invitación de unirse a la misión. Ahí pasó los siguientes 13 años de su vida.

Cuando llegó, el sacerdote resultó ser un curioso personaje en medio de los indígenas por su altura y su barba roja. Su nombre también era extraño para los mayas Tz´utujil que al no encontrar un equivalente en español para Stanley, lo empezaron a llamar “Padre Francisco”, por su segundo nombre Francis.

Por su parte, el P. Stanley se dio cuenta de que todo lo que aprendió en la granja de su familia le podría servir ya que como sacerdote misionero no sólo estaba llamado a celebrar la Misa, sino también a ayudar en el trabajo cotidiano de los campesinos.

Arreglaba camiones, trabajaba en el campo, construyó un granero, una escuela, un hospital y la primera estación de radio católica, cuya señal llegaba hasta los pueblos más remotos.

El “Padre Francisco” también era conocido por su bondad, su entrega, su alegría y su preocupación por sus parroquianos, los niños lo seguían y lo querían mucho.

GUERRA CIVIL Y MARTIRIO
La violencia de la guerra civil llegó hasta la aldea. Sin embargo, las desapariciones, los asesinatos y el peligro no amedrentaron al “Padre Francisco”. Más bien se mantuvo firme y se convirtió en el apoyo de su pueblo.

Entre los años 1980 y 1981 la violencia alcanzó un punto insoportable. El P. Stanley veía como sus amigos y parroquianos eran secuestrados o asesinados. Incluso su nombre estaba en la lista negra.

A principios de 1981, su nombre fue incluido en una lista de amenazados de muerte -lo consideraban un enemigo por proteger a sus parroquianos y proclamar el evangelio-, por lo que regresó a Oklahoma y fue advertido de no volver. Pero él no podía abandonar a su pueblo, así que regresó para pasar la Pascua con su pueblo en Guatemala.

En la madrugada del 28 de julio el “Padre Francisco” fue despertado por el grito de “Padre, han venido por usted” pronunciado por una persona que fue conducida a punta de pistola hasta su habitación.

Lo esperaban tres hombres enmascarados conocidos como “ladinos”, los hombres que masacraban a los indígenas y campesinos pobres. Eran conocidos por sus secuestros y ahora venían por el P. Stanley.

Él se resistió, no quería poner en peligro a la misión de la parroquia. Luchó durante 15 minutos hasta que le dispararon dos veces y murió.

Su memoria se recuerda el 28 de julio y fue beatificación por el Papa Francisco en septiembre de 2017.