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5 de febrero de 2023
Nº 1455 • AÑO XXXI

Jornada Mundial de oración y
reflexión contra la Trata de personas

Caminando por la dignidad

La Iglesia celebra el 8 de febrero la Jornada mundial de oración y reflexión contra la Trata de personas con el lema Caminando por la dignidad. Un lema que se convierte en "una invitación a seguir en camino, con un horizonte que nos estimula a no desfallecer ni volver la vista atrás, a mantener la esperanza, a cimentar nuestra acción en los valores, y que nos ofrece también un itinerario que inspira y orienta".

El día de Santa Josefina Bakhita, 8 de febrero, ya nos va resultando familiar y conocido, tanto dentro como fuera de la Iglesia. El año 2015, cuando se propone e impulsa la celebración de esta Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata, estaba dedicado a la Vida Consagrada, y es la Unión de Superiores y Superioras Generales quienes encargan a la Red Internacional Talitha Kum la tarea de coordinar los preparativos y motivar la celebración de esta jornada.

El primer año se nos invitaba a encender una luz contra la trata, a iluminar los caminos sombríos de las víctimas, a orar por ellas, por los perpetradores, por quienes lo hacen posible y por quienes permanecen indiferentes ante esta realidad tan desconocida. Hoy seguimos encendiendo luces y tendiendo la mano para levantar. Hemos recorrido a lo largo de todos estos años un camino y los lemas han inspirado los materiales y las actividades propuestas para cada Jornada.

El lema de este año 2023 nos invita a seguir en camino, con un horizonte que nos estimula a no desfallecer ni volver la vista atrás, a mantener la esperanza, a cimentar nuestra acción en los valores, y que nos ofrece también un itinerario que inspira y orienta. Se trata de caminar por la dignidad de toda persona, especialmente aquellas cuya dignidad ha sido agredida, dañada, violentada. La trata de personas, además, es una grave violación de los derechos humanos, por lo que tenemos que reafirmar como Iglesia y como cristianos nuestro compromiso con su defensa. La realidad de la trata de seres humanos es también un grave delito y un gran negocio, que está instalado en nuestras ciudades, en nuestros barrios y pueblos, en nuestras calles. La complejidad de este crimen condena a las personas a la invisibilidad, lo que favorece la indiferencia ante este problema, y dificulta el acceso a las víctimas y la persecución del delito. Hablamos de un problema que persiste y es creciente en nuestros días, que nos atañe a todos y a todas.

Por eso, esta jornada de oración y reflexión, también es una oportunidad para visibilizar esta realidad, para tomar conciencia de la gravedad y de la responsabilidad que tenemos en este camino por la dignidad. Cada persona puede aportar su granito de arena, y entre todos acabar con esta lacra, herida en el cuerpo de la humanidad contemporánea, como dice el papa Francisco.

La presentación del tema de este año nos propone un viaje en dignidad, cuyo horizonte es precisamente la dignidad de cada persona, donde nadie quede atrás. Y para ello nos propone cuatro formas de caminar, con cuatro objetivos concretos. Te invitamos a que recorras este camino a través de las experiencias de las personas que han participado en la elaboración de esta revista.

Se nos propone caminar con “ojos abiertos” para RECONOCER procesos que llevan a personas a la trata, y por eso hemos invitado a participar a personas con experiencia en países donde se dan estas situaciones de gran vulnerabilidad, por diversos motivos, y donde es posible reconocer esos procesos, para prevenir el daño y ofrecer alternativas.

También a caminar con “un corazón atento” para DESCUBRIR caminos de cuidado, inclusión y empoderamiento. Personas con un gran corazón atento comparten con nosotros su testimonio de vida entregada a ese cuidado. Un camino desde el corazón que ama, se siente tocado, y se entrega por quienes sufren y son tratados injustamente.

Y en este camino difícil y tortuoso, la esperanza, como compañera de viaje, es bálsamo y fuerza que nos guía para PROMOVER acciones contra la trata de personas. Muchas son las personas que se sienten motivadas a comprometerse en este viaje, visibilizando esta realidad, concienciando y sensibilizando, creando equipos de trabajo, haciendo red con otras entidades, mostrando a la sociedad el drama de la trata y promoviendo la implicación de todos ya que, cada uno de nosotros, desde el lugar en el que se encuentre, puede ser un agente de transformación y cambio. En nuestras diócesis van surgiendo poco a poco equipos y se van creando redes eclesiales; hemos querido que tengan también su espacio en esta revista.

El último paso y forma de caminar es “mano a mano, juntos” para CONSTRUIR una cultura del encuentro, como Iglesia unida, en comunión. La propuesta para la vigilia de oración nos permite realizar esta experiencia de caminar juntos en sinodalidad, pero también con otras confesiones religiosas, con entidades de la sociedad, con la administración pública y todos aquellos que se quieran sumar a este viaje.

Bakhita es figura central en este día, por ello dedicamos un espacio especial para ella, además de facilitar a lo largo de toda la revista la lectura y contemplación de sus propias frases, recogidas en “El diario de Bakhita”. Ella es inspiración que nos alienta también ante las dificultades del camino, es modelo por su forma de ser y de hacer, por su historia de vida y testimonio, y es compañera de este camino por la dignidad.

Agradecemos de corazón a todas las personas que habéis participado en esta revista; vuestras experiencias y testimonios son muy valiosos, y queremos contribuir también a darles voz. También a la autora de la pintura que abandera los contenidos y que ha plasmado de forma genuina el impacto que sobre ella ha tenido Bakhita. Así lo comparte con nosotros en su descripción y explicación sobre el cartel.

A quienes, con vuestras palabras, nos interpeláis y provocáis, y nos hacéis caer en la cuenta de que todo está relacionado y conectado de alguna manera; que la trata no es ajena al cambio climático, a los conflictos armados, a nuestra forma de consumir y a nuestros estilos de vida. Y ante esto, la Iglesia siempre ha tenido una palabra que decir, y así nos lo demuestra la gran riqueza que contiene la Doctrina Social de la Iglesia, defensora de la dignidad y de los derechos humanos, y que se fundamenta en el magisterio de la Iglesia, poco conocido y relevante entre los propios católicos en comparación con su gran importancia a nivel humano y social.

Para finalizar, traemos a esta revista las experiencias de algunas redes de la Iglesia que operan a nivel internacional contra la trata de personas y que van adquiriendo mayor presencia en cada vez más países, fortaleciendo la comunicación y la conexión, creando estructuras que facilitan y orientan nuestro trabajo, para experimentar también la catolicidad en este Camino por la Dignidad. 

Mª Francisca Sánchez Vara
Directora del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana
Directora del Departamento de Trata de Personas