Salobreña
Jornadas sacerdotales de convivencia
del clero diocesano con nuestros arzobispos
El clero diocesano comparte dos días de convivencia en Salobreña, junto a nuestros arzobispos, en un clima de familiaridad para compartir las experiencias de vida cristiana desde la vocación sacerdotal y el ministerio parroquial.
Un año más, al inicio de curso, el clero diocesano se congregaba este lunes y martes en Salobreña, para compartir las experiencias de vida cristiana, alegrías y preocupaciones de los sacerdotes en nuestra Archidiócesis.
Junto a ellos, han estado también nuestro arzobispo D. Javier y el arzobispo coadjutor D. José María, que iniciaba su ministerio pastoral en Granada el pasado día 1 con la Eucaristía de acogida y bienvenida a nuestra diócesis.
En el marco de estas jornadas, organizadas por la Delegación para el clero, también se anunciaron las nuevas incorporaciones al clero diocesano: dos sacerdotes polacos y un sacerdote vinculado a la Comunidad Católica Shalom.
“CONVIVENCIA DE DESCANSO Y DE PREPARACIÓN DE CURSO”
Se trata de una “convivencia de descanso, de preparación de curso, para disfrutarlo juntos y conocerse más”, o para quienes se inician en su tarea pastoral, explicó D. Javier Martínez en su saludo de bienvenida. También aludió a la presencia por primera vez del arzobispo coadjutor, sobre quien reiteró lo que dijera en la Eucaristía del pasado 1 de octubre: “Recibidle con los brazos abiertos, como a un hermano mayor y como a un padre”. “Trabajaremos el tiempo que Dios quiera. Y cuando Dios disponga de mi misión, seguiré en Granada y le ayudaré en lo que él quiera que le ayude”, señaló nuestro arzobispo.
Por su parte, D. José María, que reconoció el “desgarro” que ha sido marcharse de la diócesis de Ávila, siendo éste su primera sede episcopal, ha calificado “como una gracia” su llegada a Granada y que compensa ese dolor de dejar una sede que comenzaba a conocer, una vez pasado el tiempo de pandemia que limitó sus acciones. “Percibo mi llegada a Granada como una gracia, con la acogida, el cariño, ciertamente como un enviado del Señor”, afirmó.
“Vengo con absoluta disponibilidad y vengo a servir. Toca aprender vuestros nombres, vuestras caras y, sobre todo, conocer vuestras personas, como hermanos”, señaló, al mismo tiempo que dio las gracias y subrayó que “hoy he venido a aprender y a conoceros”. “Me toca ir de mano de D. Javier y aprender. Soy un obispo muy joven, aunque no en edad”, indicó.
IDENTIDAD SACERDOTAL Y VIDA ESPIRITUAL DEL PRESBÍTERO
Las jornadas de convivencia de este año se han desarrollado con las ponencias de los arzobispos, sobre la identidad sacerdotal en el contexto actual y la vida espiritual del presbítero”. D. Javier Martínez habló del cambio de época que vivimos y la identidad de los sacerdotes en el tiempo actual, a modo de “apuntes para que sean útiles en la conversación posterior, sobre la experiencia como sacerdotes de los gozos y dificultades fruto de esa experiencia cristiana”, señaló. En este sentido, durante su intervención, D. Javier Martínez aludió a la iniciativa “Ayuda a Ucrania”, puesta en marcha por el Arzobispado de Granada, cuando surgió la guerra en este país, para traer a víctimas de la guerra y enviar material humanitario. Una iniciativa de la que señaló “hemos vivido un episodio de sinodalidad, de solidaridad, de comunión, de misión, muy grande”.
En este tiempo de convivencia, el clero diocesano y los arzobispos visitaron juntos el castillo de Salobreña y concelebraron la Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora del Rosario en este pueblo de la costa granadina.
Paqui Pallarés