En el Albaicín
El nuevo párroco llega a la iglesia de San José
bajo el amparo de la Virgen del Pilar
El pasado 12 de octubre, D. Alberto Espinar, que llega de la parroquia de San Emilio, iniciaba su ministerio parroquial acompañado por un nutrido grupo de fieles, en una Eucaristía presidida por el Vicario General.
Con la presencia de numerosos fieles procedentes de su anterior parroquia, San Emilio, de las Comunidades del Camino Neocatecumenal y Fe y Vida, de la Hermandad del Silencio, donde tiene su sede, y de cuantos fieles quisieron acompañarle, el sacerdote D. Alberto Espinar inicia su ministerio parroquial en la iglesia de San José, en el Albaicín.
La Eucaristía, presidida por el Vicario General D. Francisco Javier Espigares Flores, tuvo lugar el pasado 12 de octubre, coincidiendo con la fiesta de la Virgen del Pilar, Patrona de la Hispanidad, y Día también de la Hispanidad.
En la Eucaristía también acompañaron a D. Alberto los formadores del Seminario Mayor San Cecilio y del misionero Redemptoris Mater, así como distintos sacerdotes.
LITURGIA
Siguiendo la liturgia para el inicio del ministerio parroquial, D. Alberto profesó su comunión con la Iglesia de Cristo y en el arzobispo como sucesor apostólico en Granada, en el juramento de fidelidad y obediencia.
También recibió el Evangelio, con el que cada día proclamará la Palabra de Dios, y accedió a las pila bautismal, sacramento de iniciación cristiana y de entrada a la vida cristiana, y en el confesionario, donde, a través del ministerio sacerdotal, administrará la misericordia de Dios en el perdón de los pecados. También se sentó en la sede en el altar, donde presidirá la Eucaristía y la liturgia de la Palabras en las celebraciones que se lleven a cabo. Y al término de la Santa Misa, recibió la llave del Sagrario.
AL AMPARO DE LA VIRGEN
En sus palabras durante la homilía, el Vicario General habló de María, cuya festividad de la Virgen del Pilar celebrábamos ese día y a “cuyo amparo” se presenta el nuevo párroco. “En María, encontramos nuestra vocación (…), a ser transparencia en este mundo, y es la plena correspondiente a la Gracia de Dios”, señaló Espigares Flores, recordando también la evangelización de los pueblos que celebramos el 12 de octubre, con la expansión de la fe cristiana en las tierras del Nuevo Mundo.
Del ministerio sacerdotal, afirmó que “el sacerdote escucha, escudriña, ora, hace carne la Palabra y la hace carne en su vida”. Asimismo, indicó las tareas del presbítero: en la predicación de la Palabra de Dios, la santificación de los fieles en la guía y en la administración de los sacramentos.
AGRADECIMIENTOS
Al término de la Eucaristía, el hermano mayor de la cofradía del Silencio, que tiene su sede en la iglesia de San José, agradeció a nuestros arzobispos su deseo de “mantener viva esta parroquia”, así como a los párrocos anteriores que la guiaban y a D. Alberto Espinar y D. Francisco Javier Espigares por una Eucaristía tan importante para la vida de la parroquia como es la llegada de un nuevo párroco.
Por su parte, D. Alberto, que en palabras emotivas recordó a sus padres y a sus hermanos presbíteros, dio las gracias a Dios “por ser testigo de la obra que hace el Señor en las personas”. El nuevo párroco afirmó que es sacerdote con la comunidad parroquia en su ministerio “para el servicio al pueblo de Dios”.
Paqui Pallarés