6 de noviembre
Día de la Iglesia diocesana
El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia es promotor de la campaña para el Día de la Iglesia diocesana, que se celebra el 6 de noviembre. Una jornada que se convierte en una oportunidad para dar las “Gracias por tanto”, que es el lema propuesto para este año y con el que se agradece a todas las personas que con su colaboración hacen posible la labor de la Iglesia en las diócesis.
El obispo responsable de este secretariado, Mons. Joseba Segura, y el director, José María Albalad, presentaron en rueda de prensa, el 27 de octubre, la campaña de este año.
El Día de la Iglesia diocesana es un día de fiesta. Un día para celebrar que “juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás”. Cada año, esta campaña, pone su empeño en recordar que en la parroquia nacemos a la fe y en ella descubrimos que somos una familia dentro de otra gran familia, la de los hijos de Dios. Pero además, activa a “esta gran familia” a ponerse al servicio de los demás y a contribuir para hacer una parroquia más comprometida y cercana porque “juntos llegamos más lejos”.
CAMPAÑA DE GRATITUD
Esta campaña está dirigida a todos los que forman parte de la Iglesia y de su misión. En España, la Iglesia católica se estructura en torno a 70 diócesis, 69 territoriales a las que hay que unir el arzobispado Castrense. Según los datos de la última Memoria anual de actividades, la Iglesia cuenta con 22.988 parroquias; 16.500 sacerdotes; 1.066 seminaristas; 35.500 religiosas y religiosos; 8.436 monjes y monjas de clausura; 10.600 misioneros y millones de laicos. De ellos, 408.722 forman parte de alguna de las 86 asociaciones y movimientos.
ACTIVIDAD EN LAS DIÓCESIS
El Día de la Iglesia diocesana es una ocasión para recordar que la actividad celebrativa, pastoral, evangelizadora, educativa y cultural de la Iglesia es posible gracias a las 41 millones de horas al año que se entregan de manera generosa.
Un compromiso que resulta tan decisivo, especialmente en momentos de tanta necesidad como el actual, que la campaña de este año se ha querido centrar en el agradecimiento: “Gracias por tanto”.
Gracias por tanto
Carta del arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, en el Día de la Iglesia Diocesana, que se celebra el 6 de noviembre con el lema “Gracias por tanto”.
Podría dar la impresión de que esta gratitud de un obispo, y en el Día de la Iglesia Diocesana, se dirige principalmente a los fieles, por la ayuda económica que dais a vuestros pastores, a vuestras iglesias, y a los más necesitados dentro de ellas. Y es justo que seáis receptores de esa gratitud, porque es cierto que la Iglesia entera “vive”, en cierto modo, de las ayudas libres y voluntarias de los fieles. Es casi la única realidad de un cierto tamaño a la que, dentro de nuestra sociedad, se pertenece libremente, y que se sostiene también de ese modo, plenamente libre y voluntario.
Pero esto no es toda la verdad, y ni siquiera la más importante. La gratitud es la actitud habitual de todo verdadero cristiano. Es la “eucaristía” (acción de gracias), que se derrama fuera de la eucaristía y llena la vida entera. Pero el designio de Dios es que la gratitud sea la actitud fundamental de todo hombre, porque todos hemos recibido la vida como un don, y como un don llamado a desembocar en Dios, en la vida eterna, en el cielo. Es verdad que esto último solo se descubre o se verifica en el encuentro verdadero con Jesucristo, vencedor del pecado y de la muerte, “centro del cosmos y de la historia”. Ese encuentro ilumina la vida y la muerte, y hace posible la paz y la alegría en medio de todas las injusticias y los males de la vida, por muy grandes que sean. Esa es la alegría de la Buena Nueva. No el que pertenezcamos a una especie de “conventículo” al que llamamos “Iglesia” (que coexiste junto a otras “Iglesias”, y junto a otras tradiciones religiosas, y que compite con ellas por el reconocimiento del mundo), sino el que en nuestra experiencia humana tal como es, mortal, y con todo el deseo de plenitud y el dolor que la marcan (sea cual sea la historia cultural y religiosa que nos precede), se ha introducido Dios. Dios mismo se ha unido a nuestra condición humana, la ha abrazado en Jesucristo con un amor inimaginable, y la ha hecho suya, y suya para siempre. “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20).
Una vida tocada por Cristo es una vida de gratitud. Al Señor. Y desde el Señor, a todos los que hacen posible una vida humana más bella. Por supuesto, ahí están quienes nos dan a Jesucristo. Fruto de esa experiencia bella de la vida es también una gratuidad que entra en todas las dimensiones de la vida: matrimonio y familia, trabajo y vida económica, vida social y política. ¿La meta? Sólo una: que se multiplique el número de los que dan gracias a Dios… por tanto.
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
6 de noviembre de 2022
VER PUBLICACIÓN NUESTRA IGLESIA DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA 2022
El milagro de una gratuidad contagiosa
Artículo publicado en la revista Nuestra Iglesia en el Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos en la Iglesia el domingo 6 de noviembre.
Tan pronto como se tuvo noticia en la diócesis de la invasión de Ucrania por Rusia, se produjo una verdadera explosión de generosidad. Medicinas, materiales para primeros auxilios, alimentos y ropa, especialmente para bebés y niños pequeños. Del seminario salían “trailers” y auto-buses, y los autobuses volvían llenos de mujeres ucranianas con sus hijos, que dormían en una cama y se duchaban por primera vez después de varios meses, en el viaje de vuelta. Hubo ofrecimientos de hospitalidad sin condiciones. Ayuda de familias, de hombres y mujeres de todas las clases sociales. De adultos, de jóvenes, de adolescentes. De parroquias, de colegios, de personas sueltas.
En aquellas semanas se puso de manifiesto –de muchas maneras, y con la colaboración de muchas personas e instituciones, algunas de ellas no católicas y no cristianas–, la verdadera naturaleza de la Iglesia, su ser más profundo. Era una sinodalidad –un caminar juntos–, no calculada, no programada, que sacaba a la luz lo mejor de cada uno.
Hoy bastantes de esas mujeres han regresado a Ucrania, porque en las zonas en que vivían hay una relativa paz. Otras han sabido que sus familiares han muerto. Algunas han encontrado trabajo aquí, y tratamiento para sus enfermedades o para las de sus hijos. Hemos aprendido a querer a un pueblo que no conocíamos apenas. Pero, como dijo, llorando, una mujer que volvía a Ucrania a reunirse con una hija suya, muy consciente de que iba hacia la muerte: “He sido más querida en este tiempo que en toda mi vida”.
Nuestra Iglesia
En el marco del Día de la Iglesia diocesana que se celebra el 6 de noviembre, la revista Nuestra Iglesia ilustra la labor realizada en nuestra diócesis gracias a la entrega de los fieles. La revista está disponible aquí.
El 6 de noviembre celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, un día de fiesta y acción de gracias porque juntos logramos una parroquia viva, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Una realidad posible, como muestra esta publicación, gracias al tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todo el pueblo de Dios.
En la revista es posible rellenar el boletín de suscripción para colaborar periódicamente con la Iglesia diocesana. Según los resultados aportados más de 32.000 personas han sido asistidas en el último año gracias a la actividad caritativa y asistencial. Las actividades desempeñadas por la Iglesia diocesana también abarcan las dimensiones educativa, celebrativa, pastoral y evangelizadora.
En la revista está disponible el boletín de suscripción para colaborar periódicamente con la Iglesia diocesana.
ORACIÓN, TIEMPO, CUALIDADES Y APOYO ECONÓMICO
La gratitud es el sello esté año de la Campaña por el Día de la Iglesia diocesana en el que se pretende homenajear a todos los fieles y personas de buena voluntad que con su oración, tiempo, dones y apoyo económico hacen posible la labor de la Iglesia en Granada.
Les ofrecemos en vídeo este agradecimiento: