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Signo y Gracia
5 de febrero de 2023
Nº 1455 • AÑO XXXI

Teología de la familia

Ritos iniciáticos familiares

Nada puede sustituir a la familia en su riqueza y su función. Y una de sus funciones, en las que se muestra insustituible, es la de la iniciación de los hijos.

La celebración de cada sacramento de iniciación debería ir acompañada de otros ritos iniciáticos familiares, que sirven como de preparación, explicitación y profundización en lo que los mismos sacramentos significan. Ponerlos en práctica requiere de los padres (abuelos, tíos…), el tener despierta la sensibilidad y preocupación por la educación religiosa cristiana de los hijos, saber aprovechar las diversas circunstancias y acontecimientos familiares, ser conscientes de que también existe una “mistagogia familiar” o una pedagogía de gestos y ritos, de signos y símbolos, de costumbres y tradiciones familiares, de suma importancia para la transmisión de la fe. Recordemos algunos de ellos:

  • El lenguaje iniciático: “Aprendiendo las primeras palabras, los hijos aprenden también a alabar a Dios, al que sienten cercano como padre amoroso y providente”.
  • Los gestos corporales: Gestos de oración, de adoración, de alabanza, señal de la cruz…
  • Los símbolos religiosos: Que pueden ir desde enseñarles a leer el sentido de los símbolos religiosos de casa, de la iglesia, de otros lugares.
  • La oración: Los padres son los orantes principales. Rezar por los hijos, y sobre todo con los hijos, es el primer elemento evangelizador-iniciador en la familia. Las formas pueden ser diversas, el ejemplo único.
  • Los tiempos litúrgicos: Sobre todo el ciclo de la Navidad y de Pascua, aprovechando toda la simbología y posibilidades que ofrecen.
  • Los acontecimientos familiares: Cuando nace un nuevo hijo, cuando alguien está enfermo grave o muere, cuando se celebra un éxito o acontecimiento gozoso, cuando llega un aniversario especial o cumpleaños, o cualquier otro motivo de conmoción y reunión familiar.
  • Acontecimientos sociales: Ayudando a hacer una lectura discerniente, apoyada en valores humanos y cristianos, que enseñen en libertad y responsabilidad.
  • Medios audiovisuales: El inquilino “audiovisivo” es un personaje interlocutor permanente de la familia actual, al que hay que saber tratar e interpretar de modo adecuado.
  • Las bendiciones: Bien sea las que se pueden realizar por los padres, o las que tienen lugar en la comunidad, o en otros lugares y circunstancias.
  • Las procesiones: Son una posibilidad de enseñar el sentido de la veneración de los santos, de los misterios de la vida de Cristo, del sentido peregrinante de la vida.
  • Otros ritos posibles: Nos referimos al llamado “rito de la luz”, que puede tener lugar en la llamada “fiesta de las candelas” (2 de febrero); a otros ritos iniciáticos clásicos que vayan acompañando su proceso: entrega del Padrenuestro, del Credo, del Catecismo para niños.

En conclusión, nada puede sustituir a la familia en su riqueza y su función. Y una de sus funciones, en las que se muestra insustituible, es la de la iniciación de los hijos. Es urgente recuperar en los padres la conciencia del valor que el elemento religioso tiene en la familia, y la necesidad de que este valor sea transmitido por una educación y unos medios adecuados.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano