Confirmado por el Vaticano
Jubileo de 2025, "Peregrinos de la esperanza"
El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización confirmó a principios de enero que el papa había aprobado el tema Peregrinos de la esperanza para el Año Jubilar que se abrirá en 2025 en Roma.
Dos nociones que representan temas simbólicos clave del pontificado de Francisco. El lunes 3 de enero, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, confirmó que el papa había aprobado el lema Peregrinos de la esperanza para el año jubilar que se abrirá en 2025 en Roma. Tras una audiencia con Francisco, el arzobispo Fisichella subrayó que la elección de este tema reflejaba el deseo de "condensar el significado" de todo el camino jubilar.
"Hay mucho trabajo por hacer" en los próximos dos años, continuó el alto dirigente religioso, que dirige el dicasterio responsable de la organización del evento. "Será necesario un sólido impacto preparatorio para crear una máquina organizativa eficaz", dijo, a la espera de "nuevas directrices papales".
RECEPCIÓN DE PEREGRINOS
Según él, uno de los ámbitos prioritarios de trabajo será la acogida de peregrinos y fieles, que se espera que acudan a la ciudad de Roma con motivo de este nuevo Año Santo, con la esperanza de que la pandemia del COVID-19 no afecte tanto a las concentraciones.
El arzobispo Fisichella también confirmó que la cooperación con "el municipio de Roma, las autoridades de la región del Lacio y el gobierno italiano" ya estaba muy avanzada, para que el evento pudiera celebrarse "con total seguridad y de acuerdo con la capacidad de la ciudad para acoger a los visitantes de la mejor manera posible".
UN AÑO ESPECIAL DE GRACIA
En la estela del Año de la Misericordia, lanzado por el papa Francisco en 2015 para conmemorar el 50 aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, el próximo Jubileo seguirá la norma de un intervalo de 25 años entre ellos. El primer Jubileo fue convocado en 1300 por el papa Bonifacio VIII, y el último se celebró en el año 2000, en los albores del nuevo milenio, para celebrar los 2000 años del advenimiento de Cristo.
Durante estos años especiales, la Iglesia ofrece a los fieles la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria. Por lo general, estos años se abren poco antes de Navidad y se cierran en torno a la Epifanía del año siguiente. El papa inaugura el Año Santo con el rito de apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, y las Puertas Santas de las otras basílicas papales -Santa María la Mayor, San Juan de Letrán y San Pablo Extramuros- permanecen abiertas hasta el final del evento.
Malo Tresca
Publicado en La Croix