Iglesia doméstica
Variedad y riqueza de los ritos familiares
La Iglesia podría insistir de forma general en algunos ritos familiares, que fueran jalonando de forma más permanente el “itinerario iniciático” de los hijos en familia, y sirviese de ayuda y pauta concreta para los padres creyentes.
En el Ritual del matrimonio se habla, como es lógico, del matrimonio como símbolo de la unión de Cristo con su Iglesia, y se alude en la bendición de la pareja “a la primera comunidad humana, la familia”. En diversos lugares se alude a la unión conyugal como origen de la familia, pues de su unión conyugal procede la familia, en que nacen los nuevos ciudadanos de la sociedad humana, que quedan constituidos, por el bautismo, en hijos de Dios. En esta especie de Iglesia doméstica, las Orientaciones del Episcopado Español hacen alusión más directa a la tarea educativa de la familia, pero no explicita las expresiones oracionales o rituales en que esto podría manifestarse.
El Ritual de la penitencia sólo habla de la familia en algunos modelos de examen que propone. Pero no sugiere una celebración especial para los niños, ni prevé textos para ello. En las Orientaciones del Episcopado Español hay un párrafo importante sobre “Los niños y el sacramento de la penitencia” donde se dice, refiriéndose a los padres: “La acción de los padres, y en general de la familia y de las personas más cercanas al niño (parvularios, jardines de infancia, guarderías, etc.), es decisiva, y toda atención pastoral a los mismos será poca”.
El Ritual de la unción y pastoral de enfermos insiste en la importancia de la familia en todo el proceso de la enfermedad “tanto en la lucha contra la enfermedad y en el amor a los que sufren, como en la celebración de los sacramentos de los enfermos... la familia tiene una parte primordial”. Además, el ritual prevé que tanto la celebración del sacramento de la unción, como la de la comunión de enfermos o el viático tienen lugar normalmente en casa, participando los familiares y otras personas. Por otro lado, entiende estas celebraciones en casa en continuidad con toda una acción pastoral (visitas, ayudas...) que se realiza, sobre todo, en el marco de la familia.
El Ritual de exequias prevé una vigilia en la casa de los difuntos, donde se entiende que participa la familia, y en la que se ora de diversas formas por los familiares que sufren. Además, el mismo rito de los funerales puede comenzar en la casa del difunto. Y una de las cosas que se recomiendan a los sacerdotes es que en esta circunstancia tengan especialmente en cuenta a la familia, su situación, su dolor...
La Ordenación general de la liturgia de las Horas tiene especialmente en cuenta la posibilidad de que se recen en familia, recordando el ejemplo de la Iglesia primitiva: “Conviene, finalmente, que la familia, que es como un santuario doméstico dentro de la Iglesia, no sólo ore en común, sino que además lo haga recitando algunas partes de la liturgia de las Horas cuando resulte oportuno, con lo que se sentirá más insertada en la Iglesia”.
Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano