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Cultura
18 de septiembre de 2022
Nº 1436 • AÑO XXX

VII Congreso de Líderes de Religiones
Mundiales y Tradicionales

Religiones comprometidas y al servicio de la paz mundial

Culmina el 15 de septiembre el VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales celebrado en Kazajistán con la participación del Papa Francisco y el Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb, ambos firmantes del documento de la fraternidad humana, texto referente en el Congreso.

La mayoría de los participantes en la séptima edición del evento, celebrada en el país centroasiático, adoptó una amplia declaración con la que condenan toda forma de extremismo, destacan el documento de la fraternidad humana firmado por el Papa y el Imán de Al-Azhar, Ahmed Al-Tayyeb, y confirman la intención de realizar el próximo Congreso en 2025.

Bajo el signo de la unidad y el diálogo, este jueves 15 de septiembre llegó el punto culminante de la “peregrinación de paz” del Santo Padre Francisco a Kazajistán. En el Palacio de la Independencia de Nursultán, se efectuó la lectura de la Declaración final y la clausura de la séptima edición del Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales.

La declaración es un proficuo documento de 35 artículos, en los que los participantes en el evento, así como los políticos y responsables de organizaciones internacionales, guiados por el deseo compartido de un mundo justo, pacífico, seguro y próspero, expresan sus posiciones en común y asumen una serie de compromisos.

El comunicado está siendo transmitido a las autoridades, líderes políticos y figuras religiosas de todo el mundo, a las organizaciones regionales e internacionales, a las organizaciones de la sociedad civil, entre otras instituciones, y se distribuirá como documento oficial en la 77ª sesión de la Asamblea General de la ONU. El contenido puede ser difundido a todos los niveles, “para ser considerados en todas las decisiones políticas, normas legislativas, programas educativos y medios de comunicación de todos los países interesados”.

En la sección inicial, afirman, entre otras cuestiones, la importancia de los valores compartidos en el desarrollo espiritual y social de la humanidad, reconocen la necesidad de combatir toda forma de discriminación, respetan la riqueza de la diversidad religiosa y cultural, condenan “en los términos más enérgicos” el extremismo, el radicalismo y el terrorismo “que conducen a la persecución religiosa y el menoscabo de la vida y la dignidad humanas”.

Acogen con satisfacción todas las iniciativas, en particular los esfuerzos de los líderes religiosos para promover el diálogo interreligioso e intercultural y reafirman la labor del Congreso “como plataforma internacional de diálogo interreligioso para representantes de muchas religiones, confesiones y credos”. Este encuentro que los ha congregado en Kazajistán es una oportunidad para “tomar nuevas medidas específicas para ampliar el diálogo interconfesional, interreligioso e intercivilizacional”, como establece el texto.

PUNTOS MEDULARES DE LA DECLARACIÓN
En un mundo herido por la guerra en Ucrania y otras guerras aún en curso, que solo siembran muerte y destrucción, los líderes religiosos expresan su convicción de que “el desencadenamiento de cualquier conflicto militar, creando focos de tensión y enfrentamiento, provoca reacciones en cadena que perjudican las relaciones internacionales”. En este contexto, creen que “el extremismo, el radicalismo y todas las demás formas de violencia y guerras, sean cuales sean sus objetivos, no tienen nada que ver con la verdadera religión y deben ser rechazados con la mayor firmeza”.

Se trata de un documento que, como recuerda la declaración, hace un llamado a la paz, el diálogo, la comprensión mutua y el respeto entre los creyentes para el bien común.

Los representantes de los múltiples credos exhortan a los líderes mundiales a abandonar toda la retórica agresiva y destructiva “que conduce a la desestabilización del mundo, y para que cesen los conflictos y el derramamiento de sangre en todos los rincones de nuestro mundo”.

En contraposición con la sangre injustamente derramada en tantas partes, observan que “el pluralismo y las diferencias de religión, color de piel, género, raza y lengua son expresiones de la sabiduría de la voluntad de Dios en la creación”. Por tanto, “es inaceptable cualquier incidente de coerción a una religión y doctrina religiosa en particular”.

La declaración reconoce la importancia y valor del Documento sobre la “Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común”, firmado el 4 de febrero de 2019 por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib, durante el viaje apostólico del Santo Padre a los Emiratos Árabes Unidos.

Se trata de un documento que, como recuerda la declaración, hace un llamado a la paz, el diálogo, la comprensión mutua y el respeto entre los creyentes para el bien común. En esta línea, “constatamos el impacto positivo del diálogo entre los líderes de las religiones mundiales y tradicionales para los procesos sociopolíticos en los Estados y sociedades, contribuyendo a la preservación de la paz”.

A su vez, los firmantes invitan “a todas las personas de fe y buena voluntad para que se unan en estos tiempos difíciles y contribuyan a garantizar la armonía y la seguridad en nuestro hogar común: el planeta Tierra”, una preocupación transversal en el Pontificado de Francisco.

Además de agradecer al gobierno kazajo por “la excelente organización del Congreso, y al pueblo kazajo su cordialidad y hospitalidad”, confirman el interés colectivo en continuar las actividades del Congreso y la intención de convocar la próxima entrega en 2025 en Nursultán, capital de la nación centroasiática.

“Que nuestras aspiraciones sean bendecidas y que la paz y la prosperidad se concedan a todos los pueblos y países”, finaliza la declaración.

Sebastián Sansón Ferrari
Vatican News