Entrevista a la Delegada de Enseñanza
“El profesor de religión enseña con las palabras, pero sobre todo con su coherencia de vida, con lo que hace y con lo que es”
Se cumplen 25 años del nombramiento como Delegada de Enseñanza en nuestra diócesis de Paloma Suárez (Madrid) , Misionera idente consagrada. Llegada a Granada en 1987, fue nombrada Delegada un década después, en julio de 1997. Actualmente también es profesora de religión en el Ave María San Cristóbal, en la Universidad de Granada y en el Instituto de Teología Lumen Gentium.
¿Cómo recuerda sus primeros años y nombramiento como Delegada de Enseñanza en la diócesis de Granada?
Siendo madrileña, mi relación con Granada comenzó aproximadamente en 1988, cuando D. Manuel Reyes, actual Capellán Mayor de la Capilla Real era vicario, después le siguió D. Juan Sánchez Ocaña. En 1997 fui nombrada Delegada de Enseñanza por D. Antonio Cañizares, por entonces Arzobispo de Granada. He de reconocer que todos ellos para mí han sido grandes maestros por su formación, trabajo, dedicación, entrega y buen hacer. Actualmente es D. Francisco Tejerizo, Vicario Territorial, quien asiste y acompaña el trabajo de la Delegación.
¿Cuál es la tarea de la Delegación?
Principalmente nuestra misión es la atención y formación del profesorado de religión en la diócesis y la de servir de puente entre la Iglesia Diocesana y el colectivo educativo, administraciones educativas a nivel estatal, autonómica, y local. Es importante estar cerca de los profesores, atender las dificultades que van surgiendo y yo tengo que decir que en su gran mayoría son auténticos héroes, pues a veces sí tienen que hacer frente a dificultades, sobre todo en la enseñanza pública.
En cuanto a la formación, por ejemplo, tenemos cursos que demandan una parte los profesores de Formación Teológica, Pastoral, Pedagógica para promover la actualización en las nuevas tecnologías y las leyes de educación que van surgiendo.
También está la Secretaría Técnica de los Obispos del Sur de España, que está formada por el secretario técnico y por los delegados de enseñanza de toda Andalucía.
¿Cuántos alumnos matriculados en Religión hay actualmente en la diócesis?
Según los datos más recientes de los que disponemos, el alumnado matriculado en Religión y en los centros públicos es de 80.997 alumnos, lo que supone un 60%. Con respecto a los centros privados, el número total de alumnos aproximado inscrito en Religión es de 1855, un de 96%. En la concertada concertados hay 28.660, un 94%. Entre todos los centros hay unos 1.000 profesores aproximadamente.
¿Qué recuerdos tiene de la clase de religión en el colegio cuando usted era alumna?
Bueno, en mis tiempos la clase de religión a mí me preparó para recibir la Primera Comunión. Tengo un recuerdo muy importante de mi profesora de religión y del sacerdote que en aquella época venía a clase y nos enseñaba cuál era esa relación con Dios. Recuerdo que desde que era muy joven en mi había el deseo de querer conocer a Dios. Después tuve la gracia de conocer la institución religiosa a la que pertenezco como Misionera idente.
En su opinión, ¿cuáles son los elementos más importantes a la hora de impartir esta materia?
Realmente lo peculiar de la enseñanza religiosa escolar consiste en una presentación del mensaje y el acontecimiento cristiano en su forma y sus elementos fundamentales. La presentación de este mensaje, de modo que haya un diálogo con la cultura y las ciencias humanas, esto es lo más importante para mí.
Como dice la frase de San Ignacio de Antioquía que decía y se educa mucho con lo que se dice pero más con lo que se hace, y aún más con lo que es. Y para mí esta ha sido la clave y el sustrato, el currículum oculto de lo que un profesor de cristiano tiene que ser y especialmente un profesor de religión, es decir, es nuestra responsabilidad tener una coherencia de vida.
¿Cuáles han sido las mayores bendiciones de estos 25 años al servicio de la Delegación de Enseñanza?
Para mí lo mejor ha sido el contacto estrecho con el profesorado y la confianza depositada en mí desde el Arzobispado. Seguro que han sido muchísimas cosas las que no he sabido hacer por mi parte, por mis limitaciones, pero siempre he tenido claro cómo el Espíritu Santo se manifiesta que cuando intentamos dar lo mejor de nosotros y con un corazón honesto. Para mí ha sido una auténtica bendición el continuo aprendizaje tanto de los profesores por su entrega y dedicación como por el resto de las personas.
María José Aguilar