Imprescindible presencia femenina
La mujer y el libro
Publicamos el texto de la introducción del cardenal Bibliotecario de Santa Romana Iglesia a la Agenda 2021 de la Biblioteca Apostólica Vaticana dedicada a La mujer y el libro, parte de la serie Agendas anuales Bav.
La mujer y los libros. La mujer como constructora y custodia de bibliotecas a lo largo del tiempo. La presencia de la mujer en los tesoros literarios e iconográficos de la Biblioteca Apostólica Vaticana. Para afrontar estos temas quizá se debe retroceder hasta el comentario de san Ambrosio a la escena de la Anunciación, en el que afirma que fue útil para María, en su conversación con el arcángel, haber leído al profeta Isaías de antemano, en particular ese pasaje en el que se dice que una virgen dará a luz un hijo (7, 14). Legerat hoc Maria, garantiza la voz con autoridad de Ambrosio. De esta manera, ofreció al imaginario artístico occidental lo que luego se convertiría en uno de los elementos más curiosos y constantes en la representación del misterio de la Encarnación: la presencia de un libro en manos de la Madre de Cristo.
La primera representación de Maria cum libro se remonta al siglo IX, una innovación medieval que el Renacimiento no solo acogerá y ampliará, sino que dejará también un legado seguro a la modernidad: la Vigen María alfabetizada, que maneja los textos con intimidad y se representa no con las herramientas de la vida doméstica en el pueblo campesino de Nazaret, sino con lo que se convertirá en un instrumento de la fecundidad que el cristianismo ofrece en ese momento, la biblioteca. En su refinado estudio (¿Qué leía la Virgen? Casi una novela por imágenes, Polistampa, 2019), Michele Feo identifica, sorprendentemente, más de cuarenta textos diferentes en los que María aparece inmersa en la lectura. Por esto, lo importante no es saber qué libro estaba leyendo María en el decisivo episodio de la Anunciación. Lo importante es acoger cómo el libro, en esta escena, funcione ya como facilitador de una experiencia espiritual: una experiencia de escucha y de conocimiento que reconfigura el mundo. Empezando por el mundo interior de cada lector, cada lectora.
No es posible hacer la historia de la Biblioteca de los Papas sin iluminar la contribución de las mujeres: mujeres escritoras, mujeres artistas, mujeres teólogas, mujeres protagonistas de la vida de la Iglesia, mujeres mecenas, mujeres creadoras, mujeres de ciencia y de cultura. Y todavía hoy es así. Basta pensar que más de la mitad de la comunidad de trabajo que hace funcionar la Biblioteca Apostólica Vaticana está formada por mujeres.
José Tolentino de Mendonça
L´Osservatore romano