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13 de noviembre de 2022
Nº 1444 • AÑO XXX

Jornada Mundial de los Pobres

“Jesucristo se hizo pobre por vosotros”

El domingo 13 de noviembre la Iglesia celebra la Jornada Mundial de los Pobres. El papa Francisco invita a compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra y lanza un llamamiento a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y la guerra.

La caridad, dice el Santo Padre, que “no es una obligación sino un signo del amor, tal como lo ha testimoniado el mismo Jesús”.

Con motivo de la celebración, el domingo 13 de noviembre, de la VI Jornada Mundial de los Pobres, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas suman de nuevo sus esfuerzos para movilizar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual convocada por el papa Francisco.

La idea de impulsar esta Jornada surgió el 13 de noviembre de 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. Al finalizar la homilía, y de manera espontánea, Francisco expresó un deseo: "quisiera que hoy fuera la Jornada de los Pobres".

 “El mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices”.

En esta sexta edición, bajo el lema Jesucristo se hizo pobre por vosotros, Francisco lanza un llamamiento a la solidaridad en medio de un mundo herido por la violencia y la guerra. Frente a los millones de refugiados de los diferentes conflictos en Oriente Medio, África Central y ahora Ucrania, el Santo Padre invita a “compartir lo poco que tenemos con quienes no tienen nada, para que ninguno sufra”.

El patrimonio de seguridad y estabilidad alcanzado por algunos países gracias a la iniciativa privada y a leyes que han apoyado el crecimiento económico puede ahora, según Francisco, “ser compartido con aquellos que se han visto obligados a abandonar su hogar y su país para salvarse y sobrevivir”. “Como miembros de la sociedad civil, mantengamos vivo el llamado a los valores de libertad, responsabilidad, fraternidad y solidaridad”, añade.

El papa recuerda que la caridad “no es una obligación sino un signo del amor, tal como lo ha testimoniado el mismo Jesús”. “La generosidad hacia los pobres encuentra su motivación más fuerte en la elección del Hijo de Dios que quiso hacerse pobre Él mismo”, señala.

Francisco subraya que la “experiencia de debilidad y limitación que hemos vivido en los últimos años y ahora la tragedia de la guerra” nos debe “enseñar que no estamos en el mundo para sobrevivir, sino para que a todos se les permita tener una vida digna y feliz”. “El mensaje de Jesús nos muestra el camino y nos hace descubrir que hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices”.

Por ello, Francisco recuerda en esta VI Jornada Mundial que es necesario “hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario”. “No es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído”.

Con objeto de animar la celebración de esta Jornada, la CEE y Cáritas han preparado diversos materiales, que están disponibles en un espacio digital creado ad hoc, para su utilización por parte de todas las Diócesis, parroquias, comunidades, movimientos, asociaciones e instituciones de la Iglesia.

Esta convocatoria es una nueva oportunidad para reflexionar sobre cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad. Con ese objetivo, los promotores de la Jornada proponen como gesto “concretar en un manifiesto o credo cómo podemos hacernos pobres en comunidad para llevar vida en abundancia a otros”.

Como se explica en los materiales de animación de la Jornada, la respuesta al lema de esta edición, “Jesucristo se hizo pobre por ustedes, implica:

-dar una respuesta personal y comunitaria, pues "mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad".

-ser comunidad de vida y de bienes, en la que "el amor recíproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido", compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar: su trabajo, su pensamiento, su forma de hacer y de entender la vida.

-ser comunidad de acción porque “la preocupación por los pobres y por la justicia social" es “un compromiso que nos afecta a todos” y, por tanto, “nadie puede sentirse exceptuado”

En tiempos de crisis, el testimonio de la caridad

La VI Jornada Mundial de los Pobres, con el lema Jesucristo se hizo pobre por vosotros, pretende ayudarnos a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas del momento presente.

A la luz del Evangelio del último domingo del Tiempo Ordinario, antes de la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, la Iglesia está llamada a mirar en esta Jornada los tiempos de crisis, marcados por la guerra y la subida de precios, que generan tanta incertidumbre y pobreza, no son tiempos para el lamento, la nostalgia y el desaliento, sino para confiar, esperar y comprometerse. 

Con la mirada puesta en Jesús, vemos cómo nos alerta que los reinos de este mundo pueden provocar, como podemos comprobar, guerras, catástrofes y pobrezas: "¡Cuántos pobres genera la insensatez de la guerra!". Sin, embargo, el Reino de Dios traerá paz y justicia para todos. Así trata Jesús de animar a sus seguidores a mantener viva la fe, la esperanza y el compromiso.

Tener la mirada fija en Jesús, el cual "siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza" (2 Co 8,9). El mensaje de Jesús, su vida y sus obras, nos muestra el camino para discernir cuál es la pobreza que libera y cuál es la que esclaviza y roba vida. "Hay una pobreza que humilla y mata, y hay otra pobreza, la suya, que nos libera y nos hace felices".

"La pobreza que mata es la miseria, hija de la injusticia, la explotación, la violencia y la injusta distribución de los recursos", propia de la lógica del descarte. Sin embargo, la pobreza que libera es la que nos aligera el paso y nos muestra que la sencillez y la sobriedad generan vida y abundancia para quienes menos tienen. "El encuentro con los pobres permite (...) llegar a lo que realmente importa en la vida y que nadie nos puede robar: el amor verdadero y gratuito".

LA HORA DEL TESTIMONIO
"¿Cómo dar una respuesta adecuada que lleve alivio y paz a tantas personas, dejadas a merced de la incertidumbre y la precariedad?". Se trata de dar una respuesta personal y comunitaria, pues "mientras más crece el sentido de comunidad y de comunión como estilo de vida, mayormente se desarrolla la solidaridad". Así lo expresa el Papa en el Mensaje. Esto requiere que seamos comunidad de vida, bienes y acción.

Estamos llamados a ser comunidad de vida y de bienes, en la que "el amor recíproco nos hace llevar las cargas los unos de los otros para que nadie quede abandonado o excluido", compartiendo lo que tenemos con los que no tienen nada, pero acogiendo, al mismo tiempo, lo que nos puedan aportar: su trabajo, su pensamiento, su forma de hacer y de entender la vida. Comunidad de acción porque "frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente". Es un compromiso que nos afecta a todos y, por tanto, "nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social".

El Mensaje de Francisco para esta Jornada nos insiste: no se trata de tener un comportamiento asistencialista hacia los pobres, sino de hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario". Pero sin olvidar que "no es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano".