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2 de octubre de 2022
Nº 1438 • AÑO XXVIII

Carta Pastoral para la diócesis de Guadix

“Guadix: misioneros del primer Anuncio al estilo de San Torcuato”

El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, ha escrito una Carta Pastoral que marca el camino a seguir en la actividad y en la vida diocesana durante el curso que acaba de comenzar y hasta el año 2024. Guadix: misioneros del primer Anuncio al estilo de San Torcuato es el título de esta Carta Pastoral, que incide en la necesidad de volver al primer anuncio de la fe y del Evangelio al hombre de nuestro tiempo, apostando por una Iglesia más Kerigmática, más propositiva, menos de conservación y más de misión.

La Carta comienza ofreciendo unas pinceladas sobre la situación actual del mundo, tan cambiante, tan deconstruido en los valores naturales y fundamentales. “En España -dice- descubrimos de forma acelerada cómo se impone una cultura anticristiana y atea que, amparada en ideologías, mira con sospecha a la Iglesia, sin reconocer su aportación actual y centenaria al bien común y su servicio al lado de los descartados y débiles”… “Pareciera que Dios, los valores trascendentes y la mirada a la eternidad, fueran mitos que estorban a la libertad del hombre y la Iglesia fuera un parásito que nada aporta al bien de los hombres, de las culturas y de la convivencia.” Y concluye afirmando que “nos toca ser Iglesia en un contexto donde ya el hombre no se concibe a la luz de la revelación cristiana y donde el mundo se construye desde un orden mundial que intenta redefinir una nueva antropología interesada y populista”. De ahí la necesidad de ofrecer ese Primer Anuncio al hombre de hoy, fieles al envío misionero que ha recibido la iglesia.

Se trata de comunicar que Jesucristo es el origen, el camino y la meta de la existencia humana. Este es el Primer Anuncio, del que se habla en el punto primero de la Carta Pastoral: “se comprende que el Primer Anuncio asume hoy un gran protagonismo como núcleo y eje de nuestra labor pastoral como Iglesia. El motivo de esta centralidad no radica en una razón sociológica (cada vez hay menos cristianos y tenemos que pensar cómo llenar nuestras iglesias), ni en un motivo de marketing (tenemos el mejor «producto», pero no sabemos venderlo, ni ponerlo en valor), ni siquiera radica en un hecho de supervivencia del catolicismo (la avanzada media de edad de nuestras asambleas y la falta de clero). La motivación profunda es teológica: Jesús nos manda evangelizar, es un mandato expreso. Y para evangelizar debe proclamarse este Primer Anuncio o kerigma (núcleo o corazón del Evangelio): "Cristo te ama y ha muerto y resucitado por ti”.

Mons. Orozco se hace eco de las aportaciones recibidas en la fase preparatoria del Sínodo de los Obispos de 2023, que han dado luz sobre cómo ven a la iglesia y cómo la vemos nosotros, y que nos han permitido caminar en sinodalidad. También se hace eco del papel esencial que han de desempeñar los laicos, llamados a ser cada vez más protagonistas en la Iglesia, del desarrollo de los ministerios laicales, tal y como pide el papa Francisco, y de la promoción de la Acción Católica General, que ha de ayudar a que haya una mayor presencia de la iglesia en la vida pública.

La familia y la vida seguirán siendo motivos prioritarios de la pastoral diocesana, y más cuando hay temas como el aborto, la eutanasia y el testamento vital, que exigen el anuncio del evangelio de la vida.

También la juventud, invitada a participar en la JMJ de Lisboa 2023, ocupará un lugar destacado en la pastoral diocesana. Y la pastoral vocacional, junto al Seminario, tan importantes para una diócesis.

Y, por supuesto, la caridad: “una iglesia sinodal es una Iglesia viva y samaritana, que no deja a nadie en la cuneta de la vida”, dice Mons. Orozco en la programación pastoral, para continuar afirmando que “toda la Iglesia es caridad en Cáritas”.

De todos ellos -familia, defensa de la vida, juventud, Seminario, caridad- habla extensamente Mons. Orozco en su Carta Pastoral, para terminar con unos acentos pastorales que ayudarán a dinamizar la vida de nuestra Iglesia diocesana: la visita pastoral, que continúa en los arciprestazgos de La Sagra-Huéscar y Baza-Jabalcón; el pastoral vocacional, tan necesaria en una diócesis; el cuidado del patrimonio, que también evangeliza y que ayuda a vivir la fe con lugares tan significativos como Face Retama; el cuidado de la creación, desde una ecología integral; la causa de los mártires, que continúa en su fase diocesana y que nos ayuda a conocer este verdadero tesoro de nuestra iglesia diocesana; la Misión Diocesana del Corazón de Jesús, que continúa su recorrido por las parroquias e instituciones de la diócesis con catequesis y celebraciones; y el jubileo del año 2025, sobre la esperanza, que comienza a preparar ya la Iglesia, también nuestra diócesis.

Sin duda, la publicada es una Carta extensa, pero que marca líneas de acción pastoral para dar vida a nuestras parroquias y para dinamizar la vida diocesana, volviendo a los orígenes y haciendo de Guadix una diócesis de misioneros del Primer Anuncio al estilo de San Torcuato.

Antonio Gómez

Introducción: fidelidad ante un mundo deconstruido

Iniciar un nuevo curso es siempre ser agradecidos con el Señor que nos regala un tiempo de Gracia para volver a renacer juntos en su Amor y en la llamada a ser testigos misioneros en medio del mundo.

Y lo hacemos en un mundo que está herido por las consecuencias de la pandemia del Covid-19, que nos ha mostrado la verdad de los límites y de la fragilidad humana y nos ha recordado, en la muerte de tantas personas, que somos peregrinos. También nos ha enseñado el don precio- so de la solidaridad y de la fraternidad para afrontar juntos los acontecimientos agresivos a los que se enfrenta el ser humano. La realidad tam- bién nos lleva a las guerras y enfrentamientos mundiales en los que hay una verdadera carre- ra por el dominio de la economía, de las ener- gías, de los mercados y de toda clase de poder para dominar y aplastar a los más débiles.

En España descubrimos de forma acelerada cómo se impone una cultura anticristiana y atea que, amparada en ideologías, mira con sospecha a la Iglesia, sin reconocer su aportación actual y centenaria al bien común y su servicio al lado de los descartados y débiles. Se ningunea su empeño por una sociedad más justa en su vocación, tantas veces anónima, de ser eje fundamental de la humanización social. Pareciera que Dios, los valores trascendentes y la mirada a la eternidad, fueran mitos que estorban a la libertad del hombre y la Iglesia fuera un parásito que nada aporta al bien de los hombres, de las culturas y de la convivencia. Nos toca ser Iglesia en un contexto donde ya el hombre no se concibe a la luz de la revelación cristiana y donde el mundo se construye desde un orden mundial que intenta redefinir una nueva antropología interesada y populista. El resultado de este nuevo orden lo experimentamos todos los días en lo que han llamado la deconstrucción de valores naturales y fundamentales, en la agonía de principios fundamentales como el respeto y el cuidado de la creación, de nuestra casa común; la injusta distribución de medios y bienes para todos; el respeto y la custodia de la vida desde su concepción natural hasta su ocaso; la educación y el respeto al protagonismo de los padres para educar a sus hijos; la corrupción generalizada y la gestión deficitaria del dinero público, priorizando los propios intereses frente al bien común; el trato a los inmigrantes y a quienes más necesitan acogida y caridad; la vulneración de derechos fundamentales y el respeto a la libertad religiosa; la expropiación encubierta de la propiedad privada y el patrimonio cultural religioso; la agresividad en las relaciones y la omisión de valorar derechos fundamentales, etc.

Estos matices contextuales nos hacen más comprometidos con quienes nos rodean, especialmente con quienes más han sufrido y sufren necesitando el consuelo, la luz y la certeza de que nunca estamos solos y la decidida determinación de ser misioneros de la Verdad de Cristo en la Iglesia, según Él la ha revelado y el Espíritu Santo la ha profundizado a lo largo de los siglos.

Frente a este intento deconstructivo, el Papa Francisco, en Fratelli tutti, nos invita a reconstruir la fraternidad y la amistad social siendo fieles a nuestra tarea de encarnarnos en el mundo y ser sal y luz en un diálogo cargado de la savia, siempre moderna y actual, del Evangelio.

El nuevo curso viene cargado de promesas del Señor que nos invitan a seguir viviendo nuestros procesos de conversión para ser testigos, Iglesia en salida, como la llama el Papa Francisco, en medio del mundo. Renovemos en el Espíritu Santo nuestras energías y abrámonos a lo imprevisto. Seguimos caminando teniendo como referencia pastoral diocesana los matices y urgencias pastorales de los años anteriores (laicos, jóvenes y familia-vida) con los que en nuestra Diócesis de Guadix queremos seguir anuncian- do el Evangelio, asumiendo los retos del presente, las orientaciones del magisterio del Papa Fran- cisco para la Iglesia universal y acogiendo, como vertebración, las orientaciones pastorales y las líneas de acción que la Conferencia Episcopal Española ha elaborado para el cuatrienio 2021- 2025 en su Plan Pastoral Fieles al envío misionero, siguiendo el magisterio que procede principalmente del Vaticano II y los pontífices siguientes, muy en sintonía con el magisterio del pontifi- cado actual del Papa Francisco.

1. PRIMER ANUNCIO: JESUCRISTO ES EL ORIGEN, EL CAMINO Y LA META DE LA EXISTENCIA HUMANA 
Desde aquí se comprende que el Primer Anuncio asume hoy un gran protagonismo como núcleo y eje de nuestra labor pastoral como Iglesia. El motivo de esta centralidad no radica en una razón sociológica (cada vez hay menos cristianos y tenemos que pensar cómo llenar nuestras iglesias), ni en un motivo de marketing (tenemos el mejor "producto", pero no sabemos venderlo, ni ponerlo en valor), ni siquiera radica en un hecho de supervivencia del catolicismo (la avanzada media de edad de nuestras asambleas y la falta de clero). La motivación profunda es teológica: Jesús nos manda evangelizar, es un mandato expreso. Y para evangelizar debe proclamarse este Primer Anuncio o kerigma (núcleo o corazón del Evangelio): "Cristo te ama y ha muerto y resucitado por ti". Esta Buena Noticia propicia el encuentro con Él, pues "no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o por una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona".

2. LA FAMILIA Y LA VIDA
Teniendo a la familia como una de los acentos pastorales prioritarios en nuestra diócesis, este documento, Amoris laetitia, nos ayudará a seguir impulsando la pastoral familiar. Vayamos a la doctrina que este documento contiene y sacaremos fruto abundante para ayudar a la familia cristiana hoy, para preparar a los novios al sacramento del matrimonio, para acompañar a tantas personas que sufren por alguna causa en este campo.

El ámbito de la familia y de la vida ha sufrido grandes embates en los últimos decenios, pues es la institución base que sustenta la vida social y eclesial. Si la familia se quiebra tendremos el caldo de cultivo propicio para la imposición de grandes dictaduras ideológicas que, como vemos en nuestro tiempo, generan una antropología anticristiana que se aleja de la voluntad del Creador inscrita en la institución familiar y en la ley natural, que protege y promociona el valor de la dignidad humana y de la vida desde el pri-mer momento de su concepción hasta su ocaso natural. Por esta razón, Pío XI, y luego el Vaticano II, seguido por Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, han dedicado amplios espacios e impulsos renovadores a la familia. Continúa esta estela el Papa Francisco que, convocando dos sínodos sobre la familia y regalándonos su Magisterio sobre esta institución fundamental, nos señala la urgencia de este campo pastoral.

3. LOS JÓVENES: PEREGRINACIÓN DIOCESANA Y LA JMJ 2023 EN LISBOA
La Delegación de Juventud y la de Pastoral Vocacional trabajan para ayudarnos a fortalecer lo que ya tenemos, llegar donde no podemos llegar nosotros y despertar lo que está dormido. Nunca son un ente extra parroquial ni tienen la misión de organizar una estructura que no sea la parroquial. Desde las actividades y encuentros que programan quieren ayudarnos a todos a que nuestros jóvenes se encuentren perso- nalmente con Jesucristo (fomentando la oración personal y comunitaria, la Eucaristía y la adoración del Santísimo, los retiros y convivencias, los ejercicios espirituales u otras formas para vivir unos días de intimidad con el Señor), a descubrir una Iglesia joven en la que han de ser los protagonistas y van adquiriendo una formación adecuada a sus años y sistematizada; así como una ayuda para poder responder personalmente a la llamada de Dios, a la propia vocación, como llamada a la santidad personal, en los distintos estados de la Iglesia.

Es urgente, y así se lo pido a los Delegados de Pastoral Juvenil y Vocacional, formar líderes en cada parroquia que acompañen en nuestras comunidades a los adolescentes y jóvenes y les ayuden también a gestionar su tiempo libre y el ocio. Pido al Señor que en este curso iniciemos las bases firmes para una escuela de acompa- ñantes de adolescentes y jóvenes en la Diócesis de Guadix.

4. PRIMER ANUNCIO EN LA CARIDAD: TODA LA IGLESIA ES CARIDAD EN CÁRITAS 
"En nuestras comunidades hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha" (EG 195). "El verdadero amor siempre es contemplativo, nos permite servir al otro no por necesidad o por vanidad, sino porque él es bello, más allá de las apariencias" (EG 199). La opción preferencial por los pobres es un constitutivo esencial para toda la Iglesia y no sólo para algunos movimientos o grupos. Y lo es para todos porque es el amor que se traduce en una forma de servir, acompañar y salir al encuentro de quien peor lo pasa: "Hijos míos, no amemos de pala- bra y de boca, sino de verdad y con obras" (1Jn 3,18).

Cáritas Diocesana, las Cáritas parroquiales e interparroquiales, y otras instituciones de la Iglesia canalizan esta atención a los pobres de múltiples maneras: atención primaria a tantas familias sin recursos, acogida a los sin techo, atención a los mayores, pago de los recibos de agua, luz y gas, programas de dignidad de la mujer, atención a migrantes, acompañamiento a los mayores y solos, programas para superar la adicción, puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión, orientaciones profesionales, y mucha pastoral de la escucha siempre. En la Casa Diocesana del Transeúnte se hace una labor preciosa para que nadie quede sin techo y sin comida, sobre todo cuando arrecia el frío o las duras inclemencias del tiempo. Desde cada parroquia salgamos al encuentro de los más necesitados, no sólo con reparto de alimentos, sino atendiendo a cada persona en sus circunstancias más vulnerables. Es lo que más valoran nuestros pobres, la atención personal que reconoce su dignidad y la fomenta. Ahí están las personas solas, los ancianos, los enfermos. Cuidemos en cada parroquia todas estas personas.

5. OTROS ACENTOS PASTORALES

Entre otros temas pastorales destacados por el obispo de Guadix destaca la continuación de la visita pastoral; el presbiterio y casa sacerdotal, el Seminario Diocesano de San Torcuato y Pastoral vocacional; patrimonio para evangelizar y turismo espiritual; ecología integral y Secretariado para el cuidado de la creación; la causa de los Mártires en su fase diocesana: los mártires son el verdadero tesoro de nuestra Iglesia diocesana; la Misión diocesana del Corazón de Jesús; y por último. el Jubileo del año 2025, peregrinos de la esperanza.

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