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Mirada
21 de noviembre de 2021
Nº 1397 • AÑO XXX

Entrevista a una formadora del taller

 Scholas Granada, “acercarnos a lo diferente y encontrar un sentido”

Recientemente, la Archidiócesis de Granada acogía un taller de pintura con la metodología de Scholas, dirigido a jóvenes estudiantes especialmente de Educación y Bellas Artes. Entrevistamos a Ana Sebastián, formadora de Scholas Granada, para conocer la propuesta educativa y humana de Scholas, a partir de este taller, y cuyas iniciativas continuarán el día 20 con un encuentro con espacios para baile, música, teatro, pintura y deporte.

Cómo se ha desarrollado este taller de pintura.
El taller es un taller para vivenciar la metodología Scholas en la rama de pintura. Tiene que ver con tres vías de “de-formación”, porque nos “de-construimos” y un poco encontramos estos por qués, estas manifestaciones del ser y del conocimiento de uno mismo, y del otro que nos permite el arte. En estos tres días, hacemos un mural, esta obra comunitaria que rompe con los estereotipos, los símbolos, con los lenguajes, y da ese testimonio del encuentro de estos tres días del compartir, de salir de uno mismo, para encontrarse con el otro, con la otra persona. El último día nos vamos a un colegio, a La Chana, donde, con los niños, los participantes han llevado a cabo estas experiencias y esta formación que han tenido durante estos tres días.

Quiénes son los participantes.
El taller está abierto a apasionados, sobre todo del arte, de la pintura y de la educación. Finalmente, los inscritos son gente que proviene de diferentes grados, desde Bellas Artes, Música, Educación, gente que está trabajando en escuelas. La mayoría tiene un perfil universitario, entre 19 y 25 años. Pero, es gente diversa, que se encuentra con otros seres. Sobre todo, son apasionados de la pintura y tienen esta inquietud educativa de transmitir y compartir.

¿Los jóvenes se conocen entre ellos, o se conocen en el mismo momento en que van a participar en el taller?
La mayoría se conoce en el mismo momento en que van a participar en el taller. A lo mejor, vienen un par de personas de la misma clase que se conocen. Pero, en realidad, todo el mundo es desconocido. Porque a veces la rutina se nos impone y nos conocemos desde un personaje, desde esa misma rutina. Y sacarlos de ese ámbito formal de las clases y meterlos en un ámbito donde la creatividad es el nexo de unión permite no sólo conocer al otro, sino conocerte a uno mismo desde otra realidad, con lo cual todos son desconocidos entre ellos.

En esa metodología que tiene propia Scholas, cómo se organiza el taller.
El taller son cuatro días, tres días de formación, donde lo que hacemos es explicar, situar el arte en el centro de las relaciones. Todos. Quién no ha cogido un pincel desde pequeños. Es uno de los lenguajes más comunes que nos permite encontrarnos y entender otros significados, conectar. La pintura tiene algo que nos atrae y nos permite comunicarnos desde otros lenguajes, desde otra posición distinta. Entonces, en estos tres días de “de-formación”, mientras vamos realizando el mural, vamos trabajando las interacciones sociales, desarrollar estas “habilidades blandas” como se llaman ahora; nos permite encontrarnos, nos permite acercarnos a otra realidad. En realidad, en estos tres días se pone más el acento en el proceso creativo que en el resultado final. Aunque, al final, he de reconocerte que el lienzo, la obra, es el resultado bellísimo, es un cuadro único que habla del recorrido ese que estamos haciendo, que estamos vivenciando y es el testimonio visual de este encuentro de lo diferente conviviendo en la misma obra. Estos tres días de formación terminan con un día de prácticas, donde estos jóvenes van al encuentro de otros jóvenes, de unos años menos, replican la metodología y son ellos quienes se sitúan en este papel docente, para transmitir a otros y para facilitarles a los jóvenes que vivan ellos lo que ellos han experimentado.

Cómo es la evolución de los jóvenes que participan en estos talleres a medida que pasan los días. Cómo les cambian.
Al principio, cuando llegan al taller, vienen con su libreta para tomar apuntes o preguntando qué se pinta aquí. Estamos muy acostumbrados a que la sociedad nos diga qué es lo que tenemos que hacer, qué tenemos que pintar. A veces, eso no nos deja espacio para que nos preguntemos qué queremos pintar en este caso, qué quiero expresar y qué quiero comunicar. Los talleres que nosotros realizamos no son teóricos, son más vivenciales, porque entendemos que la experiencia presente es lo que nos permite y lo que nos da sentido a la construcción de toda esta metodología, de esta vivencia. Es difícil transmitir aquello que no se tiene, aquello que no se ha vivido. Los jóvenes, al principio, vienen con otra mirada. Los talleres es lo que suena más espectacular, pero luego hay todo un trabajo de acompañamiento entre taller y taller y a lo largo del año que nos permite abrir esa puerta, ese encuentro con uno mismo y con el otro que nos permite acercarnos a lo diferente y encontrar un sentido. Esta capacidad de vivenciar un espacio de reflexión, de otro conocimiento, que sitúe el encuentro presente. Porque una de las cosas que en Scholas tenemos claro es que los jóvenes son el presente, no son el futuro.

Qué tendrían que hacer si algún joven quiere participar en una próxima convocatoria.
Que se ponga en contacto con nosotros. Estamos en el Centro de Estudios Superiores La Inmaculada, en Joaquina Eguaras. Pueden pasar y preguntar por nosotros. También por correo, en ana.sebastian@scholasocurrentes.org Y en la página del CES La Inmaculada (https://cmli.es/), hay un apartado de Scholas. El próximo evento es el 20 de noviembre.

Paqui Pallarés