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Cultura
19 de diciembre de 2021
Nº 1401 • AÑO XXX

Sagrada Familia de Barcelona

Una estrella para la Virgen María

Uno de los arquitectos que colaboran en la construcción de la Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona nos explica los secretos del diseño de la torre de la estrella, dedicada la Virgen María. 

Los terminales de las de las dieciocho torres devla Sagrada Familia contienen símbolos que representan la dedicación de cada una. El de la torre de la Virgen María contiene dos elementos identificadores de María: una estrella y una corona de doce estrellas. En planos publicados en tiempos de Gaudí se aprecia una estrella en lo alto de la torre. En el Álbum del Templo, publicado entre 1922 y 1925 en vida de Gaudí se lee: “El ábside vendrá coronado por un cimborrio. Va dedicado a la Virgen María, Turris Davídica, por lo que rematará en una estrella.” Poco después de su muerte, el arquitecto discípulo de Gaudí Isidre Puig Boada la describe en su libro sobre la Sagrada Familia editado en 1929: “El cimborrio o cúpula del ábside va dedicado a la Virgen María, según la tradición bizantina, y está coronado por una estrella luminosa, Stella Matutina” (Isidre Puig Boada. El Temple de la Sagrada Familia. Editorial Barcino, Barcelona 1929, pág. 106).

Unos años después, los arquitectos directores discípulos de Gaudí dibujarán bajo la estrella una corona de doce estrellas, símbolo de la Virgen María citado en el Apocalipsis: “Entonces apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap 12,1). La estrella y la corona protagonizan el terminal de la torre, que se compone de tres partes: corona, linterna y estrella.

LA CORONA
El hiperboloide de piedra que configura la corona recoge en su base los catorce lados parabólicos de la torre y termina en doce puntas que soportan las doce estrellas de la corona de la Virgen María. Por dentro contiene la cúpula que cierra el espacio interior de la torre. La cúpula está recubierta de cerámica de tonos blanquecinos y termina en un óculo circular o claraboya en la parte superior para la entrada de claridad.

Por el exterior, la corona de piedra contiene unos relieves romboidales, de tonos blanquecinos, amarillentos y dorados, que crecen de la parte más baja a la más alta y enlazan los catorce lados de la torre con las doce estrellas. Los relieves situados en los cuatro ejes dibujan una abstracta M de María. Sobre las doce puntas de piedra con las que termina este elemento se sitúan, como suspendidas en el aire, las doce estrellas de la corona, de hierro forjado. Son la misma forma geométrica de la estrella superior: unos dodecaedros estrellados definidos por aristas de acero. Tres soportes de forja soportan delicadamente cada estrella sobre la punta de piedra. Las puntas de piedra y las estrellas tienen unas alturas variables porque se sitúan en un plano orientado hacia el centro de la Cruz que culminará la torre de Jesucristo. Así, este elemento de la torre de la Virgen María mira hacia la Cruz, hacia Jesús, del mismo modo que las aperturas de los poliedros de los evangelistas y de las torres de los apóstoles (el anillo episcopal) también se orientan hacia ella para incluir los focos que la iluminarán.

LINTERNA DE SOPORTE DE LA ESTRELLA
Del interior de la corona de piedra surge un esbelto elemento de dieciocho metros de altura en forma de hiperboloide para soportar y elevar la estrella, y también como linterna que recoge la claridad solar para conducirla hacia el óculo superior del interior de la cúpula. La linterna se ensancha en la base siguiendo la forma del hiperboloide, a fin de apoyarse en la torre en seis patas. Aperturas triangulares y romboidales de la superficie proporcionan claridad al interior y se dirigen hacia la parte superior, donde la linterna se abre en tres puntas, para soportar la estrella de una manera ligera y grácil. (...) Está recubierta de trencadís de colores azulados, para evocar el manto de la Virgen María: son más oscuros en la base y se van aclarando hacia arriba hasta el blanco, bajo los soportes de la estrella.

LA ESTRELLA
En una de las fotografías del estudio de Gaudí se ven colgadas del techo una serie de estrellas, poliedros estrellados. Una de ellas es la estrella que corona la torre: un dodecaedro estrellado, es decir, un dodecaedro (poliedro de doce caras pentagonales) con una punta de estrella piramidal que surge de cada cara. En los textos de los años veinte se habla de una estrella “luminosa”; por eso la estrella es de vidrio con una estructura de acero inoxidable en las aristas y con unas luces situadas en el interior en el núcleo. Para que, tanto si es de día como de noche, se distingan los planos de las puntas de estrella, el vidrio es texturado con relieves para que las caras adquieran cuerpo y presencia.

La estrella contiene la instalación necesaria para resistir y conducir el impacto de los rayos y los puntos de apoyo para los escaladores que atiendan su futuro mantenimiento. De día, los vidrios estarán iluminados por el sol y, de noche, por la claridad que surgirá del interior. Cada una de las puntas mide 2,90 metros y el diámetro máximo de la estrella es de 7,50 metros, la distancia base de las anchuras y las alturas de las naves de la basílica.

Jordi Faulí
Arquitecto de la Sagrada Familia

Publicado en Catalunya Cristiana, nº 2202
5 de diciembre de 2021