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Signo y Gracia
18 de diciembre de 2022
Nº 1449 • AÑO XXXI

Iglesia doméstica

La Liturgia y la oración familiar

Este es el panorama de lo que hoy ofrece la Iglesia para una liturgia u oración familiar. La Familiaris Consortio, ofrece otras posibilidades o sugerencias en la misma línea.

Quizás sean las Bendiciones recogidas en el “Bendicional” las que más tienen en cuenta a la familia. Hay bendiciones confiadas a los sacerdotes, otras a los laicos, y muchas de éstas son de carácter familiar, como puede verse: en las bendiciones de la mesa, las que se ofrecen a los hijos para antes de ir a dormir, o las que se dan al comienzo del año nuevo. Más aún, la edición romana del libro De Benedictionibus dedica la primera parte a las bendiciones en la vida de la familia. Al hacerlo así, “hace que entre en la liturgia de la Iglesia un fragmento de las costumbres familiares”

Este es el panorama de lo que hoy ofrece la Iglesia para una liturgia u oración familiar. La Familiaris Consortio, ofrece otras posibilidades o sugerencias en la misma línea. Pero, de cualquier forma, puede decirse que lo que ofrecen los Rituales al respecto es bien poco. A la familia se le exige mucho, pero para una celebración familiar se le ofrece de hecho poco, sobre todo en relación con los sacramentos. La variedad y riqueza de los ritos familiares se deja más bien a la creatividad y cultura o costumbres religiosas de los diversos pueblos. Siendo esto bueno, la Iglesia podría insistir de forma general en algunos ritos familiares, que fueran jalonando de forma más permanente el “itinerario iniciático” de los hijos en familia, y sirviese de ayuda y pauta concreta para los padres creyentes. No es justo que se exija e insista tanto en la “responsabilidad de los padres en la educación de la fe de sus hijos”, y que luego, una vez bautizados éstos, se les abandone en auxilios suficientes, o se deje todo a la espontaneidad y tradición familiar, hasta que llega la primera eucaristía o comunión.

Es cierto que el Ritual del bautismo de niños, después de recordar a los padres las actitudes por las que se transmiten los valores evangélicos concreta levemente la tarea catequética que deben desempeñar los padres: “Los padres están además llamados, según su capacidad, a dar una instrucción religiosa, generalmente de carácter ocasional, o no sistemática. Partiendo de la realidad de los acontecimientos de la vida familiar, de las fiestas del año litúrgico, de la actividad que los niños realizan en el ambiente escolar, en la parroquia, las agrupaciones, etc., los padres van descubriendo a los hijos la presencia del misterio de Cristo Salvador en el mundo”.

POSIBILIDADES INIACIADORAS DE LA FAMILIA
Es evidente que una cosa son las orientaciones oficiales de la Iglesia sobre la iniciación, y otra cosa las posibilidades reales de iniciación cristiana que hoy tiene y desea poner en práctica la familia. Se trata de mirar la familia en su acto más constitutivo y constituyente, en su actividad más específica y relevante: la de ayudar a sus miembros a ser personas con identidad humana y cristiana propia, en el interior de la misma familia, de la sociedad y de la Iglesia. La familia tiene como una de sus funciones esenciales la iniciación de los hijos a la vida personal, social y religiosa, a través de los diversos procesos que le son propios. No hay familia verdadera que no sea iniciadora, ni iniciación auténtica que no sea familiar.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano