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Mirada
31 de julio de 2022
Nº 1433 • AÑO XXX

En el Realejo

Las Comendadoras celebran a su patrono, Santiago

En el día de la solemnidad del Santiago apóstol, patrón de España, la Orden de las Comendadoras albergó una Eucaristía en su convento del barrio del Realejo.

A las 11 horas se dieron allí cita varios representantes del cuerpo del ejército, junto a la acostumbrada multitud de fieles granadinos que celebran con ellas esta solemnidad, llenando la pequeña iglesia de las comendadoras.

Entre los militares se encontraba el teniente general, acompañado de un general y de varios oficiales del MADOC. También asistió el comisario provincial del Cuerpo Nacional de Policía y del distrito centro de Granada.

SER LEVADURA EN EL MUNDO
Junto a otros veinte presbíteros de distintas partes de la diócesis, presidió esta Misa el capellán de las Comendadoras, D. Román Martínez, que quiso recordar el carácter apostólico de la fe cristiana. “Los cristianos no estamos llamados a ser más que los demás, estamos llamados a ser la levadura que sostiene a los demás”, afirmó. “Somos personas que nos fundimos con el mundo, porque somos parte de este mundo, débiles en este mundo pero llamados a compartir con todos el consuelo de Dios, la firmeza de la fe, en un mundo en el que precisamente todo se tambalea continuamente, todo se relativiza”.

“Quien ha conocido el misterio de Dios, quien ha conocido el don de Dios, no puede usarlo en absoluto para subirse de grado, para ponerse más arriba, sino para comprender que el amor de Dios inmenso, nos acerca a todos, seamos de la clase que seamos”, concluyó ante la atención de los fieles, entre los que también se encontraban presentes varios miembros de la Hermandad del Huerto, encargados del montaje del altar de culto con la imagen de Santiago frente al altar mayor.

El coro de las comendadoras animó esta Eucaristía en la que el capellán insistió en la importancia de ser semilla de Dios dentro de la sociedad, con esa misma fe apostólica del protomártir de España.

Concluido el tiempo de mayor peligro de la pandemia, el convento pudo volver a ofrecer un ágape fraterno abriendo las puertas de los comedores de la hospedería. Allí volvieron a celebrarlo con todos los presentes, compartiendo bebidas y dulces preparadas por las propias hermanas comendadoras. 

Ignacio Álvarez