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Signo y Gracia
30 de octubre de 2022
Nº 1442 • AÑO XXX

Teología de los sacramentos

Relación sacramentos y familia

No puede haber verdadera familia cristiana sin sacramentos, ni sacramentos por los que la Iglesia crece y se edifica sin familia.  La familia se identifica eclesialmente como tal sobre todo en los momentos sacramentales.

Los sacramentos son esenciales al ser o identidad de la familia cristiana, y al hacer o aparecer de la misma en la Iglesia y en el mundo. De mil maneras la Iglesia ha hablado y habla de los sacramentos en relación con la familia, y de la familia en relación con los sacramentos. No puede haber verdadera familia cristiana sin sacramentos, ni sacramentos por los que la Iglesia crece y se edifica sin familia. Si por una parte los sacramentos constituyen los momentos álgidos del itinerario de la vida cristiana familiar, por otra parte la familia se identifica eclesialmente como tal sobre todo en los momentos sacramentales.

SACRAMENTALIDAD EXISTENCIAL SIGNIFICANTE
La familia es en sí misma, por su riqueza humana, y por los sacramentos que recibe, “un significante sacramental de primer orden”, en cuanto que en ella se expresa una vida, una aspiración y deseo, que van más allá de lo simplemente visible; y en cuanto que en ella y por ella se viven las experiencias más decisivas de la vida: experiencia de amor y de entrega, del compartir espacio y tiempo, de la singularidad del otro, de la transitoriedad del placer, del misterio de las etapas, de alegría y de dolor, de unión y separación, de vida y de muerte.  Son experiencias que, de una u otra forma, remiten hacia otra realidad invisible, trascendente, divina.  Por lo que ella misma se convierte en signo, en “sacramento natural”. El sentido encerrado en estas experiencias, difícilmente se puede explicar de modo pleno, ni desde la ciencia, ni desde los procesos naturales, ni desde la ética.

SACRAMENTALIDAD RECIBIDA IDENTIFICANTE
La familia es en cierta medida “sacramento”, por su misma riqueza y densidad humana. Pero lo es mucho más por la sacramentalización que en ella se ha producido al recibir los sacramentos de la Iglesia. Estos sacramentos son por esencia signos de identidad. Si por una parte los sacramentos constituyen los momentos álgidos del itinerario de la vida cristiana familiar, por otra parte la familia se identifica eclesialmente como tal sobre todo en los momentos sacramentales. ¿Cuáles son, en concreto?

SACRAMENTALIZACIÓN RADICAL POR EL BAUTISMO Y LA CONFIRMACIÓN
En primer lugar, creemos que, por el bautismo y la confirmación, todo cristiano tiene una cualidad sacramental, es “sacramento existencial” de Cristo y de la Iglesia, y que esta sacramentalidad se manifiesta con más intensidad cuando se trata de un ser y vivir con el otro o los otros, bien sea en comunidad conyugal-familiar, o en comunidad cristiana. Para un bautizado y confirmado toda la vida debe ser como un desplegarse para su realización plena, de aquello que ya se recibió y participó por la iniciación cristiana. En el caso de la familia, el “plus” sacramental hay que descubrirlo no sólo en el significante “enriquecido” (“nosotros” familiar), sino también en el significado representado, que no es otro que el mismo “nosotros trinitario” (relación de amor, de unidad, de singularidad).

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano