Scouts Católicos
La Luz de la Paz de Belén prende su llama en los corazones granadinos
La Luz de la Paz llegó a la Catedral de Granada el 16 de diciembre en procesión desde la Iglesia de San Pedro y San Pablo portada por los scouts católicos y jóvenes de distintas parroquias, cofradías y movimientos de nuestra diócesis que fueron recibidos en el templo catedralicio por Mons. José María Gil Tamayo.
En la tarde del viernes, 16 de diciembre, el paseo de los Tristes se iluminó con el cortejo que llevaba en andas la Luz de la Paz de Belén desde la Iglesia de San Pedro y San Pablo hasta la Catedral donde el pueblo cristiano de Granada esperaba con sus velas y farolillos la llegada de esta llama que comunica cada Navidad la paz, alegría y esperanza que brotan desde la gruta de la Natividad, en Belén (Israel).
Portada por toda Europa por el Movimiento Scout Católico y la colaboración de la Delegación de Juventud de la Archidiócesis de Granada, esta luz ha llegado un Adviento más hasta Granada para ser repartida en la Catedral y así llegar a todos los hogares granadinos.
En la procesión que llevó la Luz de la Paz participaron decenas de jóvenes y familias de distintas parroquias, cofradías y movimientos de nuestra diócesis al ritmo y canto de alegres villancicos.
LA LUZ QUE TRANSFORMA LOS HOGARES
A su llegada a la Catedral, esperaba el cortejo en la puerta nuestro Arzobispo coadjutor, D. José María Gil Tamayo, que recibió con alegría a los participantes. Ya en el interior del templo comenzó la celebración con la lectura de la Palabra de Dios. Seguidamente D. José María dirigió unas palabras a los niños, familias y jóvenes presentes:
“Me da mucha alegría y estoy impresionado por este acto en que dais la entrada a la Navidad con esta luz. Esta luz tiene mucho significado en nuestro Bautismo, Cristo con su nacimiento enciende la luz de nuestro mundo. Que podáis encender vuestras lámparas y ponerlas junto al Belén, que vuestras casas sean hogares, luminosos y alegres, no pensiones. Especialmente en este mundo divido” destacó el Arzobispo coadjutor.
Asimismo, también recordó la situación de muchos niños que sufren en esta Navidad: “Acordémonos de otros niños en otros países del mundo que no tienen familia u hogar, que sufren como Jesús y Jesús en ellos. Abrid el corazón porque Dios escucha especialmente la oración de los niños. La luz nos hace darnos cuenta de que no estamos solos. La luz nos muestra el rostro de los demás, en esta Navidad no pensemos solo en nosotros sino que nos haga llegar calor de hogar a todos”
Posteriormente y de forma gradual la Luz de la Paz que estuvo colocada toda la celebración en el altar fue distribuida para encender los numerosos farolillos y velas de los fieles que esperaban en la Catedral la llegada del cortejo.
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María José Aguilar