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14 de noviembre de 2022
Nº 1396 • AÑO XXIX
A Fondo

Jornada Mundial de los Pobres 2021

“A los pobres los tenéis siempre con vosotros”

Con motivo de la celebración, el domingo 14 de noviembre, de la V Jornada Mundial de los Pobres, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas suman de nuevo sus esfuerzos para movilizar a las comunidades cristianas y a toda la sociedad en los objetivos de esta cita anual auspiciada por el Papa Francisco.

La idea de impulsar esta Jornada surgió el 13 de noviembre de 2016, durante el cierre del Año de la Misericordia y cuando en la Basílica de San Pedro el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a las personas marginadas. Al finalizar la homilía, y de manera espontánea, Francisco expresó su deseo de que “quisiera que hoy fuera la Jornada de los Pobres”.

En esta quinta edición, bajo el lema A los pobres los tenéis siempre con vosotros Francisco lanza un llamamiento para que “arraigue cada vez más en nuestras Iglesias locales y se abra a un movimiento de evangelización que en primera instancia salga al encuentro de los pobres, allí donde estén”.

“No podemos esperar –afirma en su mensaje para la Jornada— a que llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus casas, en los hospitales y en las residencias asistenciales, en las calles y en los rincones oscuros donde a veces se esconden, en los centros de refugio y acogida… Es importante entender cómo se sienten, qué perciben y qué deseos tienen en el corazón”.

Se trata de una exhortación especialmente oportuna justo cuando acaba de comenzar el Sínodo de los Obispos en el que, bajo el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, se abre un nuevo tiempo de discernimiento y revisión de nuestro seguimiento de Jesús como Pueblo de Dios.

DENUNCIA PROFÉTICA DE FRANCISCO
Francisco ofrece en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres importantes elementos de análisis para reconocer “las múltiples y demasiadas formas de desorden moral y social que generan siempre nuevas formas de pobreza”.

Como señala el Papa, “parece que se está imponiendo la idea de que los pobres no sólo son responsables de su condición, sino que constituyen una carga intolerable para un sistema económico que pone en el centro los intereses de algunas categorías privilegiadas”. “Se asiste así –añade— a la creación de trampas siempre nuevas de indigencia y exclusión, producidas por actores económicos y financieros sin escrúpulos, carentes de sentido humanitario y de responsabilidad social”.

Esta convocatoria es una nueva oportunidad para tomar conciencia acerca sobre cuál es el nivel de participación de quienes habitualmente son menos tenidos en cuenta en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración.

Para ello, el Santo Padre urge a abordar “un enfoque diferente de la pobreza, un reto que los gobiernos y las instituciones mundiales deben afrontar con un modelo social previsor, capaz de responder a las nuevas formas de pobreza que afectan al mundo y que marcarán las próximas décadas de forma decisiva”. “Si se margina a los pobres, como si fueran los culpables de su condición, entonces –alerta— el concepto mismo de democracia se pone en crisis y toda política social se vuelve un fracaso”.

Asimismo, el papa Francisco invita en esta V Jornada Mundial a aumentar “la sensibilidad para comprender las necesidades de los pobres”, sobre todo cuando “en las zonas económicamente más desarrolladas del mundo se está menos dispuestos que en el pasado a enfrentarse a la pobreza y donde el estado de relativo bienestar al que se está acostumbrados hace más difícil aceptar sacrificios y privaciones”. Por ello, nos propone “estar abiertos a leer los signos de los tiempos que expresan nuevas modalidades de cómo ser evangelizadores en el mundo contemporáneo” y recordar que “la ayuda inmediata para satisfacer las necesidades de los pobres no debe impedirnos ser previsores a la hora de poner en práctica nuevos signos del amor y de la caridad cristiana como respuesta a las nuevas formas de pobreza que experimenta la humanidad de hoy”.

UNA CELEBRACIÓN DE TODA LA IGLESIA
Con objeto de animar la celebración de esta Jornada, la CEE y Cáritas han preparado diversos materiales, que están disponibles en un espacio digital creado ad hoc, para su utilización por parte de todas las Diócesis, parroquias, comunidades, movimientos, asociaciones e instituciones de la Iglesia .

Esta convocatoria es una nueva oportunidad para tomar conciencia acerca sobre cuál es el nivel de participación de quienes habitualmente son menos tenidos en cuenta en los espacios de reflexión, toma de decisiones y celebración. Con ese objetivo, los promotores de la Jornada proponen, por ejemplo, un encuentro cordial con las personas excluidas “para escucharles y conocer mejor su sentir, para descubrir qué nos puede ofrecer personal y comunitariamente esa persona, familia o grupo que recibimos desde su falta de recursos, desde su fragilidad”.

TIEMPO DE CONVERSIÓN
Como se explica en los materiales de animación de la Jornada, la respuesta al lema de esta edición, implica:

  • Abrir el corazón a las personas, dejar a un lado las resistencias que nos atan a la seguridad de lo que sabemos hacer y controlamos, y dejar espacio a la creatividad y a la novedad que otras personas pueden aportar y que no esperamos.
  • Cambiar de mentalidad, de pensamiento, en relación con nuestra forma de dar, para acoger el reto de compartir y participar.
  • Optar por un estilo de vida más sencillo y austero, donde el no acumular para asegurarnos la vida nos hace menos dependientes de lo material y más libres para creer y confiar en la propuesta evangélica de las Bienaventuranzas.
  • Abrirnos a la gracia de Dios. Nosotros solos no podemos cambiar, es el Espíritu el que transforma nuestro corazón, nuestra mente y nuestra acción, y se sirve de la comunidad para cambiarnos y mejorarnos como personas a través del amor que siembra en cada una.

¿Por qué comenzó a celebrarse?

El 13 de noviembre de 2016 se cerraba en todo el mundo las Puertas de la Misericordia y en la Basílica de San Pedro, el Santo Padre celebraba el Jubileo dedicado a todas las personas marginadas.

En la celebración eucarística estaban presentes miles de pobres, con los que ya había compartido los días anteriores. La homilía estaba escrita, pero faltaba la frase final. El Papa levantó los ojos del texto y de manera espontánea anuncio su deseo de celebrar una jornada de los pobres.

Precisamente hoy, cuando hablamos de exclusión, vienen rápido a la mente personas concretas; no cosas inútiles, sino personas valiosas. La persona humana, colocada por Dios en la cumbre de la creación, es a menudo descartada, porque se prefieren las cosas que pasan. Y esto es inaceptable, porque el hombre es el bien más valioso a los ojos de Dios. Y es grave que nos acostumbremos a este tipo de descarte; es para preocuparse, cuando se adormece la conciencia y no se presta atención al hermano que sufre junto a nosotros o a los graves problemas del mundo… Hoy, en las catedrales y santuarios de todo el mundo, se cierran las Puertas de la Misericordia. Pidamos la gracia de no apartar los ojos de Dios que nos mira y del prójimo que nos cuestiona… especialmente al hermano olvidado y excluido, al Lázaro que yace delante de nuestra puerta. Hacia allí se dirige la lente de la Iglesia.… A la luz de estas reflexiones, quisiera que hoy fuera la Jornada de los pobres“.

Papa Francisco, 13 de noviembre de 2016

Unos días más tarde, el 20 de noviembre, al concluir el jubileo extraordinario de la Misericordia, firmaba la Carta Apostólica Misericordia et misera en la que añadía como conclusión:

“Intuí que, como otro signo concreto de este Año Santo extraordinario, se debe celebrar en toda la Iglesia, en el XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, la Jornada mundial de los pobres. Será la preparación más adecuada para vivir la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el cual se ha identificado con los pequeños y los pobres, y nos juzgará a partir de las obras de misericordia (cf. Mt 25,31-46). Será una Jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio y sobre el hecho que, mientras Lázaro esté echado a la puerta de nuestra casa (cf. Lc 16,19-21), no podrá haber justicia ni paz social. Esta Jornada constituirá también una genuina forma de nueva evangelización (cf. Mt 11,5), con la que se renueve el rostro de la Iglesia en su acción perenne de conversión pastoral, para ser testimonio de la misericordia.” (n. 21).

El 19 de noviembre de 2017 se celebró la primera Jornada Mundial de los Pobres. Cada año el Papa nos vuelve a llevar la mirada sobre esta realidad fundamental para la vida de la Iglesia, porque los pobres están y estarán siempre con nosotros (cf. Jn 12,8) para ayudarnos a acoger la compañía de Cristo en nuestra vida cotidiana.

PAUTAS PARA LA ANIMACIÓN DE LAS COMUNIDADES