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Testimonio
28 de noviembre de 2021
Nº 1398 • AÑO XXX

Beato Tito Brandsma

Testigo fiel en tiempos de oscuridad

Tito Brandsma fue un presbítero carmelita que murió por defender la fe y, tras dar testimonio de una caridad sin límites siendo asesinado en el campo de concentración de Dachau. Fue un gran traductor y difusor de la obra de Santa Teresa de Ávila. El Papa Francisco ha autorizado recientemente la promulgación de su Decreto de Canonización.

El beato Tito nació en Bolsward, un pueblecito holandés de 10.000 habitantes, fruto del matrimonio de Tito y Postma, un veintitrés de febrero de 1881. Fue el quinto de los seis hijos con que el Señor bendijo a aquellos cristianos padres.

Dio pruebas de una preclara inteligencia y de un corazón de oro aunque encerrados en un cuerpo bastante “debilucho”. A los 17 años vistió el hábito del Carmelo exclamando, fascinado por su carisma: "La espiritualldad del Carmelo, que es vida de oración y de tierna devoción a María, me llevaron a la feliz decisión de abrazar esta vida".

En 1899 emitió sus votos como religioso, ordenándose presbítero seis años más tarde en Roma. Regresó a su tierra natal, Holanda, en donde se dedicó a una vida de apostolado escribiendo libros y artículos, predicando y dando cursillos o conferencias. Además de su labor como ministro de la Eucaristía, todo el mundo se admiraba de su gran energía y capacidad apostólica.

Entre sus escritos más destacados resuena el poema “Ante un cuadro de Jesús en mi celda” que el beato escribió en Scheveningen.


En sus artículos dedicados a otros maestros de espiritualidad hace referencia a Santa Teresa de Ávila y muestra un amplio conocimiento de su doctrina. En 1929 visitó España, pasando por los lugares de peregrinación teresiano y sanjuanistas como Ávila, Segovia o Toledo. De ese viaje se conservan las tarjetas postales que fue mandando desde cada uno de estos lugares y que se conservan hoy en el Museo de Bolsward.

Era un alma de profunda oración, fervoroso sacerdote y profundamente sencillo y humilde. Fue cofundador de la Universidad Católica de Nimega, catedrático y Rector Magnifico de la misma. Se hizo tan conocido que se convirtió en un verdadero asesor religioso de todos los periodistas de Holanda.

Fue capturado por una brigada de las SS nazis el 19 de enero de 1942. Pasó sus últimos meses en cárceles y campos de concentración dando a todos ejemplo de una fe inquebrantable, de fortaleza de ánimo, de paciencia y de exquisita caridad. Perdonó a sus enemigos y rezaba por ellos.

Acabó en Dachau, lugar en el que fue asesinado tras una inyección de ácido fénico, el 26 de julio de ese mismo año. Todos en el campo repetían: "Ha muerto un santo". Fue beatificado por Juan Pablo II en 1985.

POESÍA A LA FE
Entre sus escritos más destacados resuena el poema “Ante un cuadro de Jesús en mi celda” que el beato escribió en Scheveningen. Un poema traducido hoy a muchas lenguas y con el que tantas personas han orado, han meditado y han participado de la intensa experiencia espiritual del Beato Tito:

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el calor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente;
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina prueba serán de tu ternura,
porque a ti me asemejan redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito yo en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!