Teología de los Sacramentos
¿Cómo explicar el origen del Signo Sacramental?
Si por institución entendemos que Cristo es el autor de la realidad comunicada por los sacramentos de la salvación que en ellos se nos ofrece, entonces hay que decir que él, y sólo él, los ha podido instituir. Los sacramentos, como signos que actualizan visiblemente la salvación, sólo tienen un origen: Cristo.
ALGUNAS RESPUESTAS DE LA TEOLOGÍA ACTUAL
A partir del valor y función de los signos en la Historia de la Salvación: Cristo nace en medio de un pueblo, que conoce y expresa su fe por unos signos. Jesús acepta los signos que le son dados por la Historia de la Salvación, permanece en el mismo lenguaje signal. No inventa nuevos signos, se sirve de los ya preexistentes. Pero les da un significado nuevo, los llena de una realidad original: el Misterio de la Salvación por Él realizada.
Si por institución entendemos que Cristo es el autor de la realidad comunicada por los sacramentos de la salvación que en ellos se nos ofrece, entonces hay que decir que Él, y sólo Él, los ha podido instituir. Los sacramentos, como signos que actualizan visiblemente la salvación, sólo tienen un origen: Cristo.
Esta explicación supone renunciar a un concepto de “institución jurídica” (en el sentido de “promulgar una ley”) y partir de un concepto de “institución autoritativa”, según la cual sabemos que sólo Cristo tiene el poder de dar a los signos un significado de plenitud y de realidad que antes no tenían y, en este sentido, sólo Él puede ser autor y origen del signo sacramental.
A partir del don escatológico de Cristo resucitado: Que la historia, por la consumación del hecho salvador en la muerte y resurrección de Jesús, comienza a ser historia escatológica, quiere decir que el Espíritu de Cristo se ha dado al mundo en significación histórica. Es, por tanto, en la inauguración de la Iglesia en el mundo donde se origina el signo sacramental cristiano. Tanto la Iglesia, signo-primordial, como sus signos sacramentales tienen origen de plenitud en Jesús resucitado. La resurrección de Cristo, que trae consigo el don escatológico del Espíritu, es el origen de la Iglesia, y también el origen de los signos sacramentales, en cuanto que son la “necesaria historización” o la “correspondiente visibilización” de este don para las personas, que vivimos en el espacio y en el tiempo. El hecho de que el acontecimiento Pascual haya irrumpido en la historia explica de por sí el origen de las formas históricas por las cuales nosotros entramos en comunión con el Misterio Pascual. Por encima de toda comprensión cultural o de cualquier comprensión teológica, respecto al concepto de “institución”, es preciso comprender el origen del sacramento en su principio fontal. Y este principio es el del don escatológico de Cristo resucitado.
Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano