Teología de los sacramentos
Los sacramentos, acontecimientos pascuales
Los actos sacramentales son configurados al Cristo pascual. El sujeto que los recibe reporta una muerte al viejo Adán, y a una resurrección a la gracia y al mundo de la salud del Cristo Señor.
El poder pascual del Vencedor alcanza actualmente al cristiano en el ejercicio cultual de los sacramentos. Lo que en ellos se entrega es la misma gracia de la Resurrección.
Así pues, el triunfo del Señor Resucitado se perpetúa en los sacramentos. “pues sabemos que Cristo, resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte no tiene dominio sobre Él. Porque muriendo, murió al pecado una vez para siempre; pero viviendo vive para Dios” (Rom 6, 10). El cristiano tiene ese poder admirable de actualizar el suceso pascual en su devenir circunstancial. Cualquier creyente puede emerger de su momento histórico y conectarse vivamente, por los sacramentos, con la virtud pascual del Cristo glorioso. El Bautismo, la Penitencia y la Eucaristía están influyendo en el paso del cristiano a la vida en Cristo. San Pablo presenta la Eucaristía como una posibilidad de volver al suceso pascual al decir: “Pues cuantas veces coméis y bebéis este cáliz, anunciáis la misma muerte del Señor, hasta que El venga” (1Cor 11, 26).
LA PARTE DE CRISTO EN LA INSTITUCIÓN DE LOS SACRAMENTOS
Es conocida en la teología sacramental la dificultad que comporta una explicación adecuada de la institución de los sacramentos por Cristo. Muchas son las opiniones y tentativas de explicación. Desde luego, es preciso partir siempre de la verdad dogmática de que Cristo es el único autor de los sacramentos. La esencia del sacramento se religa con la persona protosacramental de Cristo y de la Iglesia, como sacramentos de Aquel en la historia de los hombres.
Se puede afirmar que la conciencia teológica de los siglos ha venido a un concepto más conforme con la realidad radical del Cristo-autor, a las posibilidades de cambio en materia y forma sacramental de parte de la Iglesia. El desarrollo de la consciencia teológica sacramental ha tenido muchas graduaciones. Podríamos comenzar desde la teología más irreal que conecta la realidad de Cristo con la misma forma exterior del rito y de la palabra, hasta la más auténtica y sustancial que atribuye a Cristo la institución del sacramento en líneas generales, pero con posibilidad ulterior para que la Iglesia, sacramento que sucede a Cristo, pueda oportunamente desarrollarlos siempre que salve la unión del sacramento con los que Cristo manifestó, realizó o sugirió. Vemos pues una evolución de los sacramentos actualmente, parece ser que se guía por esta línea.
LA IGLESIA, DISPENSADORA DE LOS SACRAMENTOS
La Iglesia posee la salud de Cristo como algo propio, y ella tiene la función dispensadora de la gracia sacramental entre los hombres. La relación entre Cristo-salud e Iglesia-salud es absoluta. La constitución conciliar Lumen Gentium declara con transparencia que la congregación de todos los creyentes que miran a Jesús como autor de la salvación y principio de la unidad y de la paz, es la iglesia convocada y constituida por Dios para que sea sacramento visible de esta unidad salutífera para todos y cada uno.
Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano