31 de octubre de 2021
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Día de las Personas Sin Hogar

“Sin salida” ante un sistema de protección que no funciona

La celebración del Día de las Personas Sin Hogar, que este año tiene lugar el 31 de octubre, vuelve a reunir a las organizaciones sociales que trabajan con estas personas para denunciar las dificultades continuadas y permanentes que afrontan para acceder a los derechos fundamentales y que se han agravado aún más durante la pandemia.

En esta edición, las entidades que impulsan en toda España la Campaña de Personas Sin Hogar lanzan una alerta bajo el lema ¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege. Digamos basta. Nadie Sin Hogar para poner el foco en el laberinto al que se enfrentan unas personas perdidas en un sistema de protección social que no funciona.

Ante esa realidad, Cáritas, Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados), XaPSLL (Xarxa d’Atenció a Persones Sense Llar de Barcelona) y besteBI (Plataforma por la Exclusión Residencial y a favor de las Personas Sin Hogar de Bilbao) demandan el apoyo de la ciudadanía y de los medios de comunicación para reclamar a las Administraciones públicas la puesta en marcha de una protección social adecuada, justa y digna para todas las personas, conforme a los derechos fundamentales.

“Hablamos –alerta Enrique Domínguez, responsable de Personas Sin Hogar de Cáritas Española— de una realidad que afecta a las aproximadamente 40.000 personas en situación de sinhogarismo acompañadas por Cáritas y a las 2.500.000 personas en extrema vulnerabilidad que existen hoy en nuestro país como consecuencia de los efectos de la crisis y que nos pide responder sin más dilaciones a los retos que esta emergencia humana nos lanza a todos”.

La aparición de la Covid19 ha generado una realidad extraordinaria en la que las personas más frágiles y vulnerables viven con mayor crudeza la desprotección social. Como afirma Domínguez, “esta es la realidad que constatamos desde Cáritas y desde las entidades, cada día más compleja y difícil para que estas personas puedan acceder a los derechos humanos y a los recursos necesarios para poder vivir con dignidad, y para mantener la esperanza de lograr salir de un círculo de pobreza y de la falta de oportunidades que día a día les va asfixiando más”.

NUEVAS REALIDADES DETECTADAS
La Covid-19 ha supuesto el agravamiento de situaciones de miles de personas que se encontraban en una vivienda insegura o inadecuada, o que incluso estaban ya en situaciones de exclusión y que, con el impacto añadido de la pandemia, se han visto expulsadas de sus viviendas o de los alojamientos precarios en los que se encontraban.

De forma concreta, los efectos más devastadores se detectan en los siguientes casos:

  • Personas sin título legal en sus alojamientos o lugares en los que viven y que han tenido que abandonar sus viviendas ante el temor al contagio del propietario/a.
  • Personas que llevaban alojadas años en pensiones u hostales económicos que cerraron sus puertas en el estado de alarma y que han tenido que abandonar sin una alternativa residencial.
  • Mujeres que se han visto repentinamente en situación de calle (empleadas de hogar en régimen interno expulsadas de los domicilios, mujeres víctimas de trata o que ejercían la prostitución y se las ha echado de los clubs o pisos donde se alojaban…).
  • Personas que han tenido que abandonar sus viviendas o alojamientos por la situación de hacinamiento que vivían, y que se han visto en la necesidad de mantener una cuarentena o aislamiento y no tenían donde hacerlo.
  • Personas temporeras sin una alternativa de alojamiento segura ni adecuada, mucho más expuestas al contagio

En este ya más de año y medio desde que apareció la pandemia, el Observatorio de la Realidad Social de Cáritas ha constatado situaciones de una gran desprotección social, personal, afectiva o emocional. Algunos ejemplos de este aumento de la desprotección y mayor vulnerabilidad son:

  • Más de la mitad de la población activa acompañada por Cáritas (53%) está en situación de desempleo.
  • En enero de 2020, 258.000 personas atendidas por Cáritas vivían en hogares que no han percibido ningún ingreso, 75.000 personas más que antes de que comenzara la presente crisis.
  • El 67% de las familias atendidas por Cáritas dicen contar con ninguna o insuficiente información como para tramitar el Ingreso Mínimo Vital (IMV).
  • Como consecuencia de sus precarias condiciones económicas, más de 700.000 personas acompañadas por Cáritas residen en hogares que no disponen de dinero para pagar la vivienda ni los suministros. A su vez, el 16% de las familias atendidas por Cáritas se han visto obligadas a cambiar de vivienda.
  • Cerca de la mitad de hogares tienen graves dificultades para afrontar los gastos de alquiler o hipoteca (44%), así como los gastos de suministro asociados a la vivienda (47%), lo que supone un deterioro en sus condiciones de vida.

UN SISTEMA DE PROTECCIÓN SOCIAL QUE HA FALLADO
Como se señala en los materiales editados dentro la Campaña, estas realidades de vulnerabilidad y deterioro de miles de personas y familias confirman que los sistemas de protección social han fallado y ha fragilizado aún más las ya de por sí debilitada situación de los más vulnerables.

Las entidades sociales aseguran que una consecuencia directa de las medidas de confinamiento y de mantenimiento de las medidas de protección sanitaria fue la reducción, o cancelación automática, de las intervenciones sociales y sanitarias presenciales. Todo el sistema de protección social, ya fragilizado de por sí, se vio fuertemente resentido impactado, con lo que muchas personas con situaciones vitales muy complicadas no tuvieron otro remedio que paralizar o posponer procesos de acompañamiento personal, o de acceso a recursos y prestaciones sociales.

PROPUESTAS PARA UN SISTEMA ADECUADO Y ACCESIBLE
Desde la Campaña de Personas Sin Hogar se urge, tras el grave impacto de la COVID19, al fortalecimiento de las políticas públicas, poniendo su foco en las personas más vulnerables, que muchas veces son invisibles o ni siquiera están en el sistema, a fin de facilitar el acceso y ejercicio real del derecho a la protección social, que en muchas ocasiones no se garantiza, o es muy deficiente y limitado.

Los mecanismos de protección se deben implementar y hacer reales por medio de:

  • Facilitar el acceso al derecho a la protección social en los procesos administrativos, en los plazos, en la flexibilidad, en los espacios, etc.).
  • Garantizar el ejercicio del derecho a la protección social, a través del desarrollo y adaptación de sistemas de prevención, protección y seguimiento desde los servicios sociales, y con herramientas como el acompañamiento social, etc.
  • Garantizar el acceso y disfrute del derecho a la justicia en los casos de vulneración de sus derechos.

Junto a ello, un sistema de protección social adecuado debería:

  • Desarrollar medidas de carácter preventivo, y no meramente asistenciales.
  • No limitarse a facilitar el acceso a prestaciones económicas, sino ser una verdadera herramienta de cambio y mejora de la vida de las personas, incluyendo medidas de acompañamiento social a corto, medio y largo plazo.
  • Tener en cuenta la participación de las personas vulnerables en el diseño de las políticas públicas que desarrollan sus derechos humanos.
  • Incluir y pondrá en valor acciones de evaluación y coordinación.

LA ACCIÓN DE CÁRITAS EN ANDALUCÍA
En Cáritas creemos que es posible la plena inclusión social de las personas sin hogar. Y con este fin trabajamos de forma integral junto a ellas y ponemos a su disposición una red de recursos localizados por todo el territorio andaluz e implantados según las necesidades detectadas en cada zona. Cáritas cuenta en Andalucía con:

  • 7 centros de día,
  • 3 centros sociales,
  • 1 comedor social,
  • 10 centros residenciales,
  • 6 viviendas,
  • 1 dispositivo de noche permanente.
  • 2 dispositivos de emergencia (Ola de frío).
  • 8 proyectos de atención en calle,
  • 2 proyectos de atención en asentamientos.

Un total de 440 plazas, en las que se atendieron a 5.500 personas sin hogar en 2020. Gracias a la colaboración de más de 750 voluntarios y voluntarias, al trabajo experto de 140 personas contratadas y a una inversión económica de 4,25 millones de euros para el mantenimiento de la red de centros, servicios y recursos de atención a las situaciones de sinhogarismo. De estos recursos, un 40% procede de fondos propios de las distintas Cáritas y un 60% de fondos públicos.

Si bien existen varios perfiles, el acompañamiento realizado durante el pasado permite esbozar una imagen aproximada de la persona que habitualmente se encuentra en situación de sin hogar: hombre español, soltero, de entre 36 y 60 años, con estudios primarios y que casi en la mitad de los casos, lleva más de 5 años viviendo en la calle.

Es nuestro deseo que entre todas las personas construyamos un modelos social sostenible e inclusivo, donde la vivienda no sea sólo un bien mercantil sino un derecho, donde nadie se quede fuera de la protección social, donde se genere empleo justo y adecuadamente remunerado, con ciudades, barrios y comunidades que sean espacios de convivencia y de apoyo mutuo desde los que transmitir esperanza, confianza y seguridad a todas las personas, especialmente a las que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad.

¿QUÉ PUEDO HACER YO?
Las entidades promotoras de la Campaña de Personas Sin Hogar invitan también a la ciudadanía, a título personal, a comprometerse y contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de exclusión o sin hogar, a intentar ponerse en el lugar del otro, o a preguntarse por la realidad que están viviendo las personas más vulnerables.

"Vivir sin hogar es mucho más que estar sin techo"

Carta del Delegado Episcopal de Cáritas diocesana de Granada, D. Alfonso Marín, con motivo de la campaña Personas sin Hogar 2021.

La aparición de la Covid19 y la pandemia sanitaria que hemos vivido y seguimos viviendo, ha desatado una profunda crisis social, económica y humana que ya se constataba a raíz de la crisis de 2008, pero que a partir de 2020 nos ha sumergido en una realidad extraordinaria en la que las personas más frágiles y vulnerables viven con mayor crudeza la desprotección social y el acceso a los derechos humanos fundamentales.

Los sistemas de cuidado y protección actuales no están siendo ni lo suficientes ni lo adecuados para proteger a las personas más vulnerables. Vivir sin hogar es mucho más que estar sin techo. Tras la pandemia constatamos que son más los que viven en la calle y se encuentran más desprotegidos.

Desde Cáritas y la Casa de Acogida Madre de Dios, necesitamos acompañar la realidad de estas personas con mayor creatividad y de forma más exhaustiva, y también debemos denunciar y reclamar de las distintas Administraciones la responsabilidad que tienen como Estado de proteger adecuadamente y con todos sus recursos a las personas más vulnerables de la sociedad.

El número total de personas diferentes atendidas en la Casa de Acogida Madre de Dios de Granada, sita en la calle Varela 20, en el programa de Personas Sin Hogar y en el Programa de Adicciones a lo largo de todo el año 2.020, fue de 325 personas (289 participaron en el programa de PSSH y 36 en el programa de adicciones). El número de personas atendidas ha estado condicionado por la crisis sanitaria ocasionada como consecuencia del COVID-19. Y en lo que va de año llevamos atendidas a 185.

Con respecto al número total de estancias facilitadas durante el año 2.020, mencionar que desde la Entidad se concedieron un total de 21.006 estancias de las que 16.752 correspondieron al programa de personas sin hogar (Atención Inmediata y Tutelaje Residencial) y 4.254 al programa de adicciones (Vivienda de Apoyo al Tratamiento-VAT y Vivienda de Apoyo a la Reinserción). Si analizamos la distribución del total de estancias concedidas desde FCDA a lo largo del año 2.020, atendiendo al lugar de origen obtenemos los siguientes resultados: se concedieron 6.185 estancias a personas de origen extranjero (29%) y 14.821 a personas de origen nacional (71%). La estancia media por persona, a nivel de Entidad fue de 64 días y la ocupación media de 58 plazas/día. Igualmente comentar que el número de servicios de restauración servidos fue 63.018 y el número de kilos de ropa lavada de 87.916.

Si la situación de la pandemia sigue mejorando esperamos poder ir abriendo la casa a la colaboración del voluntariado, que ha estado suspendida hasta ahora y que es tan necesaria.

Además de este recurso, Caritas diocesana tiene abierto un Centro de Día en Motril en el que ofrecemos servicios básicos como aseo, ducha, lavandería, ropero o el servicio de taquilla y consigna a aquellas personas que no disponen de un lugar donde refugiarse. El centro dispone de una sala equipada con microondas, cafetera, frigorífico y tostadora, donde poder socializar y contar con la orientación y ayuda de nuestros agentes. El proyecto cuenta con el apoyo estable de 10 personas voluntarias.

El día 31 de octubre a las 12:30, que es el Día de las Personas Sin Hogar, celebraremos una Eucaristía en la Basílica de Ntra. Sra. de las Angustias, a la que estáis todos invitados y en la que pediremos a nuestra Madre que nos ayude a seguir en esta tarea en la que estamos comprometidos como Iglesia para acompañar a estos hermanos nuestros en los que Cristo nos sale al encuentro.

Alfonso Marín
Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana de Granada

Testimonios

Jobahola, 51 años, Camerún

“Sentí mucha hostilidad el tiempo que estuve en Bilbao como solicitante de asilo, me fue imposible tener vivienda estable, tuve que vivir en la calle en muchas ocasiones, el acceso al empleo fue imposible, cuando me desplacé a León el inicio fue también muy difícil, pero gracias a Cáritas encontré habitación y ahora estoy disfrutando de un recurso residencial llamado “hogar de transición”. Siendo solicitante de asilo en Bilbao nadie se preocupó de facilitarme vivienda, incluso en león, ya sin residencia, también me costó mucho encontrar habitación, creo que muchas ONG no se ocupan de lo más importante para una persona que es la vivienda.”

Jorge, 42 años, Colombia

Creo que el derecho al empleo es el principal vulnerado, porque al entrar al proceso de asilo político, si te lo deniegan quedas indocumentado, sin muchos derechos adquiridos previamente y no se tiene en cuenta el largo tiempo que llevas intentando adaptarte a un nuevo país y sociedad. Tampoco te valoran la formación que has obtenido durante ese tiempo. Por supuesto, me dedique siendo solicitante de asilo a formarme, y no me ha servido de nada, y ahora necesito una oferta de trabajo de un año, y nadie me la quiere hacer.”

Manifiesto “Digamos basta. Nadie sin hogar”

Bajo el lema ¿Sin salida? Perdidos en un sistema de protección social que no protege celebramos el próximo 31 de octubre el Día de las Personas sin Hogar. Tras 29 años de campañas seguimos levantando la voz ante la grave situación de desprotección social y falta de oportunidades en las que nos encontramos miles de personas en situación de sin hogar.

Fundación Casa Madre de Dios.

Garantizar la protección social es un derecho fundamental para salir de la situación en la que nos encontramos. Tienen que existir medidas para prevenir las situaciones de exclusión social; medidas para fortalecer y concretar el desarrollo y puesta en marcha de políticas públicas que nos faciliten recursos y herramientas para que sea una realidad que todas las personas podamos vivir con dignidad en un hogar propio, en paz y permanente. Todos los que nos encontramos en esta situación debemos tener las herramientas necesarias para elaborar nuestro proyecto de vida y soñarnos viviendo como ciudadanos de pleno derecho.

Desde un enfoque de acceso a los Derechos Humanos y, tal y como nuestra Constitución recoge, pedimos:

A las administraciones públicas:

  • La existencia de un parque público de viviendas sociales para personas y familias en situación de sin techo y sin vivienda en el estado español. La vivienda es un instrumento fundamental para que alcancemos la condición de ciudadanos con plenos derechos.

  • La existencia de un enfoque de políticas de empleo para personas con un difícil acceso al mercado laboral velando por una formación adecuada. El empleo de calidad es una fuente de inclusión social y de protección frente a la pobreza.

  • Garantizar la universalidad, gratuidad y el acceso del derecho a la salud de todos los ciudadanos, especialmente, a los más desfavorecidos. Los problemas de salud pueden ser tanto causa de exclusión social como efecto de la misma.
  •  Desarrollar unas políticas públicas de prevención del sinhogarismo, que se anticipen a la pérdida del hogar y que garanticen el acceso a los recursos adecuados.

  • Una garantía de ingresos que no sólo cubra nuestras necesidades básicas, sino que también nos permita disfrutar de la cultura, del ocio y de las redes sociales.

  • Una mayor coordinación entre las instituciones para paliar las consecuencias directas que tienen en nosotros y nuestras familias las distintas situaciones de exclusión social en las que nos encontramos.

A los medios de comunicaciónos pedimos que vuestra capacidad de transmitir sea una herramienta que nos ayude a mejorar nuestra calidad de vida, siendo sensibles a las situaciones que nos rodean, acercando a la ciudadanía nuestra realidad y desmitificando tantos estereotipos y prejuicios que tanto daño nos hacen.

A vosotros, los ciudadanos y nuestros vecinos, deciros que el sinhogarismo es siempre una vulneración de derechos que tiene solución. Superando prejuicios y miedos os invitamos a conocer las distintas situaciones personales y sociales de muchos de nosotros, para que entre todos busquemos el bienestar general por encima del particular. Que el compromiso social ayude a tener una sociedad más justa.

Es responsabilidad de cada uno comprender que no se elige acabar en la calle y una vez en ella no es fácil la salida, aunque afortunadamente hay personas e instituciones que eligen acompañar nuestra vulnerabilidad, nuestro momento actual, que dan voz y sensibilizan a la sociedad para que haya una garantía de acceso a los derechos y a una protección social real.