En el Domingo del Buen Pastor
La delegación de Pastoral Vocacional prepara la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Vocaciones Nativas
Cada año, coincidiendo con el IV domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Vocaciones Nativas; una iniciativa que busca suscitar en nuestros jóvenes, niños y adolescentes la pregunta por su vocación y a la vez sensibilizar e invitar a las distintos grupos y comunidades eclesiales para orar, apoyar y acompañar las vocaciones de especial consagración presentes en nuestra Iglesia.
Esta jornada, es también una oportunidad para descubrir la propia vocación cristiana y una ocasión para valorar la gran diversidad de vocaciones que tiene nuestra Iglesia, recordando y orando de manera especial por los sacerdotes, religiosos y religiosas de vida activa y contemplativa; y consagrados y consagradas de institutos seculares; así como por los jóvenes que se sienten llamados a trabajar en territorios de misión.
Para la jornada de este año, que tendrá lugar el Domingo 8 de mayo, se ha escogido como lema: “Deja tu huella, sé testigo”; un lema que quiere hacer eco de las palabras del Papa Francisco en la JMJ de Cracovia en el año 2016: “Jesús te llama a dejar tu huella en la vida, una huella que marque tu historia y la historia de tantos”. De igual manera, este lema está relacionado con la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ) a Santiago de Compostela, que se llevará a cabo este próximo verano.
El material que se ha preparado para la celebración de esta jornada nos invita a reflexionar en nuestra vida viéndola como un camino; “un camino que como todo sendero tiene un inicio y un sentido, que tras un recorrido conducen a una meta. Así es nuestra vida: la iniciamos al nacer y buscamos darle un rumbo que, día a día, nos lleve a buen término. La vida es una peregrinación. Y ante el camino de nuestra vida podemos tener dos actitudes: vegetar o caminar, ser espectador o protagonista.
También hay muchas maneras de moverse en la vida: el “vagabundo” se mueve sin rumbo ni sentido, para sobrevivir; el “turista” tiene una meta, pero se queda en la superficie de las cosas y de las personas; el “peregrino” hace de su camino una búsqueda y una ofrenda. Todo camino entraña riesgos y desafíos. Quien ha hecho una peregrinación, lo sabe. También en el camino de la vida y del seguimiento del Señor. Formar una familia, vivir el trabajo desde la entrega, consagrar la vida al Señor… Es necesario ir superando dificultades y retos para poder acercarse a la meta.
En Jesús encontramos el camino que nos conduce al Padre, y en Él descubrimos lo que significa acoger el Reino. Esa es la huella que nos dejó, y que permanece viva por los siglos. Esta es su llamada: “deja tu huella, sé testigo”. ¿Podrá contar contigo?”
Para poder vivir mejor esta jornada, los días previos a su celebración (del 2 al 6 de mayo) publicaremos en la página web de nuestra Diócesis unas reflexiones que nos ayudarán a descubrir cómo Jesús, Camino, verdad y vida, sale a nuestro encuentro, y nos llama a caminar con él invitándonos a seguirle, a buscarle y encontrarle en los demás, en aquellos que necesitan de nosotros, experimentando la luz y la esperanza que da el amor de Dios, un Dios que nos ama y nos invita a dejar huella y a ser testigos de su amor.
Desde nuestro seminario Conciliar San Torcuato y la Delegación de Pastoral Vocacional queremos agradecer todas las iniciativas, que en favor de las vocaciones, se vienen realizando en cada una de las comunidades parroquiales de nuestra Diócesis, y a la vez, os invitamos a no desistir en el ofrecimiento de vuestras oraciones y sacrificios por esta intención, para que sean muchos los jóvenes que, escuchando la llamada de Dios, puedan responder con un Sí generoso, entregado su vida a Dios y al servicio de los demás a través del sacerdocio o la vida consagrada.
John Alexander Melo Arévalo