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Mirada
31 de julio de 2022
Nº 1433 • AÑO XXX

Entrevista a Mons. Gil Tamayo

 “Voy a Ganada a arrimar el hombro y con ganas de servir”

Entrevista al arzobispo coadjutor electo de la Archidiócesis de Granada, D. José María Gil Tamayo.

A partir del 1 de octubre llegará a Granada un arzobispo coadjutor que ayudará en el ministerio pastoral de nuestro arzobispo D. Javier Martínez en la Archidiócesis hasta que presente su renuncia, en diciembre, por razones de edad, y sea aceptada por el Santo Padre. D. José María Gil Tamayo llega desde la diócesis de Ávila, donde actualmente es administrador apostólico hasta el 1 de octubre. Con él conversamos en el programa El Espejo, en una entrevista en la que compartía con nosotros su cariño a Granada, su devoción a la Virgen de las Angustias y su deseo de recibir a todos con los brazos abiertos, al mismo tiempo que afirma sabe que llega a una Iglesia “viva, palpitante”, con una profunda y rica vida cristiana, compuesta por “muchas realidades de trabajo en todos los campos”.

- ¿Cómo se siente tras esta designación como arzobispo coadjutor electo con derecho a sucesión para nuestra Archidiócesis?
Me siento con sentimientos encontrados. Por una parte, efectivamente, he sido obispo de Ávila. Ahora soy administrador apostólico hasta el 1 de octubre y quiero mucho a esta gente. Es mi “primera novia” como obispo. Aquí fui ordenado y es la diócesis de Santa Teresa de Jesús. Estamos en el jubileo del 400 aniversario de su canonización. Esta diócesis es de San Juan de la Cruz y es la diócesis de la Reina Isabel La Católica. El primer arzobispo de Granada, Fray Hernando de Talavera, fue obispo de Ávila; D. Antonio Cañizares, fue obispo de Ávila… Parece que nos llevan para Granada: desde Ávila para Granada.

- Estamos deseando recibirle con los brazos abiertos. Imagino que en alguna ocasión habrá estado en Granada. Qué conoce de Granada.
Efectivamente, voy con mucha ilusión y tengo ganas, con esos sentimientos contrapuestos que te he dicho. Recuerdo Granada porque iba a los cursos de verano para los seminaristas en Comunicación Social. Le tengo mucho cariño a Granada por la Virgen de las Angustias, que es la Patrona de Arévalo, de allí la lleva Isabel La Católica. Y le tengo mucho cariño a Granada porque quien ha sido para mí como mi padre, mi arzobispo que me ordenó, y quien ha sido mi maestro como periodista, D. Antonio Montero, era de Churriana de la Vega y era un granadino que quería a Granada con pasión. Y esas cosas se contagian, lo mismo que el cariño a la Virgen de las Angustias.

- Cada día trae su afán y el Señor pone a cada uno lo que nos da a vivir en él. Pero, a priori, qué es lo que cree que se va a encontrar en la Diócesis.
Gente buena y cristianos con unas raíces profundas. Lo que decía mi mensaje: me incorporo a una Iglesia que está en marcha. Una Iglesia que tiene un pasado glorioso de santos, de muchas realidades. Y al mismo tiempo, tiene un presente. Es una diócesis con muchas realidades de trabajo en todos los campos de la pastoral, de acción social y caritativa, cultural, el ámbito de la enseñanza, la catequesis, la religiosidad popular. Es una Iglesia viva, palpitante. Y todos tenemos en estos momentos tan difíciles y tan complejos de este tiempo muchos retos. Y yo voy a arrimar el hombro. Y voy con ganas de servir. Mi lema episcopal es esa frase de Jesús en el Evangelio de San Mateo: No he venido a ser servido, sino a servir. Y con ese deseo voy a estar con vosotros. Y ya rezo mucho por vosotros. Estoy leyendo cosas para conocer de Granada, de la Diócesis. También quiero agradecer por supuesto al Papa por haber tenido esta confianza conmigo. También a D. Javier, al que ya conocía desde hace muchos años y que me recibe con los brazos abiertos y voy a ayudarle.

- Antes hablaba de los sentimientos encontrados. Y es una cuestión muy humana. En la Iglesia, está la cuestión de la obediencia al pastor, al Santo Padre. Este cambio de diócesis supone también un fiarse, ¿no?
Efectivamente, ahora estoy como un cura recién salido de la ordenación. Voy donde me ha dicho el Papa y voy con confianza. Dejo lo que tengo: amigos, lazos afectivos, dejo esta ciudad maravillosa, dejo gente a la que conozco y voy, no a lo desconocido, porque cuando vamos de una comunidad cristiana a otra comunidad cristiana, y cuando va un pastor como es mi caso, y además con la suerte de que me reciba un hermano en el episcopado al que voy a ayudar, pues todo se pone más fácil. Es ponerme a caminar de nuevo. Y como dice el Papa, un obispo lo que tiene es que ir delante guiando, ir en medio con la gente escuchando, e ir detrás, buscando a los que se han alejado, para que vuelvan. Y quiero pedir especialmente a los enfermos, a las personas que lo están pasando mal que recen por mi. Y quiero pedir que necesito ayuda, porque yo me doy cuenta que es una misión grande y también soy consciente de mis limitaciones. Gracias y mi bendición para todos.

Paqui Pallarés

Escuchar programa “El Espejo”, en COPE Granada y COPE Motril (22 de julio de 2022).