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12 de febrero de 2023
Nº 1456 • AÑO XXXI

Campaña contra el hambre

Este fin de semana, Manos Unidas nos llama a cambiar el mundo

Esta es una semana clave para la solidaridad, para nuestra solidaridad. Se acumulan las peticiones de ayuda. El terremoto en Turquía y Siria reclama nuestra atención, nos conmueve tanto sufrimiento, y se nos pide colaboración con los afectados, a través de Cáritas, entre otras ONG´s.

Pero también Manos Unidas nos recuerda todos los años, por estas fechas, que hay muchas personas que pasan hambre en el mundo y que, con un poco de nuestra ayuda, podemos hacer mucho.

Manos Unidas nos lo pone fácil y lo dice bien fuerte este fin de semana. Se celebra la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre en el Mundo. En las parroquias habrá colectas para recaudar los fondos necesarios con los que financiar tres proyectos de desarrollo, en Mozambique, India y Brasil. Tres proyectos que, aunque pequeños en cuantía económica, alcanzará a varios miles de personas, ayudándoles a mejorar sus condiciones de vida y a salir de la pobreza.

También este sábado 11 de febrero, en la ciudad accitana habrá colectas por las calles y en el mercado, con puestos de información sobre los proyectos que se asumen desde nuestra tierra para realizar en esos países.

Además, desde Manos Unidas se nos invita a ser voluntarios con ellos, para estas campañas, y a ser suscriptores de esos proyectos, si podemos, con pequeñas aportaciones periódicas, que se pueden domiciliar en el banco. Así de fácil podemos ayudar a combatir la pobreza y a acabar con la desigualdad, una tarea que, como recuerda el eslogan de este año, está en nuestras manos.

MOZAMBIQUE, INDIA Y BRASIL
Manos Unidas funciona financiando proyectos de desarrollo donde más se necesita. A veces, se crean colegios, o se levantan centros de salud, o se ayuda a cultivar mejor la tierra. Y otras veces, se crean oportunidades de formación para ayudar a salir de la pobreza. Porque la educación, sin duda, es la mejor herramienta para combatir el hambre y sacar de la postración a las personas necesitadas.

Los tres proyectos que la diócesis de Guadix va a financiar son de formación, sobre todo dirigidos a jóvenes y mujeres, que alcanzarán a varios miles de personas, en Brasil, Mozambique e India. También se ayudará a financiar la construcción de ochenta sistemas de tratamiento de aguas grises y la construcción de ochenta fosas ecológicas, en una zona desfavorecida.

Estos son los proyectos que Manos Unidas en la diócesis de Guadix va a financiar, con un importe total de 49.560€, que saldrán de las colectas de este fin de semana, de las actividades que se hagan a lo largo del año y de los donativos que se reciban:

- Agricultura familiar y empoderamiento femenino juvenil en el nordeste de Minas Gerais, en Brasil. Con un importe total de 31.746 euros y una aportación de Manos Unidas de Guadix de 12.968,24 euros, el proyecto contempla la realización de cuatro cursos de recursos hídricos, la construcción de ochenta sistemas de tratamiento de aguas grises y la construcción de ochenta fosas ecológicas, que tendrán 690 personas de beneficiarios directos y 2700 indirectos.

- Junto a la diócesis de Gurue en Mozambique colaborarán en la realización de cursos de capacitación de jóvenes, prevención de drogas, alcoholismo y matrimonios prematuros, con el objetivo de empoderar a las familias más vulnerables de la diócesis para poder afrontar el futuro con dignidad. El importe total del proyecto es de 6.291 euros del cual Manos Unidas de Guadix aportará el 80%.

- Promoción de la formación y empleabilidad de jóvenes en el ámbito rural de West Bengal, en el distrito nordeste de la India. Manos Unidas impartirá cuatro cursos de tres meses de duración para 61 alumnos en cada curso en diez aldeas en el distrito de Nadia. El importe del proyecto será de 11.523 euros del cual el 78% lo aportará Manos Unidas de Guadix.

Así, cuando este sábado, o el domingo en las Misas, nos pidan para Manos Unidas, ya sabemos a dónde irá nuestra ayuda y el mucho bien que hará. Sin duda, Manos Unidas nos ayuda a ser solidarios desde casa, compartiendo con los que menos tienen, porque frenar la desigualdad, como dicen, está en nuestras manos.

Antonio Gómez

Frenar la desigualdad está en tus manos

Mensaje con motivo de la Campaña de Manos Unidas 2023.

Queridos diocesanos:

Febrero en la Iglesia española es el tiempo de Manos unidas, Asociación de la Iglesia en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países más desfavorecidos y en vías de desarrollo. La Campaña contra el hambre nos ayuda a no dormirnos en una dimensión constitutiva de nuestra fe: combatir las dolorosas injusticias de nuestro mundo.

Ser cristiano es vivir con ojos samaritanos y el corazón siempre dispuesto a acariciar, de forma concreta, las heridas de Cristo crucificado en los que más sufren. Como proclamó el Concilio Vaticano II, “toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona, ya sea social o cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición social, lengua o religión, debe ser vencida y eliminada por ser contraria al plan divino” (Gaudium et spes, 29).

Los datos oficiales que nos dan algunos organismos internacionales, son un dolor para la humanidad y un verdadero fracaso para todos: 828 millones de personas hambrientas; 8,7 millones de personas mueren de hambre al año, 24.000 al día, una cada cuatro segundos; y de ellos 2,7 millones son niños. En nuestro mundo, tan avanzado y tan defensor de los derechos fundamentales, 4.000 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza y se calcula que, irremediablemente, si nuestras manos no se unen, 670 millones de personas seguirán padeciendo hambre en 2030. Esto habla mal de todos nosotros.

El Papa Francisco nos dice que es tiempo “para hacer un examen de conciencia personal y comunitario, y preguntarnos si la pobreza de Jesucristo es nuestra fiel compañera de vida” (Jornada mundial de los pobres, 2022). Y “es hora de que abramos los ojos para ver el estado de desigualdad en el que viven tantas familias. Es hora de arremangarse para recuperar la dignidad creando puestos de trabajo. Es hora de volver a escandalizarse ante la realidad de los niños hambrientos, esclavizados, naúfragos, víctimas inocentes de todo tipo de violencia.”(Encuentro de oración, Asís 2022).

En el mismo discurso, el Papa nos decía que es el momento “de romper el círculo de la indiferencia y descubrir de nuevo la belleza del encuentro y del diálogo”. Frente al derrotismo y el pesimismo de pensar que no hay nada que hacer, Manos Unidas quiere reactivar la esperanza de que todo es posible para el que cree. Desde el Evangelio y los principios firmes de la Doctrina Social de la Iglesia, los cristianos de este momento histórico, estamos llamados a trabajar por la dignidad de todos los seres humanos, el bien común, el destino universal de los bienes, la solidaridad, la opción por los pobres, el cuidado de la Casa Común y por la apuesta subsidiaria de que todo empieza en nuestro compromiso. Es posible la Civilización del Amor y la Iglesia quiere ser expresión de ese sueño de Dios, por medio de cada uno de nosotros: es posible frenar la desigualdad, combatir el hambre y acabar con la pobreza. El pecado ha sido vencido y el mal no tiene la última palabra. Depende de tus manos.

El lema de esta campaña, “Frenar la desigualdad está en tus manos”, se acompaña con una imagen: unas manos que transmiten compromiso y ternura con los hermanos más vulnerables y descartados. Son tus manos y son nuestras manos: todas las manos suman, todas cuentan y todas son necesarias. El futuro para erradicar estas desigualdades no es cosa de otros, depende de nosotros, está en nuestras manos.

Os invito a vivir con intensidad esta campaña de Manos Unidas, a creer en el poder de Jesucristo, de la oración, de los sacrificios y de la limosna que nos hacen equilibrar las injusticias. Tu colaboración e implicación en la Jornada Nacional y en la colecta de la Campaña contra el hambre harán posible que, un año más, podamos hacer frente a los proyectos que nuestra Diócesis de Guadix ha hecho suyos. Y ojalá ese sea el camino de nuestra fe siempre. Desde hace 60 años, el segundo viernes de febrero es también el día del ayuno voluntario. Os invito el próximo día 10 a tener pequeños gestos, privándose de algo que se transformará en una gran ayuda para paliar el hambre en el mundo.

Agradecemos a la Presidenta diocesana, al consiliario, a los voluntarios, colaboradores y equipos diocesanos de Manos Unidas, sus esfuerzos, tiempo y precioso servicio para movilizarnos a todos en esta causa justa de nuestra Madre Iglesia que quiere, por medio de nosotros, acariciar a sus hijos que más sufren, recordándonos que “frenar la desigualdad está en tus manos”.

Con mi afecto y bendición.

+Francisco Jesús Orozco Mengibar
Obispo de Guadix

Manifiesto Manos Unidas

Manos Unidas es la organización de la Iglesia en España para la cooperación al desarrollo en los lugares más empobrecidos y excluidos del planeta. Desde hace 64 años, trabajamos en favor de la justicia, luchando contra el hambre, la pobreza y la desigualdad. Partimos del reconocimiento de la dignidad humana como fuente de todos los derechos y creemos que estos solo pueden garantizarse si se promueven actitudes, compromisos y conductas más inclusivas, sobrias y solidarias.

En ese caminar, nos guía la Doctrina Social de la Iglesia desde la reflexión del Papa: «Si hay que empezar será desde los últimos».

También nos ayuda el propósito de «poner fin a la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones, y de velar porque todos los seres humanos puedan realizar su potencial con dignidad e igualdad y en un medio ambiente saludable, sin dejar a nadie atrás», recogido en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Por eso, decididos a luchar contra la desigualdad para lograr un mundo de personas libres de pobreza y hambre:

DENUNCIAMOS que la brecha de desigualdad sigue creciendo en nuestro mundo.

Y que:

  • Los beneficios de la globalización han marcado un panorama profundamente desigual, enriqueciendo de manera exorbitada a una parte pequeña de la población, mientras cientos de millones de personas siguen siendo extremadamente pobres. Así, el 1 % más rico acumula casi el 50 % de toda la riqueza global, mientras el 50 % más pobre apenas posee el 1,5 % de la riqueza total.
  • Más de una cuarta parte de los trabajadores del Sur son pobres, siendo sus salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias.
  • Todavía hay 828 millones de hambrientos y se estima que cada cuatro segundos muere una persona por esta causa.
  • Unos 570 millones de mujeres de entre 15 y 45 años sufren anemia.
  • Cerca del 50 % de las personas que pasan hambre en el Sur pertenecen a familias agricultoras rurales que, trabajando en explotaciones de menos de dos hectáreas, producen en torno al 35 % de los alimentos que se consumen a nivel mundial, y hasta el 80 % en continentes como África o gran parte de Asia.

DEMANDAMOS:

- Que se limen las desigualdades que atentan contra la dignidad humana; impiden que cada persona pueda vivir con las necesidades básicas cubiertas y con sus derechos fundamentales garantizados y son contrarias a las más hondas convicciones creyentes.

- Que se impulse un desarrollo inclusivo y respetuoso con el medioambiente.

- Que se favorezca el papel del trabajo como vía de desarrollo personal y familiar. Y el trabajo digno para dignificar la vida de los trabajadores y acabar con la discriminación laboral de las mujeres.

- Que se pongan en marcha las políticas públicas de inserción, fundamentadas en una fiscalidad justa, y se promueva la participación y la democracia.

PROPONEMOS:

- Que institucionalmente se fomente el trabajo digno, en el que se respeten los derechos de los trabajadores, de manera especial, el derecho a un salario justo.

- Que se garantice la protección social de los trabajadores, por parte de los organismos del Estado y que exista un diálogo social tutelado por el Estado de derecho.

- Que se apoye a los agricultores de explotaciones familiares en el Sur, permitiéndoles disponer de su tierra, su agua y sus semillas y facilitando su acceso a los mercados locales.

- Que se empodere a las mujeres y a las niñas en el Sur para que la pobreza y el hambre dejen de tener rostro de mujer.

- Que se multipliquen los esfuerzos por potenciar el derecho a la educación y la salud de las comunidades más empobrecidas, sobre todo en el mundo rural.

Desde hace décadas, Manos Unidas tiene un compromiso histórico con la fragilidad del ser humano, y de manera especial con la fragilidad de aquellas poblaciones que sufren de forma más severa las consecuencias de la desigualdad. Por eso en este año -de la mano de la Doctrina Social de la Iglesia y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible- nos hemos propuesto como institución plantarle cara a esa lacra desde ámbitos concretos muy significativos en las comunidades del Sur: pobreza y hambre, trabajo digno, pequeños agricultores, perspectiva de género, derecho a la educación y a la salud.

Invitamos a toda la sociedad a trabajar para hacer que «el pan abunde en la mesa de la humanidad», logrando así un mundo donde las personas vivamos libres de pobreza, hambre y desigualdad.