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6 de marzo de 2022
Nº 1412 • AÑO XXX

Ceremonia en la S.I. Catedral

16 nuevos beatos para la Archidiócesis de Granada

Su fiesta litúrgica se celebrará el 6 de noviembre.

Desde el sábado 26 de febrero la Archidiócesis de Granada tiene 16 nuevos beatos granadinos, tras la ceremonia de beatificación celebrada esta mañana en la S.I Catedral, presidida por el Prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, cardenal Mons. Marcello Semeraro.

Los nuevos beatos forman parte de la Causa de beatificación de Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX, cuya fase diocesana se abrió en julio de 1999 y el anuncio de la promulgación del Decreto por parte de la Santa Sede tuvo lugar el 29 de noviembre de 2019.

A esta ceremonia ha asistido también el Nuncio de Su Santidad en España, Mons. Bernardito Auza, junto a los obispos de Sevilla, Asidonia Jerez, Córdoba, Guadix, Almería, Sevilla, Málaga, Valencia, Jaén y su obispo emérito, así como el obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino.

RITO DE BEATIFICACIÓN
Tras el saludo del cardenal, el rito litúrgico de la beatificación se inició con la petición del arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, para incluir en el Libro de Beatos a estos mártires granadinos. A continuación, fue leído el texto de la Carta Apostólica en la que Su Santidad inscribe en el citado Libro a los Venerables Siervos de Dios Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros mártires.

El despliegue de la gigantografía con el rostro de los 16 nuevos beatos fue acompañado de un sonoro aplauso de los fieles y el tañir de las campanas de las iglesias de Granada, como expresión de acción de gracias a Dios y júbilo. Un relicario fue en ese momento conducido en procesión hasta el altar, donde se depositó.

Con el sello del abrazo de la paz entre el arzobispo de Granada y el cardenal Mons. Semeraro y la entrega de una copia de la Carta Apostólica, la Archidiócesis de Granada cuenta con 16 nuevos beatos.

La fiesta litúrgica de los nuevos beatos se celebrará el 6 de noviembre, memoria y fiesta de los mártires del siglo XX en España.

En la oración de los fieles se rezó especialmente por quienes sufren “en nombre de Cristo, vejaciones, injurias, humillaciones, torturas”, así como por los “perseguidores de la Iglesia, para que la sangre de los mártires les haga obtener la conversión”.

A la celebración han asistido distintas autoridades autonómicas, provinciales y municipales. Junto a ellos, numerosos fieles procedentes de toda la provincia, entre ellos familiares, y fieles especialmente procedentes de los pueblos vinculados a los nuevos beatos, que han llegado desplazados en autobuses hasta Granada: Almuñécar, Motril, Salobreña, Alhama, Loja, Órgiva, Lanjarón, Alfornón, La Zubia, Beas de Granada, Comares y Coín (Málaga), y Moreda (Guadix).

“LA SANTIDAD, UN DON QUE RECIBIMOS DEL SEÑOR”
En su homilía, el Cardenal Prefecto ha hablado de la santidad como “un don que recibimos del Señor”. “Los mártires que hoy honramos y veneramos, como tantos otros de esta maravillosa tierra, han dado su testimonio a Cristo soportando grandes penalidades y sufriendo la muerte misma”.

El lema de esta beatificación, Tu Gracia vale más que la vida, también ha sido citado en sus palabras, aludiendo a que “a la luz del Santo Evangelio, nosotros podemos entender el sentido de esta elección paradójica: ¡escoger la muerte por la vida!”.

El cardenal también ha recordado que “la santidad de los mártires no es nunca un evento del pasado”, sino que es “siempre, una gracia para la Iglesia”.

“Los mártires de Dios son aquellos que nos guían, los que nos ayudan a mirar nuestra propia vida. No debemos, por tanto, tener miedo de mostrarles nuestras enfermedades, porque ellos mismos, aún habiendo conseguido la victoria, han experimentado la fragilidad humana. Así pues, honramos y veneramos a los nuevos beatos mártires, conscientes de que, en ellos, aún frágiles y débiles como nosotros, Cristo está presente, aunque en modo misterioso”, concluyó.

PALABRAS DEL ARZOBISPO DE GRANADA
En sus palabras finales en la ceremonia, el arzobispo de Granada ha expresado, en nombre de la Diócesis, su gratitud al Santo Padre “por este don inmenso hecho a nuestra Iglesia, así como por su incansable ministerio en nombre de Jesucristo, a favor del perdón, de la misericordia y de la reconciliación entre los hombres y los pueblos, de la paz y de la fraternidad humana”.

En sus palabras, ha expresado que los nuevos beatos son “un honor” para Granada, pero “sobre todo, una gracia que el Señor nos hace y una fuente poderosa de intercesión”. Ha indicado que los nuevos beatos “son también un estímulo para nuestra vida” y, especialmente, una “renovación” del ministerio sacerdotal, “en la línea (…) de una conversión misionera, que haga posible que nos acerquemos unos a otros, que iniciemos caminos juntos, y que de este modo se haga posible o más fácil el milagro de la comunión”.

Asimismo, Mons. Javier Martínez ha tenido presente la guerra en Ucrania y ha elevado una súplica por intercesión de los nuevos beatos ante el Señor “para que obtengan para los países implicados en esta guerra y para todo el mundo, el don de la paz y una convivencia basada, no en intereses políticos o económicos, sino en nuestro común reconocimiento como hermanos, hijos del mismo Dios”.

El arzobispo ha pedido al cardenal que traslade en nombre “propio y del pueblo cristiano de Granada, nuestra oración por él, nuestra comunión y nuestra obediencia filial”. La celebración ha concluido con el canto del Himno de los mártires, que lleva el nombre del lema de esta beatificación: Tu Gracia vale más que la vida.

La Archidiócesis dará gracias a Dios en la Eucaristía de acción de gracias que tendrá lugar al día siguiente de la beatificación, mañana domingo 27 de febrero, en la S.I Catedral. Esta Eucaristía, para la que ya no es necesaria acreditación, podrá seguirse en directo en la televisión diocesana por internet Virgen de las Angustias TV, en www.vatelevision.com

Palabras íntegras del cardenal Semerallo 

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Mons. Javier Martínez en la beatificación

"Los nuevos beatos son también un estímulo para nuestra vida"

Palabras del Arzobispo de Granada al final de la celebración de la beatificación de 16 mártires granadinos, en la Catedral.

Eminencia,
Sr. Nuncio de su Santidad en España,
Sr. Cardenal, Sr. Arzobispo de Sevilla, queridos hermanos obispos —y señalo especialmente al obispo de Guadix y de Málaga, que cuentan también entre estos mártires a presbíteros que sirvieron al pueblo de Dios en sus diócesis—, y que habéis querido uniros a esta celebración, así como a la alegría y a la acción de gracias de esta diócesis por la beatificación de estos dieciséis hijos de la Iglesia de Granada, queridos sacerdotes, excelentísimas autoridades civiles y militares, familiares de los mártires, queridos hermanos y amigos todos.

SALUDO A LOS FIELES QUE, ACOMPAÑADOS DE SUS PRESBÍTEROS, HAN VENIDO DE ALMUÑECAR, DE SALOBREÑA Y DE MOTRIL, DE ALHAMA Y DE LOJA, DE ORJIVA, DE LANJARÓN, DE ALFORNÓN Y DE LA ZUBIA, ASÍ COMO DE COMARES Y COHÍN EN MÁLAGA, Y DE MOREDA EN GUADIX.

Deseo que mis primaras palabras sean de gratitud al Santo Padre Francisco, que ha querido añadir al número de los beatos a Cayetano Giménez Martín y a sus quince compañeros. Y le pido, Sr. Cardenal, que le transmita al Papa nuestra gratitud por este don inmenso hecho a nuestra Iglesia, así como por su incansable ministerio en nombre de Jesucristo, a favor del perdón, de la misericordia y de la reconciliación entre los hombres y los pueblos, de la paz y de la fraternidad humana. Le suplico que le transmita, en nombre mío propio y en nombre de este pueblo cristiano de Granada, nuestra oración por él, nuestra comunión y nuestra obediencia filial.

Contar con dieciséis nuevos beatos —mártires— en nuestra iglesia particular no es simplemente un honor, para la diócesis y para los lugares en los que han nacido, han ejercido su ministerio o han dado la vida. Mejor dicho, claro que lo es, y grande, para todos nosotros, y para sus familias también. Pero además de un honor ellos son sobre todo una gracia que el Señor nos hace y una fuente poderosa de intercesión. Esa intercesión es tanto más necesaria en este momento, cuando una nueva guerra —esa horrible derrota de nuestra humanidad— acaba de estallar en Europa. Les pedimos a los nuevos beatos que intercedan ante el Señor y que obtengan para los países implicados en esta guerra y para todo el mundo el don de la paz y de una convivencia basada, no en intereses políticos o económicos, sino en nuestro común reconocimiento como hermanos, hijos del mismo Dios.

Los nuevos beatos son también un estímulo para nuestra vida. En un tiempo como el nuestro, ellos muestran con la nitidez de un día claro de primavera, en la sencillez de sus vidas y de sus muertes, cuál es el significado de la vida, qué es lo que hace posible vivirla con alegría y esperanza.

Los nuevos beatos son también un estímulo para nuestra vida. En un tiempo como el nuestro, en el que el sentido y el significado de la vida humana están tan confusos, y son objeto de tantos tanteos desorientados en medio de la niebla, ellos muestran con la nitidez de un día claro de primavera, en la sencillez de sus vidas y de sus muertes, cuál es el significado de la vida, qué es lo que hace posible —o mejor, quién hace posible— vivirla con alegría y esperanza. Con una esperanza que no defrauda, a diferencia de esas otras esperanzas en las que ponemos tantas veces nuestro corazón, y que lo dejan vacío, o lo llenan de una ansiedad que casi siempre termina en resentimiento contra todo y contra todos, contra la vida misma.

Dejadme decirlo con unas palabras de San Pablo, que lo expresa magníficamente y sin rodeos. Sus palabras pueden ponerse con toda verdad en la boca de nuestros mártires, pero sirven para todo cristiano: “Para mí, la vida es Cristo, y una ganancia el morir” (Flp 1, 21). O, más explícito aún: “Todo lo considero pérdida comparado con el conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no con una justicia mía, la de la ley, sino la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe. Todo para conocerlo a él, la fuerza de la resurrección y la comunión en sus padecimientos, hasta hacerme semejante a él en su muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos” (Flp 3, 7-11). Y es que, “si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte, somos del Señor”. En ese “ser de Cristo”, está la libertad verdadera, la libertad que permite dar la vida sin perderla, al contrario, que cumple nuestra vida, que nos permite amar a Dios y a todos, incluso a nuestros enemigos, y amar al mundo como Dios lo ama. En ese “ser de Cristo” está, y está ya aquí, la vida eterna, pues como dice San Juan: “Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17, 3).

Al nacimiento de esa vida eterna en los hombres de nuestro mundo, a que se abran los corazones de cada hombre y de cada mujer de nuestro tiempo al conocimiento de Dios y de Jesucristo, está destinado nuestro ministerio sacerdotal. Después de todo, todos los mártires cuyo triunfo celebramos menos uno, son sacerdotes. [No que la mayoría de los mártires de la persecución religiosa lo hayan sido, evidentemente —hay “una muchedumbre innumerable” de fieles laicos, hombres y mujeres, que han dado su vida por Cristo, y también sin duda entre nosotros, sino que en este caso, y por diversos motivos, se ha dado esa circunstancia en el proceso de su beatificación.] Su proclamación ha de estimular sobre todo una renovación de nuestro ministerio, en la línea que la Iglesia hoy nos propone por medio del Papa Francisco, que es la de una conversión misionera, que haga posible que nos acerquemos unos a otros, que iniciemos caminos juntos, y que de este modo se haga posible o más fácil el milagro de la comunión.

Que ellos nos descubran que la evangelización no es una cuestión meramente de ideas, sino de testimonio (martyrion); que no se trata de “conseguir adeptos” a una manera de pensar o a unas creencias, sino de un servicio a la esperanza de los hombres, de todos los hombres; y que el método no consiste en “convencer” a base de razonamientos dialécticos, sino en ser en la vida un reflejo del amor y del afecto de Dios a cada persona, a su destino y a su vocación en Cristo. (...)

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
S.I Catedral de Granada
26 de febrero de 2022

Leer discurso completo de D. Javier Martínez

Palabras finales en la ceremonia de beatificación de 16 mártires granadinos de la persecución religiosa en España en el siglo XX

Al día siguiente de la ceremonia 

El Papa Francisco recuerda a los nuevos
beatos granadinos en el Ángelus del domingo

Desde Roma, al día siguiente de su beatificación en Granada.

“Que el testimonio de estos heroicos discípulos de Cristo suscite en todos el deseo de servir al Evangelio con fidelidad y valentía. Un aplauso para los nuevos beatos”. Así se pronunció el Papa Francisco al término de la oración mariana del ángelus el pasado domingo 27, al día siguiente de la ceremonia de beatificación de 16 mártires granadinos.

El Santo Padre recordaba a los nuevos beatos, que forman parte de la Causa de Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX, en su mayoría sacerdotes, y junto a ellos un seminarista y un joven de Acción Católica.

Los nuevos beatos sufrieron martirio en distintos pueblos de la provincia de Granada por odio a la fe, perdonando a sus verdugos en el momento del martirio y pidiendo que no se odie a quienes les asesinaron.

En www.archidiocesisgranada.es (Menú noticias y Beatificación mártires granadinos) y en santosybeatos.archidiocesisgranada.es hay más contenidos sobre esta beatificación, presidida por el Prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, Mons. Marcello Semeraro. También están disponibles las celebraciones de la beatificación y la Eucaristía de acción de gracias en la televisión diocesana por internet Virgen de las Angustias TV, en www.vatelevision.com. Asimismo, en el telediario de la Diócesis de Granada, VA Informa, se dedica un espacio a esta beatificación, que puede verse pinchando en este enlace (https://vatelevision.com/va-informa-beatificaciones-28-2-22/)

Paqui Pallarés